El deporte profesional puede abrir puertas a la fama, a los lujos y a los millones, pero también puede ser la antesala de decisiones desastrosas. Cuando la fama no encuentra frenos ni guías, el final suele ser abrupto. La historia de Andy Van der Meyde es prueba de ello.
Fue futbolista, se hizo millonario y tenía tanto dinero que construyó un zoológico en su casa: terminó en la quiebra
Andy Van der Meyde ganó millones en el fútbol europeo, pero sus excesos lo arrastraron a la ruina y lo alejaron para siempre de las canchas.
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Del Ajax al Inter y del lujo absoluto a la bancarrota: la vida de Andy Van der Meyde fue un cóctel de talento, excesos y malas decisiones.
Durante años, este futbolista neerlandés brilló en clubes de elite y manejó cifras que para muchos eran inalcanzables. Pero el dinero, la noche y los excesos lo empujaron al borde del abismo financiero y personal. Terminó perdiéndolo todo.
Cómo fue la carrera de Andy Van der Meyde
Andy Van der Meyde creció en Arnhem y comenzó su camino en el Ajax, uno de los clubes más prestigiosos de los Países Bajos. Allí debutó como profesional y se ganó un lugar entre figuras como Zlatan Ibrahimovic y Wesley Sneijder. Rápido, habilidoso y con buen remate, no tardó en llamar la atención internacional.
Luego de un paso exitoso por el Twente, regresó al Ajax, donde consolidó su carrera. En 2003, el Inter de Milán lo contrató por siete millones de euros. Jugó en la Serie A, anotó en la Champions League y levantó la Coppa Italia. Sin embargo, su permanencia en el equipo italiano fue irregular y nunca logró afianzarse como titular.
En 2005, dio el salto a la Premier League con el Everton. Allí empezó a mostrar señales preocupantes: lesiones, bajo rendimiento y conflictos internos. Mientras su carrera se desinflaba, su vida personal entraba en una espiral marcada por el alcohol, las drogas y el descontrol.
La selección neerlandesa también le abrió las puertas. Jugó 17 partidos, marcó un gol y participó en la Eurocopa 2004. A pesar del talento, su falta de disciplina lo alejó rápidamente del plano internacional. El fútbol dejó de ser prioridad y los problemas empezaron a dominar la escena.
Retiro temprano y la bancarrota de Andy Van der Meyde
La caída fue rápida. A los 30 años, Van der Meyde se alejó del fútbol profesional tras una serie de escándalos, sanciones y apariciones mediáticas que daban cuenta de su deterioro físico y emocional. Llegó a entrenar sin dormir, tras beber una botella entera de ron.
Con ingresos millonarios y sin ningún tipo de control, derrochó su fortuna en autos de lujo, fiestas interminables y un zoológico personal en su jardín. Tenía caballos, loros, perros y tortugas, como si el dinero no tuviera fin. Pero sí lo tuvo.
A su llegada a Liverpool, donde le ofrecieron el doble que en el Inter, gastó sin frenos. Compró un Ferrari ni bien aterrizó y se perdió en la noche británica. Mientras tanto, los problemas de salud y la adicción lo alejaban cada vez más del deporte y de su estabilidad.
Años después, con la cuenta vacía y la fama evaporada, comenzó a colaborar con el Ajax para evitar caer en la ruina total. Publicó una autobiografía explosiva y comenzó a dar charlas sobre sus errores. La historia de Van der Meyde es el retrato brutal de cómo el éxito puede transformarse en tragedia cuando el talento no viene acompañado de equilibrio.
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