El Ministerio de Economía colocó $3,49 billones en la primera licitación de deuda en pesos del año. Tras el anuncio del Banco Central de que en febrero bajará el ritmo de devaluación, hubo alta demanda de instrumentos a tasa fija ya que los inversores salieron a asegurarse rendimientos por mayores plazos en busca de los reforzados retornos del "carry trade". Así, el equipo de Luis Caputo emitió el doble de lo que vence esta semana.
Deuda en pesos: tras el anuncio de baja del "crawling peg", Luis Caputo colocó el doble de lo que vencía
En la primera licitación del año, Economía adjudicó $3,49 billones. Alta demanda de instrumentos a tasa fija ante la confirmación de que bajará el ritmo de devaluación.
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Deuda: Economía sale a renovar vencimientos y el mercado está expectante por las tasas
En la primera subasta de 2025, el Gobierno enfrentaba vencimientos por $1,7 billones a raíz de una Lecap que expira este viernes. Por ello, según destacó el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, el monto colocado en la operación representó un porcentaje de renovación de los compromisos del 206%.
En el mercado señalan que, si se incluyen los pagos de distintos bonos efectuados desde la anterior licitación del Tesoro, los vencimientos en realidad ascendían a cerca de $2 billones.
Quirno anunció también que el excedente de financiamiento obtenido en esta subasta "será depositado en la cuenta del Tesoro en el BCRA". Esto implica que los $1,8 billones remanente serán utilizados como "colchón de liquidez" por parte del Gobierno de cara a la segunda licitación de enero, en la que enfrentará vencimientos mucho más abultados por cerca de $12 billones.
Deuda: detalles de la licitación
Con todo, la operación mostró un renovado apetito de los inversores por suscribir los títulos ofrecidos por el Gobierno, en particular los instrumentos a tasa fija. Por caso, Economía recibió 2.855 ofertas por un total de valor efectivo de $4,1 billones. De ese total, los funcionarios decidieron adjudicar $3,49 billones.
En esta oportunidad, la Secretaría de Finanzas había puesto sobre la mesa cuatro instrumentos: tres de ellos a tasa fija y uno atado a la inflación.
Hubo dos Lecap (letras capitalizables a tasa fija). La más corta, que vence el 31 de julio de este año, captó $940.000 millones a una tasa efectiva mensual (TEM) del 2,27%. También se ofreció una Lecap al 31 de octubre de 2025, que aportó $820.000 millones al 2,23% TEM.
Sin embargo, el instrumento más demandado de la licitación fue un Boncap con vencimiento el 30 de junio de 2026, en el que se adjudicaron $1,51 billones al 2,15% TEM. "Es la primera vez en más de 5 años que el Tesoro emite un instrumento a tasa fija a mas de 1 año y medio", celebró Felipe Núñez, director del BICE y asesor de Caputo.
Por último, el Boncer (bono atado a la inflación) al 31 de marzo de 2027 captó apenas $220.000 millones a una tasa interna de retorno efectiva anual (TIREA) del 7,62%. Esto demostró que el interés de los inversores se concentró en los instrumentos a tasa fija.
Apuestas al "carry trade"
La alta demanda de Lecap y Boncap reflejó el renovado apetito por apostar a la llamada bicicleta financiera. Es que el anuncio del BCRA sobre que, a partir de febrero, reducirá el ritmo del "crawling peg" (el deslizamiento del dólar oficial) del 2% al 1% mensual implicó un nuevo incentivo al "carry trade": con los rendimientos actuales de la curva en pesos, las ganancias en dólares de esta estrategia se ven reforzados.
"El mercado muestra apetito por la tasa a estos niveles, de manera que el Gobierno obtiene un roll-over significativo (206%)", consideró el economista Federico Machado.
Es por eso que, tal como contó Ámbito, en la city sostienen que hay margen adicional de compresión de los rendimientos en el mercado secundario. Asimismo, se espera que el BCRA implemente próximamente un nuevo recorte en la tasa de política monetaria, que remunera las LEFI (letras de liquidez emitidas por el Tesoro, que el Central les vende y compra a los bancos) y que actualmente se ubica en el 32% nominal anual.
Lo cierto es que la anunciada reducción del ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial viene, por un lado, a intentar reforzar el ancla cambiaria para intentar retomar el sendero de desaceleración de la inflación. El techo que se busca poner a las negociaciones paritarias actúa en tándem. Pero también tiene como objetivo apuntalar el incentivo al "carry trade", que en los últimos meses resultó clave para que el BCRA pueda comprar divisas en el mercado.
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