El flamante presidente del comité provincial de la Unión Cívica Radical (UCR) y exintendente de Trenque Lauquen, Miguel Fernández, consideró que el afiliado de ese partido centenario lo eligió porque “votó gestión” y rechazó que exista un “radicalismo con peluca”, como se bautizó al sector que respaldó varias iniciativas del presidente Javier Milei.
Miguel Fernández, presidente de la UCR bonaerense: "No creo que haya un radicalismo con peluca"
El dirigente subrayó que su sector fue elegido por la gestión eficiente en los territorios y destacó la necesidad de trabajar por un partido más articulado a nivel nacional. Pide construir una alternativa política alejada de los extremos de Javier Milei y Cristina Kirchner.
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A comienzos de mes, la Justicia Electoral ratificó su victoria en las elecciones de la UCR bonaerense. A través de un fallo, el juez Alejo Ramos Padilla rechazó el 8 de noviembre la impugnación impulsada por la lista que llevaba como candidato a Pablo Domenichini, quien contaba con el apoyo de Martín Lousteau y Facundo Manes, poniéndole fin a una disputa que se extendió por más de un mes. No obstante, el magistrado declaró la nulidad de 14 mesas de Quilmes, 8 de La Matanza y 6 de Ezeiza, ordenando realizar una elección complementaria, aunque aclaró que, incluso avanzando en ese sentido, los votos no alcanzarían para revertir los resultados en territorio bonaerense.
Durante una entrevista con Ámbito, el dirigente manifestó que el radicalismo debe mirar hacia adelante. “No podemos vivir de glorias pasadas, tenemos que construir un proyecto alternativo”, afirmó y analizó que trabajará para dotar al partido de “mayor visibilidad” y “consolidarlo a nivel nacional”.
“Aglutinamos una muy buena representatividad en los territorios: 20 de los 27 intendentes que tiene el radicalismo en la provincia acompañaron esta propuesta. La UCR es fuerte en los territorios y logramos mucha representatividad recorriendo y hablando con los militantes”, explicó.
Periodista: Su lista contó con el respaldo del senador nacional Maximiliano Abad, 20 intendentes y 60 exjefes comunales. ¿El afiliado votó esa gestión?
Miguel Fernández: Sin dudas. Hay un radicalismo que es genuino y es elegible. La gente nos vota, nos reconoce en nuestros pueblos y nos saluda cuando nos vamos. No somos sospechados, tenemos administraciones eficientes, equilibradas y prolijas. Ese radicalismo es muy potente en el país, pero tiene que llegar a los niveles de decisión. Son importantes los intendentes, los gobernadores, los legisladores. Todo eso conforma un equipo de trabajo. Después de una discusión profunda, que es lo que está faltando en el partido, se transforme en una propuesta electoral y de gobierno. Eso no viene solo, hay que trabajarlo.
P: ¿Voluntad por parte de quién falta?
M.F.: De los dirigentes. Para eso, hay que tener claridad de ideas, humildad para escuchar y trabajar mucho. En esta tarea, yo tendré una dedicación exclusiva. No tengo otra función. Estoy dispuesto a agarrar el auto y salir pueblo por pueblo y al conurbano a trabajar muchísimo porque falta un proyecto más claro.
P: ¿Lo llamaron para felicitarlo desde la lista opositora?
M.F.: Algunos sí, legisladores provinciales enrolados más en el sector de Manes reconociendo el triunfo. Otros no, sobre todo los más vinculados a Evolución. Sería un contrasentido que me llamen siendo que ellos apelaron en la justicia, incluso en segunda instancia.
P: ¿Qué impronta buscará darle a su gestión en el partido?
M.F.: Tenemos que dialogar mucho con los territorios, con la gente, con los afiliados. Cómo interpretan el momento que nos atraviesa, cómo perciben la situación en la provincia y en la Nación, el nuevo escenario con Milei, su relación compleja con Axel Kicillof y qué es lo que el radicalismo representa hoy. No podemos vivir de glorias pasadas, ni de nuestros muertos. Tenemos nuestros referentes históricos, pero debemos construir un proyecto alternativo, moderno y ajustado a los tiempos actuales. Es fundamental dialogarlo con los territorios, pretendo relacionarme con radicalismo de todo el país. Al radicalismo le falta visibilidad de los gobiernos. Hay un radicalismo que tiene que ver con referentes nacionales y las cámaras legislativas, pero hay otro que es muy fuerte en la gestión de gobierno: más de 400 intendentes y 5 gobernadores. Un radicalismo que es elegido por la gente y reelegido, que es exitoso y no tiene la visibilidad que debe tener. Ese es un trabajo de construcción político que vamos a hacer. Es clave, porque si no es como que hay una enorme cantidad de radicalismos provinciales, pero no se consolida a nivel nacional.
P: ¿Convocará a los dirigentes de Futuro Radical para sumarse al proyecto del nuevo Comité bonaerense?
M.F.: Están obligados, porque para conformar el nuevo plenario, una vez que la justicia resuelva en segunda instancia qué hacemos con Quilmes, La Matanza y Ezeiza, va a quedar conformada la nueva conducción. En ese plenario, el sector de la lista 15 debe estar integrada, deben formar parte del nuevo plenario. Veremos si aceptan asumir, pero deberían hacerlo.
P: Se critica a la Unión Cívica Radical por haberle dado herramientas en el Congreso al presidente para gobernar. Ello que generó una ruptura en el bloque de diputados nacionales y en la legislatura bonaerense. ¿Su espacio es cercano a La Libertad Avanza?
M.F.: Esa es una discusión innecesaria y falsa. Son posicionamientos individuales de algunos dirigentes que tienen proyectos personales y que buscan capitalizar esta cuestión en beneficio propio. La discusión es más profunda. Tenemos que tener contacto con las bases y los afiliados para determinar qué esperan del partido ante el nuevo escenario que plantea Milei, un fenómeno desconocido para la política. Falta mucho debate. No creo que haya un radicalismo peluca, como tampoco creo que haya radicales dispuestos a abrazarse con el kirchnerismo. Primero, tenemos que pensar quiénes somos y qué pensamos, no sólo los dirigentes sino con la gente. Hay dirigentes que se creen tales, pero se dan vuelta y no tienen gente que los siga. Necesitamos mucho debate de qué necesita el país. Nos dicen “le garantizaron la Ley Bases a Milei”. Con ese criterio, se nos puede acusar de garantizarle gobernabilidad a Axel Kicillof. El radicalismo tiene una responsabilidad institucional. Somos oposición, pero no somos necios. Hay cosas que hay que acompañar. Soy muy crítico de la mayoría delas cosas que hace Milei, pero otras son necesarias. Se ven posiciones individuales de dirigentes que a veces no tienen representatividad.
P: ¿Cómo debe jugar la UCR de cara a 2025 y 2027? ¿Existe la alianza con Juntos por el Cambio (JxC)?
M.F.: JxC como tal desapareció de hecho. Nadie le dio certificado de defunción, pero se extinguió por acciones de unos y otros. Patricia Bullrich se fue con Milei sin consultar con nadie, hay legisladores del PRO que están muy cómodos con LLA y la UCR está muy lejos de eso. Sí persisten acuerdos legislativos en concejos deliberantes y en equipos de gobierno municipales. Eso es hoy. ¿Cuál es la construcción de acá a 2025? Habrá que verlo. Tenemos que conversar mucho, primero nosotros mismos.
P: Viene un debate en la provincia sobre la cuestión electoral ¿Qué opina de la Boleta Única, de la posibilidad de desdoblar elecciones, y de suspender las PASO y la ley que limitó las reelecciones indefinidas?
M.F.: Es un debate super complejo. Cuando hablamos de seguridad jurídica tiene que ver también con que no se puede cambiar la letra de las leyes cada tres años, por conveniencias o acuerdos políticos que son ajenos a la gente. A nivel personal, creo que no cambiaría el tema de las PASO y que la reelección debe seguir como está. Desdoblar, probablemente sea algo oportuno.
P: ¿Van a trabajar para recuperar la unidad partidaria?
M.F.: Sin dudas, dando todos los debates que hay que dar. Debe ser intenso, de buena fe, sin chicanas, sin demagogia. Es un buen momento para replantearnos muchas cosas de qué haríamos si fuéramos gobierno nosotros.
P: ¿Sigue creyendo que es posible reunificar los bloques en diputados?
MF: Ese será mi primer desafío. Primero hay que hablar. Me voy a poner en contacto con el otro bloque. El bloque oficialista es el que conduce Diego Garciarena, lo que no quita que después terminado el proceso electoral conversemos. Hay que conversar y entender al otro.
P: ¿Cómo ve la gestión de Milei?
M.F.: Recibió un país en llamas y tiene cierto margen de acción por el acompañamiento de la sociedad. La gente estaba cansada y por eso lo votó, enojada. No estoy de acuerdo, pero propuso en campaña un ajuste exorbitante, no mintió, y la gente lo votó. La gente estaba harta de los descalabros económicos. Hay indicadores macroeconómicos que a la gente le dan cierta esperanza por ahora. No soy muy optimista, pero la inflación está bajando a costa de una enorme recesión, que golpea en la gente, en la microeconomía. Veremos con el paso del tiempo si este modelo se puede sostener y cómo se va a un desarrollo y se recupera la micro. Por ahora son más interrogantes que certezas. Tenemos que pensar cómo construimos alternativas. Está tan hiperpolarizada la política entre lo que plantea Milei y Cristina Kirchner, que es el negocio de la polarización de un lado y del otro. Los que nos están en ningún extremo, no tienen visibilidad, propuestas claras: volver al status quo anterior o ir a una alternativa que reforme el estado, que logre administración eficiente de los recursos públicos, que logre estabilidad institucional, que dé certezas. Me imagino una alternativa más equilibrada que la actual.
P: ¿Y qué piensa de la administración de Kicillof?
M.F.: La primera gestión de Kicillof, durante la presidencia de Alberto Fernández, estuvo sobrevolada por la pandemia. Tuvo enorme cantidad de recursos económicos discrecionales, mucha plata. Eso le dio holgura. Ahora, hay una segunda etapa con carencias manifiestas de recursos. Hay problema serio para los bonaerenses: lo que hace Milei con la provincia lo terminan pagando los bonaerenses, no Kicillof. El que se jode al final del camino es el bonaerense. La provincia tiene enormes déficits, que tienen que ver con una discusión sobre la coparticipación y los recursos que le corresponden a la provincia. La de Buenos Aires es la provincia más grande, la que más aporta, donde hay más pobreza. Hay una cuota de administración más o menos eficiente, pero faltan recursos. Cuando lleguen más recursos, podemos evaluar si la gestión de los recursos fue más o menos eficiente.
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