25 de junio 2024 - 00:00

Aldo Abram: "Viene una etapa (segundo semestre) en la cual se implementarán todas las medidas liberales"

El economista dijo que "hasta ahora lo que se está haciendo es lo que yo llamaría un plan de estabilización riesgo cero". Analizó además el rol de Federico Sturzenegger en este contexto, que a su entender no colisiona con las tareas del ministro Luis Caputo.

Aldo Abram, titular de la Fundación Libertad y Progreso.
Aldo Abram, titular de la Fundación Libertad y Progreso.

Para el director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, el segundo semestre esté caracterizado por una etapa en donde podrían implementarse “todas las medidas liberales” anunciadas durante la campaña por Javier Milei, luego de aplicar un “plan de estabilización riesgo cero” en esta primera etapa. En ese contexto, el economista se refirió al enfrentamiento que plantea el mercado entre Federico Sturzenegger y Luis Caputo, ambos ex presidentes del Banco Central (BCRA) en distintos momentos del gobierno de Mauricio Macri.

En diálogo con Ámbito, explicó además cómo fue la organización elaboró en conjunto con Sturzenegger para poner en marcha un plan de desregulación y reforma del Estado y anticipó que lograr la solvencia del regulador monetario va a llevar tiempo.

Abram revela que Sturzenegger está decidido a llevar adelante su proyecto, pero asegura que su rol dentro del Gobierno, si se suma como funcionario, será distinto al del ministro de Economía, por lo que considera factible una convivencia entre ambos.

Periodista: ¿Qué puede aportar Sturzenegger a la gestión? ¿Su lugar dentro del Gobierno podría trastocar la tarea de Caputo?

Aldo Abram: El rol que entra a cumplir Sturzenegger en el gobierno de Milei es absolutamente distinto al de Caputo. Él no está pensando en ser ministro de Economía, sino, en implementar un plan que, de hecho, con Libertad y Progreso, ayudamos a elaborar. En ese momento, él era parte del equipo de Patricia Bullrich y pensaba en un plan de desregulación y, quizás, de reforma del Estado. Su trabajo tiene que ver con cambiar o eliminar leyes para que las fuerzas del trabajo, creatividad y emprendedurismo se liberen y Argentina pueda crecer, con lo cual, no tiene nada que ver con el rol que hoy tiene Caputo, ni siquiera, en el Banco Central. El ministro de Economía está para otro tipo de gestión, incluso, su equipo no está trabajando en la parte de reforma del Estado activamente porque tienen otros miles de problemas.

P.: Aunque Milei se identifique con el liberalismo, colegas suyos como Roberto Cachanosky o Carlos Rodríguez, han hecho críticas a su gestión, vinculadas a la postergación de aumentos, regulaciones cambiarias y emisión monetaria. ¿Cree que la ideología se hizo a un lado en estos seis meses?

A.A.: Es cierto que el Gobierno actualmente recibe críticas del lado del liberalismo. Sin embargo, el mismo Presidente aclaró que va hacia el liberalismo, pero considera que, tras haber encontrado un BCRA absolutamente quebrado, sin reservas propias, usando más de u$s11.000 millones ajenos y un desequilibrio fiscal fenomenal, él no podía lanzarse abiertamente al liberalismo económico, sino que tenía que generar una transición. Yo tampoco soy de los que piensan que hubiera hecho todo como se hizo en esta gestión hasta ahora. La realidad es que hay que reconocer algunos éxitos como haber cerrado la brecha fiscal y atajado la inflación, pero muchos todavía criticamos el hecho de sostener el cepo y no haber ido a una unificación cambiaria. Ellos avanzan para acabar con el proceso hiperinflacionario y que el Central tenga cierto nivel de solidez para unificar el tipo de cambio y salir del cepo. Dan pasos sobre seguro, eso es lo que yo creo que caracteriza a esta gestión, pero implica una transición más lenta de la que por ahí a muchos liberales nos hubiera gustado.

P.: ¿Qué tan lejos se está de sacar el cepo? ¿Se pueden dar todas las condiciones juntas para hacerlo (tasa positiva, déficit cero, brecha baja, inflación desacelerando, etc.), o hay que resignar algún elemento?

A.A.: Para salir del cepo yo hubiera ido a una unificación cambiaria primero, como hizo el gobierno de Cambiemos, y luego hubiera eliminado las restricciones, regulaciones y parches que sostienen un tipo de cambio artificialmente fijado. De todos modos, el Gobierno está cumpliendo con los pasos que necesita para salir del cepo con un riesgo irrelevante. Lo que le falta fundamentalmente es que se apruebe el paquete fiscal, para acotar los ingresos por el impuesto PAÍS. Una vez que salga, se van a cumplir las condiciones que consideran necesarias para salir con bajo riesgo y en unas semanas van a terminar unificando el tipo de cambio.

P.: El ex ministro de Economía Domingo Cavallo alerta por un proceso de desinflación interrumpido y que se mantendrá en torno al 4% o 5%. ¿Coincide en esta idea?

A.A.: Que la inflación no siga bajando tiene su lógica porque todo el valor de la moneda destruido durante la gestión anterior se refleja por meses en el conjunto de bienes y servicios. Además, pensar que un Banco Central, que lo han dejado absolutamente quebrado, puede dar como resultado inmediato una inflación de un dígito es imposible. Va a llevar un tiempo que el BCRA recupere y tenga una solvencia mínima, hoy no podemos decir que la tiene.

P.: ¿Cree que, como dijo Fausto Spotorno, asesor económico de Milei, se trata de “un plan de transición”? De ser así, ¿habría que encarar el segundo semestre como una nueva etapa?

A.A.: Tiene que venir una segunda etapa, eso es seguro, porque hasta ahora lo que se está haciendo es lo que yo llamaría un plan de estabilización riesgo cero. Lo que caracteriza a este Gobierno es no dar un paso sin estar seguro de poder hacerlo. El motivo de esto yo creo que es más bien político. ¿Por qué? Porque saben que todo el mundo está tratando de ponerle palos y piedras como para que se tropiecen. El oficialismo mantiene poco apoyo dentro del Congreso, hay que tener en cuenta que es el primer gobierno democrático al cual no le aprueban una sola ley en seis meses de gestión. Hay un montón de corporaciones empresariales, gremiales, intelectuales y profesionales que durante décadas han logrado regulaciones, protecciones, restricciones, privilegios y subsidios que no van a los pobres sino al bolsillo de todos ellos. Eso es lo que se está tratando de eliminar, por eso no actúan con audacia, sino van paso a paso. Pero va a venir una segunda etapa en la cual se van a implementar todas las medidas liberales junto al mismo equipo, con la incorporación de Sturzenegger.

P.: ¿Cree necesario que haya nuevos fondos provenientes del Fondo Monetario, en el marco de un nuevo acuerdo? ¿Por qué el organismo, luego de la experiencia macrista, volvería a prestarle más dinero a la Argentina?

A.A.: Siempre que te prestan plata se hace más fácil un proceso de transición a una economía normal. Hay que apretar los dientes, hacer un sacrificio, resolver el problema y después gozar de los beneficios. Eso viene a ser el FMI. De todos modos, desembolsar nuevos fondos no es absolutamente necesario. Con que el FMI siga refinanciando los vencimientos hacia adelante ya alcanzaría, pero es cierto que cuanto más dólares te preste, te hace menos costoso social y políticamente resolver los problemas. La verdad es que el gobierno de Cambiemos cometió un gran error, que fue no encarar los problemas y eso fue lo que trajo la frustración anterior. Los problemas, lejos de achicarse, terminaron agrandándose hasta que derivaron en una crisis en 2018. En este caso, lo que observa el FMI es que el Gobierno explicó todo lo que había que hacer sin que el organismo se lo pidiera. Por eso el FMI está mucho más propenso a ayudar a un gobierno que dice “aprieto los dientes y resuelvo los problemas”, sin demorarlos.

P.: Incluso con Ley Bases aprobada, inflación a la baja y swap renovado, los mercados han tenido días de mala performance. ¿A qué considera que se atribuye la caída?

A.A.: Decir que siguen cayendo los bonos cuando la ley Bases está aprobada, me parece que no es razonable, porque todavía no está sancionada, tampoco el paquete fiscal, que en el Senado diluyeron de tal forma que deja bastante que desear. Si Diputados aceptara los cambios en su totalidad, sería una pésima señal. Por eso es que están las dudas en el mercado. ¿Qué pasaría si insistieran con su propio proyecto? Creo que sería una muy buena señal para todos, de un pequeño paso, ya no un salto como se pretendió con la ley original. Los mercados reaccionarían bien, la gente tendría más confianza en la Argentina y habría más consumo, más inversión, y podríamos pensar en una recuperación más fuerte.

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