1 de octubre 2024 - 16:40

Matías Lestani: "La interlocución del sector tiene que estar dada al máximo nivel político"

El asesor de la vicepresidenta Victoria Villarruel repasó la actualidad del sector agropecuario en una entrevista con Ámbito.

Matías Lestani, exviceministro y exsecretario de Agricultura.

Matías Lestani, exviceministro y exsecretario de Agricultura.

El exviceministro y exsecretario de Agricultura, dialogó con Ámbito y analizó la actualidad del sector agropecuario. Actualmente es asesor de la vicepresidenta Victoria Villarruel y cree que el campo debería tener un ministerio. Se refirió a las urgencias, los desafíos y las oportunidades que tiene el agro para crecer en una Argentina que necesita no sólo del campo sino también de otras actividades productivas para salir de la crisis cíclica que atraviesa por la falta de dólares.

Pregunta: ¿Cómo analiza el presente que tiene el agro en la Argentina?

Matías Lestani: Diverso, según la cadena de producción que estemos tomando. Hay un ordenamiento de las variables macro que da un poco de tranquilidad en el manejo, pero que obviamente complica los números. En la agricultura de la pampa húmeda, la caída de precios internacionales y esta tendencia hacia la unificación del tipo de cambio complicó los puntos de equilibrio de rendimiento que hay que tener con los actuales valores de los alquileres. Estamos sufriendo situaciones de estrés hídrico en algunas zonas puntuales y eso pone bajo la lupa el rendimiento de la campaña fina. De todas maneras, el área está bien y la situación no es irreversible. En la ganadería las cosas mejoraron. Las economías regionales están más complicadas por este reacondicionamiento económico y por los atrasos tecnológicos. Muchas actividades son electrodependientes para riego o utilizan combustible, entonces hay un problema de costos porque las facturas aumentaron fuerte. La baja de los impuestos a la importación ayudó pero lo de las tarifas les pega en la línea de flotación y les quita competitividad.

P.: ¿El campo necesita tener un ministerio?

M.L.: Sí, por supuesto. Más allá de la estructura del sector, genera suficiente riqueza a nivel país como para merecerlo. Además, la política sectorial merece que el ministro pueda hablar directamente con el Jefe de Gabinete o con las máximas autoridades del país. Una Secretaría que encima depende de otro ministerio es un problema. La interlocución del sector tiene que estar dada al máximo nivel político posible porque es ahí donde se logran consensuar las políticas de Estado.

P.: En el agro siempre se dijo que aunque sea un ministerio, las decisiones importantes se tomaban en Economía. ¿Era así?

M.L.: Puede ser, pero el ministro podía hablar con otro ministro de igual a igual, lo mismo con el jefe de ministros, con el vice o con el presidente y eso es lo importante, que puedan escuchar sin interpretaciones de otros, que el canal sea directo. El sector se lo merece porque es el único motor fuera de borda que está funcionando. Llegarán inversiones, estará vaca muerta, estará la minería, pero todo eso es futuro. Cuando eso esté operativo y genere un reemplazo -como para que este motor que está tirando pueda aflojar un poco la marcha- llegará la baja de derechos de exportación. Mientras tanto este sector merece ser escuchado y tener esa línea directa.

P.: ¿Qué debe cambiar para que llegar al punto en que podamos pensar en una baja de retenciones?

M.L.: Estratégicamente, qué mejor gesto que bajarlas cuando el precio internacional cayó, que sería lo lógico, porque en definitiva le estás pegando a todos por igual con el derecho a exportación. Ahora, si se puede hacer o no, yo lo veo complicado en el mediano plazo. Hasta que el resto de las cadenas no estén produciendo bien, va a ser complicado conseguirlo porque los dólares se generan en el agro. En el corto plazo no lo veo y creo que tampoco lo ve Economía, más allá de gestos puntuales, como lo de la lechería o lo de la ganadería. La estrategia de bajar los derechos a la exportación hay que pensarla, porque no se puede favorecer un cultivo más que otro, hay que ver cómo impacta en las cadenas de integración.

Lo importante es tener claro cómo vas a hacer ese camino, cómo le vas a dar un valor adicional o un mejor esquema al que industrializa o agrega valor. Nosotros estamos perdiendo un montón de oportunidades cada vez que exportamos granos y no los convertimos en proteína animal o en bioenergía.

P.:¿Se puede hacer más desde el ámbito legislativo?

M.L.: Aquel que tiene la lapicera puede escribir la reglamentación y si la reglamentación funciona, el que se ve obligado es el Congreso. Allí nos falta tener un bloque sectorial transversal a los partidos políticos, porque ese es uno de los problemas que tenemos. No puede ser que la discusión del sector sea sólo el derecho a la exportación. El sector no puede resumirse simplemente a los DEX, que es verdad que tienen que bajar, porque no desacoplan precio en las cadenas y hay un montón de integraciones que son una herramienta de recaudación.

Resumir el sector agropecuario sólo eso es una falacia, una mirada muy acotada de lo que es el sector, de las potencialidades y de las necesidades de cada cadena en cada región. Hay un montón de ítems a resolver, con asociaciones, instituciones y confederaciones que tienen sus propias agendas. Llegó el momento de que empecemos a agruparlas y en los temas que tenemos concordancia -no digo unanimidad, pero sí concordancia- empezar a caminar y el resto habrá que discutirlos.

P.:¿Qué mirada tiene como parte de un sector que genera alimentos en un país que tiene más de la mitad de pobres?

M.L.: Estamos todos de acuerdo para donde tenemos que ir, porque la pobreza es prioridad. Obviamente tenemos matices en el cómo, pero no podemos perder mucho tiempo en la discusión. Yo no me meto en discusiones políticas pero sí me queda algo en claro, de estas situaciones todos somos responsables y todos somos solidarios. Y me hago parte también.

Cuando Domínguez me planteó ir al ministerio, yo nunca había estado en función pública. ¿Sabes cuántas veces pensé eso? Y la respuesta interna que tuve fue que si alguien te pide ayuda en algo que sabes, tenés que ir. Yo no soy militante de un partido. Esa es la verdad. No creo que Domínguez sepa de qué partido soy, tampoco creo que Victoria lo sepa, porque yo la política la ejerzo en el cuarto oscuro. La otra, la política sectorial la ejerzo todos los días.

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