La historia de Adrián Martínez es un relato de superación. Hoy, goleador y figura en Racing, el delantero ha atravesado adversidades extremas, desde trabajar como basurero hasta ser encarcelado injustamente.
Fue basurero, estuvo preso y salió campeón con un grande del fútbol argentino como goleador y figura
La vida de un héroe que transformó su dolor en gloria deportiva.
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Su vida parece sacada de una película, pero con final feliz: es campeón y una pieza fundamental de uno de los equipos más grandes de Argentina.
De basurero a campeón: cómo es la historia de Adrián Maravilla Martínez
Nacido en Campana, provincia de Buenos Aires, Martínez vivió una infancia y adolescencia marcadas por el esfuerzo. Su vínculo con el fútbol comenzó de forma casual, jugando en el club barrial Las Acacias, donde su madre llegó a ocupar un rol de liderazgo. A diferencia de otros futbolistas, no tuvo la posibilidad de formarse en categorías juveniles profesionales.
A los 17 años tuvo un breve paso por Villa Dálmine, pero no logró consolidarse y continuó jugando en su barrio. Mientras tanto, trabajó en una distribuidora, recolectó residuos y realizó tareas de albañilería. Un accidente en motocicleta casi le cuesta la movilidad de una mano, sumando otro desafío a su vida.
La oportunidad que cambiaría su destino llegó recién en 2014, tras un evento trágico que lo afectó profundamente y que, a pesar de su injusticia, le dio el impulso necesario para iniciar su carrera profesional. En ese año, su hermano menor fue baleado y él fue arrestado por error, acusado de quemar y robar la casa del agresor.
Esta acusación lo llevó a pasar siete meses en prisión, aunque no había cometido ningún crimen. Durante ese tiempo en la cárcel, las condiciones fueron extremadamente duras: la violencia y el hambre eran constantes, y la vida en el penal parecía no tener esperanza. Sin embargo, fue allí donde Martínez encontró una fuente de fortaleza en su fe, algo que lo impulsó a salir adelante.
Finalmente, tras demostrar su inocencia y recuperar la libertad, su perspectiva sobre la vida cambió radicalmente. Decidió apostar todo al fútbol, rogando por una oportunidad que llegó ese mismo verano de la mano de Defensores Unidos de Zárate, un club de la Primera C. Fue fichado por el CADU, aunque inicialmente sin goce de sueldo, lo que no detuvo su deseo de salir adelante.
A pesar de no tener formación en divisiones juveniles, el delantero comenzó a destacar rápidamente. A los 22 años debutó oficialmente en el fútbol profesional y comenzó a marcar goles que llamaron la atención de equipos de categorías superiores. Su capacidad para moverse en el área y su valentía en cada jugada lo llevaron a romper barreras y comenzar un ascenso imparable en su carrera.
En 2017, su rendimiento en Defensores Unidos lo llevó a dar el salto a Atlanta, un equipo de la Primera Nacional. Allí continuó destacándose, convirtiendo goles clave, incluyendo uno memorable contra River Plate en la Copa Argentina. Este gol lo consolidó como una de las promesas del fútbol argentino.
Luego de su paso por el ascenso, su carrera tomó un giro importante cuando viajó a Paraguay para jugar en Sol de América, una institución que lo hizo brillar en el fútbol guaraní. A su paso por el club, se ganó el reconocimiento de los hinchas y, posteriormente, fichó por Libertad. Allí, su rendimiento fue espectacular, con un triplete en su debut en la Copa Libertadores de 2019, lo que le dio aún mayor notoriedad en el ámbito internacional.
Su paso por Paraguay lo catapultó a nuevas oportunidades, y tras su préstamo a Cerro Porteño y Coritiba, regresó a la Argentina para vestir los colores de Instituto, en Córdoba. En el conjunto cordobés, su capacidad goleadora continuó destacando: anotó 18 goles en 42 partidos y atrajo la atención de varios clubes de Primera División, lo que le permitió dar el siguiente paso en su carrera.
En 2024, la oportunidad soñada llegó: Racing Club, uno de los clubes más grandes de Argentina, decidió confiar en él. El futbolista se unió al equipo de Avellaneda, y su rendimiento no tardó en destacar. Con su impresionante capacidad goleadora, se consolidó como uno de los jugadores más importantes de la Academia, marcando goles clave, incluidos 10 tantos en la histórica campaña que llevó a Racing a conquistar la Copa Sudamericana después de 36 años de espera.
Su desempeño en el club no solo lo posicionó como uno de los grandes goleadores del país, sino que lo catapultó a un lugar de honor en la historia del club.
Por qué Adrián Maravilla Martínez estuvo preso
En 2014, su vida dio un giro inesperado cuando fue arrestado por un crimen que no cometió. En medio de un conflicto en su barrio, su hermano fue baleado y, sin pruebas de su implicación, él fue acusado injustamente de quemar y robar la casa del agresor. La acusación fue parte de un intento de las autoridades locales por controlar los conflictos en la zona.
Martínez fue detenido y encarcelado sin pruebas, lo que lo llevó a pasar siete largos meses en prisión. El tiempo en el penal fue una de las etapas más duras de su vida. En el lugar, las condiciones eran extremas: violencia, hacinamiento y hambre eran moneda corriente. El delantero, que hasta ese momento había llevado una vida bastante tranquila, se enfrentó a uno de los mayores desafíos de su existencia. A pesar de los momentos de desesperación, se mantuvo firme, fortalecido por su fe y la esperanza de que algún día se haría justicia.
Finalmente, a fines de 2014, el error fue corregido y Martínez recuperó su libertad. Al ser demostrado que no tenía relación con los hechos que se le imputaban, el futbolista regresó a su vida, pero con una visión totalmente renovada. En su mente solo había lugar para una cosa: el fútbol. Fue entonces cuando solicitó, con todo su ser, una oportunidad para probar su talento en la cancha.
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