La campaña triguera 2025/26 arranca con señales alentadoras en la región núcleo, con márgenes ajustados pero viables y una mejora en la relación trigo/urea.
La siembra de trigo aumentaría en la zona centro y podría acercarse a un récord
Los escenarios climáticos prevén un buen panorama para el campo. Se espera un aumento de la superficie sembrada.
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El interrogante que plantea esta nueva campaña se centra en saber si el área sembrada podrá alcanzar las marcas históricas de 2019 o 2021.
Las primeras estimaciones indican que la zona centro, la más productiva del país, podría aumentar su superficie sembrada al menos un 10% respecto al año pasado, con posibilidades de que ese crecimiento se extienda si se confirman nuevas mediciones satelitales.
La intención de siembra, que en abril de 2024 venía en baja por precios poco atractivos y costos elevados, hoy encuentra un escenario más favorable. En la campaña anterior, el trigo ganó terreno sobre el maíz por factores como el encarecimiento de este último debido a problemas sanitarios como el spiroplasma, y por una mejora inesperada en la relación insumo/producto. Así, el área triguera en la región núcleo trepó un 28% y superó 1,28 millones de hectáreas.
Según datos aportados por la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, este año, si se confirma la intención de sembrar 1,53 millones de hectáreas, “la campaña 2025/26 podría acercarse al récord de 1,8 millones alcanzado en 2019/20, o incluso al pico productivo de 2021/22, cuando Argentina logró 23 millones de toneladas de trigo”.
Clima, insumos y rindes sorpresivos en soja, los factores que favorecen al trigo
El contexto climático actual y la situación de los insumos empujan al trigo al frente de la rotación. Las reservas de agua en los suelos están en niveles adecuados a óptimos, según los últimos relevamientos, tras un abril que dejó lluvias normales o superiores a la media en buena parte de la región pampeana.
Además, el precio de la urea descendió a 530 dólares por tonelada, 40 dólares menos que en abril de 2024, y bastante por debajo del promedio de los últimos cuatro años (748 u$s/tn). Esto mejora la relación trigo/urea, que se ubica en 2,6 toneladas de trigo por cada tonelada de fertilizante, casi un 10% mejor que un año atrás.
En paralelo, la soja de segunda viene sorprendiendo con rindes muy superiores a lo esperado, especialmente en zonas del sudeste cordobés, norte bonaerense y sur santafesino. A pesar de un fuerte atraso en la cosecha —solo se recolectó el 45% del área de soja de primera cuando debería haberse superado el 85%— los valores obtenidos están entre un 5% y un 15% por encima de un año normal. Los techos productivos superan los 55 quintales por hectárea, generando ingresos adicionales que facilitan la inversión en trigo.
Márgenes ajustados pero competitivos
Los márgenes brutos para el trigo se ubican hoy en 185 u$s/ha, aunque el margen neto en campo propio se reduce a 121 u$s/ha al considerar impuestos. En campos alquilados, sin embargo, el resultado es negativo: -28 u$s/ha. El punto de equilibrio también se corrió: en campo alquilado se necesitan 41 qq/ha para generar renta, dos quintales más que hace un año.
El costo más importante sigue siendo el de los fertilizantes, que representan 10 quintales por hectárea de los 13,8 necesarios para cubrir solo insumos. Además, persiste una fuerte incertidumbre sobre los precios internacionales de los fertilizantes fosfatados, que podrían alterar la estructura de costos si aumentan en las próximas semanas.
En tanto, los modelos climáticos anticipan un invierno “Neutral” en el Pacífico, sin señales de eventos extremos de El Niño o La Niña. Este tipo de escenario suele acompañar campañas agrícolas estables, con lluvias dentro o levemente por encima de los promedios históricos.
Las últimas lluvias, aunque concentradas y de corta duración, colaboraron para mantener la humedad en niveles ideales. Entre 5 y 30 mm se registraron esta semana en sectores del noreste bonaerense y centro de Santa Fe, completando un abril con registros acumulados dentro de los valores estadísticos normales o superiores.
Según la entidad rosarina, “el trigo se impone como una opción sólida para quienes planifican una rotación diversificada y buscan aprovechar las buenas condiciones de humedad. La caída en los costos de fertilización y los sorpresivos rindes de soja ayudan a sostener el entusiasmo técnico en una precampaña que promete”.
El interrogante que plantea esta nueva campaña se centra en saber si el área sembrada podrá alcanzar las marcas históricas de 2019 o 2021. Pero si el clima acompaña y los precios no decepcionan, la región núcleo podría volver a ser protagonista en una campaña triguera con potencial para marcar un nuevo hito productivo.
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