El domingo 23 de noviembre de 1924 no fue un día más en la historia de la humanidad. Hace exactamente 100 años, el reconocido medio The New York Times publicaba un artículo histórico en la página 6 de su periódico: "Se descubre que las nebulosas espirales son sistemas estelares: Dr. Hubbell confirma que son ‘universos insulares’ similares al nuestro”, reflejaba la nota periodística.
El increíble descubrimiento que sucedió 100 años atrás y cambió nuestra perspectiva del universo
El artículo que revelaba el descubrimiento científico fue publicado por primera vez en la página seis de The New York Times. El doctor Edwin Powell Hubble se cimentó en la historia de la astronomía luego de su aporte.
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El artículo, entonces, explicaba las revelaciones astronómicas a las que había llegado el Dr. Edwin Powell Hubble - quién debe haber visto con sorpresa el error ortográfico en su nombre -, los que afirmaban haber descubierto dos nebulosas en forma de espiral, objetos formados a partir de gas y estrellas, que anteriormente se creía que habitaban dentro de los límites de nuestra Vía Láctea. Sin embargo estos objetos se encontraban fuera de ella, lo que dio lugar a un descubrimiento histórico: el astrónomo norteamericano había dado con dos galaxias nuevas, fuera de los límites conocidos hasta entonces.
El descubrimiento histórico de Edwin Hubble
Cien años atrás, el astrónomo daba entidad - por primera vez - a las galaxias que, posteriormente, serían nombradas como Andrómeda y Messier 33. El descubrimiento fue el puntapié inicial de un nuevo campo a explorar por parte de la astronomía: estas galaxias eran las más cercanas a la Vía Láctea, pero tan solo eran dos entre los varios billones que existen y fueron estimadas en la actualidad.
La revelación de Hubble sucedió en un contexto especial: cuatro años antes del anuncio se había producido en Washington DC un acontecimiento llamado “el gran debate”. El mismo estuvo protagonizado por los científicos estadounidenses Harlow Shapley y Heber Curtis.
Shapley había demostrado recientemente que la Vía Láctea era mayor de lo que se había medido hasta entonces. De esta manera, el astrónomo sostenía que podía albergar nebulosas espirales en su interior. En la otra vereda, Curtis defendía la existencia de galaxias más allá de la nuestra.
A pesar de haber perdido la discusión años después - a raíz del descubrimiento sucedido hace un siglo - Shapley aportó un método clave para medir las distancias a través de la Vía Láctea que ocuparía un rol central en la investigación de Hubble.
Tras esto, sería la joven estadounidense Henrietta Swan Leavitt quién ahondara en la metodología de Shapley. Contratada para analizar las imágenes procedentes de observaciones telescópicas del Observatorio del Harvard College la astrónoma estudió placas fotográficas de análisis telescópicos de otra galaxia llamada Pequeña Nube de Magallanes, realizadas por otros investigadores del observatorio.
Su búsqueda estaba dirigida a encontrar estrellas cuyo brillo cambiara con el tiempo. De entre más de mil estrellas variables (cambiantes), identificó 25 que pertenecían a un tipo conocido como Cefeidas, resultado que publicó en 1912.
Gracias a esto, Leavitt llegó a un concepto determinante: las Cefeidas que pulsaban más lentamente eran intrínsecamente más brillantes (más luminosas) que las que pulsaban más rápidamente. A esto se lo denominó relación período-luminosidad. Esta relación y la llegada de otro estudio - el paralaje estelar - es lo que permitió luego calcular la distancia entre los cuerpos celestes.
En este escenario, Hubble trabajó con un telescopio - el Hooker - que contenía un espejo de 100 pulgadas (2,5 metros) de diámetro para recoger la luz: era el mayor telescopio de la época. Los grandes telescopios no sólo son más sensibles, sino que también crean imágenes más nítidas, factor determinante para que el astrónomo pueda dar con el descubrimiento.
Cuando Hubble comparó sus placas fotográficas tomadas con el Hooker con las tomadas en noches anteriores por otros astrónomos, se emocionó al ver que una estrella brillante parecía cambiar de brillo con el tiempo, como era de esperar en una Cefeida. Basándose en los cálculos de Leavitt, el astrónomo estadounidense dio en la cuenta de que la distancia que había medido para el cuerpo celeste superaba el tamaño que Shapley había determinado para la vía láctea, lo que daría cuenta de la existencia de otras galaxias cercanas.
La expansión del universo
Pero la revelación de Hubble no quedó allí. La utilización de telescopios también permitió medir la velocidad a la que una galaxia se acerca o se aleja de la Tierra. Para ello, los astrónomos miden el espectro de una galaxia.
En detalle, este concepto se refiere a las diferentes longitudes de onda de la luz que procede de cada uno de estos lugares en el universo. También calculan el llamado efecto Doppler y lo aplican a ese espectro.
Dicho efecto Doppler ocurre tanto en la luz como en las ondas sonoras. El mismo, por ejemplo, es el responsable de que el tono de una sirena aumente cuando se acerca un vehículo de emergencia y disminuya cuando pasa junto a nosotros.
Cuando una galaxia se aleja de la Tierra, las características del espectro conocidas como líneas de absorción tienen longitudes de onda más largas que si no se estuvieran moviendo. Esto se debe al efecto Doppler, y decimos que estas galaxias se han “desplazado al rojo”.
En 1904, el astrónomo estadounidense Vesto Slipher utilizó la técnica Doppler con un telescopio de 24 pulgadas en el Observatorio Lowell de Flagstaff (Arizona). y descubrió que todas las nebulosas - incluida Andrómeda -, estaban desplazadas al rojo, es decir, que se alejaban de la Tierra a velocidades de hasta mil kilómetros por segundo.
Hubble partió entonces de las mediciones de Slipher con sus estimaciones de distancia para cada galaxia y descubrió una relación: cuanto más lejos está una galaxia de nosotros, más rápido se aleja de nosotros. Este fenómeno puede explicarse gracias a la teoría del Big Bang, que detalla la expansión del universo a partir de un origen común.
Ambos descubrimientos fueron anunciados un siglo atrás. Hoy, Hubble ocupa un lugar privilegiado en la historia de la ciencia y, específicamente de la astronomía. Tanto es así que la Administración Aeronáutica y el Espacio - NASA por su siglas en inglés - nombró a uno de los instrumentos científicos más potentes jamás creados en honor al astrónomo: el telescopio espacial Hubble.
El telescopio Hubble es uno de los instrumentos más importantes en la astronomía moderna. En detalle, se trata de un telescopio reflector que orbita la Tierra a aproximadamente 593 kilómetros de altitud.
Fue lanzado el 24 de abril de 1990 y su diseño y funcionamiento son el resultado de una colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA). Esta herramienta permitió obtener imágenes del universo de alta resolución - incluyendo de diferentes objetos astronómicos, desde galaxias hasta exoplanetas - lo que revolucionó la comprensión actual del universo.
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