En los últimos años, la discusión sobre la reducción de las retenciones cobró relevancia debido al impacto que este impuesto tiene en la competitividad de los productores agropecuarios. Un trabajo reciente de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) revela que el Estado se queda con el 58% de la renta agrícola del país. Aunque esta cifra muestra una leve reducción con respecto al 64% del informe anterior, la carga sigue siendo elevada y tiene un impacto significativo sobre la inversión, la producción y el empleo.
Aseguran que la reducción de retenciones mejoraría la competitividad de los productores
La baja de retenciones podría ser clave para potenciar la competitividad del campo argentino, fomentando mayor producción y, a largo plazo, aumentando la recaudación fiscal.
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Según el informe, el peso de los impuestos bajó 6,3 puntos en relación a la última medición que había dado 64,3%. Es decir, de cada 100 pesos, 58 se van en impuestos y hace unos meses se iban 64.
Según el informe, el peso de los impuestos bajó 6,3 puntos en relación a la última medición que había dado 64,3%. Es decir, de cada 100 pesos, 58 se van en impuestos y hace unos meses se iban 64.
En este sentido, Nicolle Pisani Claro, Economista Jefe FADA, aseguro que “la disminución se vincula con el impacto de la baja temporal de las retenciones o derechos de exportación (DEX) sobre los cultivos, combinado con una leve mejora en los precios de los granos”.
Es importante recordar que -hasta el 30 de junio- el sector agropecuario “aprovecha” una reducción temporal de los derechos de exportación, con lo cual vale preguntarse qué pasaría si las retenciones se redujeran aún más, si se extendiera la baja transitoria o incluso si se eliminaran por completo. Parte de esta respuesta podría obtenerse en la serie de debates que se espera se den en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la Nación. Lo que surge de ese debate podría ser clave no solo para mejorar la competitividad de los productores, sino también para estimular el crecimiento económico del país y, a largo plazo, aumentar la recaudación fiscal.
El sector agropecuario argentino enfrenta una carga tributaria significativa, que limita los márgenes de ganancia y afecta la competitividad frente a otros países productores. Esta carga impositiva representa una barrera para los productores, quienes, si tuvieran mayores márgenes disponibles, podrían destinar más recursos a la innovación, la tecnología y la expansión de la producción.
La reducción progresiva y permanente de las retenciones permitiría a los productores reinvertir una mayor parte de sus ganancias en mejorar la productividad y aumentar su capacidad productiva. Esto no solo potenciaría la competitividad de Argentina en los mercados internacionales, sino que también ayudaría a mejorar los rendimientos de los cultivos, contribuyendo al crecimiento económico en diversas regiones del país.
Más producción, más recaudación
Una idea que prevalece por sobre todas y sustenta el debate desde el punto de vista de los productores se basa esa que al reducir las retenciones aumenta la producción y los ingresos de los agricultores crecen, lo que genera más oportunidades de empleo y permite a las empresas agropecuarias reinvertir en su negocio. Este crecimiento en la producción tendría efectos indirectos positivos para la economía en general, como un aumento en la demanda de insumos, servicios y productos vinculados al sector.
A medida que la actividad económica se expande, las exportaciones también se incrementan, lo que generaría más divisas para el país y una mayor recaudación fiscal. Según el informe, al incrementar la producción, el impacto de la reducción de impuestos se compensaría en parte con el crecimiento de la base tributaria, ya que, aunque el porcentaje de retención sea menor, la mayor producción y el aumento de las exportaciones generarían más ingresos fiscales en términos absolutos.
De esta forma, la reducción de las retenciones no necesariamente implica una pérdida de recaudación fiscal a largo plazo, sino que podría ser una estrategia para fomentar el crecimiento sostenido del sector agropecuario y de la economía en general, generando mayor empleo y promoviendo un desarrollo económico inclusivo.
El debate -si se lo mira a corto plazo- implica un riesgo, sin embargo hay que atreverse a darlo, porque aunque la reducción de las retenciones puede generar una menor recaudación fiscal inmediata, su impacto positivo en la competitividad y el crecimiento de la producción podría generar un incremento de la recaudación en el futuro. El aumento de las exportaciones, la inversión y el empleo contribuiría a una economía más dinámica, lo que resultaría en un aumento de la base tributaria. A medida que la producción crece, el país podría generar más ingresos fiscales a través de otros impuestos, como el IVA, los impuestos a las ganancias y las contribuciones al sistema de seguridad social.
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