23 de noviembre 2024 - 16:00

Jugaba al tenis, fue número uno del circuito y ahora la rompe en el pádel: qué es de la vida de Patrick Rafter

Brilló en el tenis con su estilo de saque y volea, ganó finales inolvidables y ahora, a los 51 años, Patrick Rafter explora el pádel con pasión renovada.

El legado de Patrick Rafter, tanto en el tenis como en el pádel.

El legado de Patrick Rafter, tanto en el tenis como en el pádel.

El mundo del tenis es testigo de grandes leyendas que dejaron huella en el deporte, como Roger Federer y Rafael Nadal. Pero no todos estos íconos mantienen su lugar en los reflectores tras el retiro. Algunos, como Patrick Rafter, encontraron un nuevo camino en disciplinas como el pádel, un deporte que está ganando terreno entre los aficionados y ex profesionales.

Rafter, quien alcanzó la cima del ranking ATP y fue campeón de dos US Open, ahora canaliza su pasión competitiva en el pádel. Su historia, llena de logros, rivalidades y un estilo de juego único, sigue siendo recordada por los amantes del tenis, mientras que su nueva vida en el pádel sorprende y motiva a sus seguidores.

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Sus buenos saques y sus agresivas subidas a la red fueron la marca de Patrick Rafter dentro del tenis

Sus buenos saques y sus agresivas subidas a la red fueron la marca de Patrick Rafter dentro del tenis

Cómo fue la carrera de Patrick Rafter

Patrick nació el 28 de diciembre de 1972 en Mount Isa, Australia, en una familia numerosa y humilde. Desde pequeño mostró un interés natural por el tenis, entrenando con su padre y hermanos en canchas locales. Su habilidad lo llevó a destacarse en torneos juveniles, donde pronto llamó la atención de entrenadores que vieron en él a una futura estrella.

Rafter debutó en el circuito profesional en 1991, pero no fue hasta mediados de los años 90 cuando comenzó a mostrar su verdadero potencial. Su primer gran logro llegó en 1997, cuando sorprendió al mundo al ganar el US Open, derrotando a figuras como Michael Chang y Greg Rusedski. Este título no solo lo consolidó como un jugador de élite, sino que también lo convirtió en un ícono del tenis australiano.

El año siguiente fue aún más exitoso para este deportista, quien defendió su título del US Open, venciendo a Mark Philippoussis en la final. Además, logró importantes victorias en torneos como los Masters de Cincinnati y Canadá. En 1999, alcanzó el puesto número uno del mundo, aunque solo por una semana, lo que lo convirtió en el líder más fugaz de la historia del ranking ATP.

Entre sus mejores momentos, destacan sus finales consecutivas en Wimbledon en 2000 y 2001. A pesar de caer ante Pete Sampras y Goran Ivanisevic, respectivamente, esos encuentros son considerados clásicos del tenis por su intensidad y calidad técnica. Su paso por la selección australiana en la Copa Davis también dejó huella, liderando al equipo en varias finales.

Rafter se retiró en 2003, afectado por lesiones y una pérdida de motivación que él mismo describió como determinante. Su estilo de juego, basado en un saque y volea agresivo, lo convirtió en uno de los mejores voleadores de la historia, y su humildad dentro y fuera de la cancha lo hicieron ganar el respeto de fanáticos y colegas.

Patrick Rafter y su nueva vida en el pádel

Lejos del circuito de tenis, Patrick encontró una nueva pasión en el pádel, deporte que está experimentando un crecimiento explosivo en todo el mundo. En 2024, a sus 51 años, el australiano sorprendió al participar en el FIP Rise Australian Open, un torneo internacional de pádel, aunque fue eliminado en la primera ronda. Este evento marcó su debut oficial en el circuito de este deporte.

La Federación de Tenis de Australia nombró a Rafter como embajador fundador de Pádel Australia, destacando su compromiso para promover esta disciplina. "Me encanta este juego, es un desafío nuevo y emocionante. Tiene una estrategia única que lo hace diferente del tenis", explicó Rafter en una entrevista con la FIP.

Aunque su etapa profesional en el pádel apenas comienza, su pasión por aprender y competir lo mantiene motivado. Rafter señaló que lo que más disfruta es el aspecto táctico y el trabajo en equipo, características que lo diferencian del tenis. "Es como un ajedrez en movimiento; ganar requiere astucia y sincronización con tu compañero", comentó.

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