La campaña de maíz 2024/25 será recordada como una de las más complejas de los últimos tiempos. Las condiciones climáticas adversas, marcadas por las falta de lluvias y las altas temperaturas, sumadas a las estrategias en torno a las enfermedades vinculadas al achaparramiento, provocaron una caída de producción estimada en 4 millones de toneladas a nivel nacional, dejando un total aproximado de 48 millones de toneladas.
Giro en la campaña de maíz: de altas expectativas a un fuerte deterioro en el último mes
Por la falta de lluvias y las altas temperaturas, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) redujo la proyección de cosecha del cereal a 48 millones de toneladas.
La expectativa esta puesta en las lluvias de los próximos días, que quizá sirvan para frenar el deterioro de los cultivos.
Este retroceso no solo afecta las exportaciones agrícolas —el maíz es uno de los principales productos exportados—, sino que además golpea al mercado interno, donde el cultivo desempeña un papel clave en la alimentación animal y en la industria alimenticia.
Mas allá de las cuestiones climáticas, no debemos olvidar que en la siembra de la actual campaña hubo mucha incertidumbre por el dalbulus maidis (la chicharrita), lo que provocó una disminución en la intención de implantación del 24 % respecto del ciclo 2023/24. Esa estrategia impulsó la siembra temprana, con lo cual el impacto de la falta de agua es aún mayor. Este año se sembró menos maíz tardío, porque fue el más afectado el año pasado por spiroplasma y otras enfermedades vinculadas a la chicharrita, pero la trampa llegó por el lado del clima, que afectó fuertemente las siembras tempranas que durante parte de diciembre y enero sufren en mayor medida la falta de lluvias.
Estamos ante un ambiente de baja productividad, donde el rinde promedio nacional se ajusta a 73,6 qq/ha. con lo cual el escenario es desalentador. Según la entidad bursátil, “la posibilidad de sostener la producción dependerá de las lluvias y el desarrollo que logren alcanzar los maíces de las siembras tardías y el impacto que tengan las siembras posteriores al 15 de diciembre por spiroplasma”.
Control de la chicharrita
Hasta el momento no hay una presencia significativa de chicharrita en el centro del país, aunque sí se detectó presencia de la plaga en Chaco y Santiago del Estero, dónde se están haciendo las aplicaciones tempranas de control en el cultivo.
En este sentido, es importante recordar que el último informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis, que relevó trampas adhesivas de 409 localidades del país entre el 22 de diciembre y el 7 de enero de 2025, presentó resultados dispares. Según la Asociación del Maíz y el Sorgo (MAIZAR), “si bien resulta esperable un aumento de las poblaciones en esta época, sobre todo en las zonas endémicas, en la región del NOA -la más afectada la campaña anterior- se observa que la plaga no creció e incluso decreció respecto de la semanas previas. El dato se correlaciona con el manejo de los maíces voluntarios (“guachos”), el monitoreo y los controles oportunos que se llevaron a cabo”.
El reporte agrega que “por el contrario, en el NEA, donde muchos maíces voluntarios no se eliminaron, se observa un crecimiento de las poblaciones de Dalbulus maidis. También se registran localidades con valores altos en el Litoral, correspondientes a zonas con maíces que se encuentran en la fase final del cultivo, sembrados en septiembre/octubre con baja o nula presencia de chicharritas, y que hoy tienen plantas que superaron la etapa susceptible crítica. En tanto, en las regiones maiceras por excelencia, el Centro Norte y Centro Sur, la ausencia de la plaga es prácticamente total. No obstante, dadas las condiciones ambientales, resulta crucial intensificar el monitoreo”.
Panorama productivo en Córdoba y Santa Fe
A pesar de las condiciones adversas, provincias como Córdoba y Santa Fe lograron adaptarse mejor y continúan ofreciendo resultados esperanzadores. En cuando a la primera, allí es donde mejor esta el cultivo pero se necesita que llueva en los próximos días para sostener el nivel elevado de rendimientos, que por ahora se ubican en torno a los 87,5 qq/ha.
Según se destaca en el último informe de la red GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario, “en Buenos Aires, y el sur de Santa Fe los agrónomos están sorprendidos por la rapidez con que se secaron las hojas, incluso por encima de la altura de la espiga. El deterioro fue muy rápido. Las expectativas para el norte y centro de Buenos Aires cayeron bruscamente, mientras se siguen esperando muy buenos resultados en los rindes del sur de la provincia. De esta manera se estima para Buenos Aires una media de 72,3 qq/ha.”.
En Santa Fe, el daño no es tan importante, por el momento, y se estima un promedio provincial de 78,3 qq/ha. El maíz transita las primeras etapas en Chaco y Santiago, aunque numerosos lotes no se pudieron sembrar por la falta de agua, situación que podría cambiar de cara al fin de semana.
Lluvias para el fin de semana
La falta de precipitaciones es evidente en toda la zona centro. Ocurre que desde la comenzó la segunda quincena de diciembre prácticamente no se registró caída de agua. Este comportamiento se agravó en la zona norte de Buenos Aires y comenzó a afectar a los cultivos sembrados en una gran porción de la región pampeana.
Además, el maíz transita en estos días un golpe de calor con una humedad relativa muy baja. Según la bolsa rosarina, “es una muy mala señal que anticipa que las próximas lluvias no dejarían los milímetros necesarios. Con el pasar de los días se confirma el frente frío que tanto se espera por las lluvias, pero los pronósticos aseguran que se tratarían de acumulados muy moderados en el centro del país.”.
“Lamentablemente, temperaturas extremas, baja humedad relativa, días de vientos continuos y una radiación con valores de watts también extremos se han alineado negativamente en el momento más crítico del maíz de primera, sobre todo para los maíces sembrados en la segunda quincena de octubre”.
La expectativa esta puesta en las lluvias de los próximos días, que quizá sirvan para frenar el deterioro de los cultivos. Ya se perdieron 4 millones de toneladas por la falta de agua, pero el partido para el maíz aún no termina.
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