En el complejo panorama económico argentino, la reciente iniciativa de blanqueo de capitalesse presenta como un rayo de esperanza para el sector inmobiliario. Tras años de desafíos, las condiciones parecen propicias para que esta medida actúe como un catalizador en el desarrollo de obras y la reactivación del mercado.
Blanqueo de capitales: la gran oportunidad que se abre para el sector inmobiliario
El blanqueo de capitales no es solo una medida fiscal; es una puerta abierta hacia el desarrollo y la estabilidad, plantea el autor, co-fundador de Grupo Nómada.
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La historia nos muestra que el blanqueo anterior, implementado en 2016, resultó en un incremento del 14,9% en las escrituras en el primer cuatrimestre. Este fenómeno no solo reactivó la demanda de propiedades, sino que también impulsó valiosos proyectos de inversión que, en un contexto de incertidumbre, se volvieron esenciales. Hoy, con el anuncio de un nuevo blanqueo, se espera un efecto similar que podría revitalizar el sector.
Este blanqueo puede atraer capitales que de otro modo permanecerían fuera del circuito formal. Aunque es prematuro cuantificar qué proporción de estos fondos se destinará al sector inmobiliario, es evidente que muchos inversores consideran a los bienes raíces como una opción confiable en tiempos de inflación.
Desde nuestra perspectiva como desarrolladores, el blanqueo de capitales representa una oportunidad única. La cantidad de consultas que hemos recibido desde que se anunció esta medida ha superado nuestras expectativas. Esto no solo evidencia el interés, sino también la necesidad de los inversores de buscar estabilidad en un entorno volátil.
El ladrillo sigue siendo un refugio seguro para aquellos que buscan preservar y aumentar el valor de sus ahorros. La tendencia es clara: los proyectos que califican para recibir fondos blanqueados están generando un interés significativo.
Es fundamental que aprovechemos esta coyuntura para canalizar inversiones hacia proyectos de largo plazo que no solo beneficien a los desarrolladores, sino que también mejoren la calidad de vida de los argentinos. La inversión en obras en construcción es lo que verdaderamente dinamiza nuestra economía.
En conclusión, el blanqueo de capitales no es solo una medida fiscal; es una puerta abierta hacia el desarrollo y la estabilidad. Estamos ante una oportunidad que, si se gestiona adecuadamente, puede transformar nuestra realidad económica y construir un futuro más sólido para todos. Es momento de actuar y de creer en el potencial del sector inmobiliario argentino.
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