A partir de la flexibilización del cepo, el dólar oficial para exportadores e importadores operó con alta volatilidad, siempre entre las bandas fijadas por el Gobierno y por debajo de la devaluación que esperaba el mercado. De todos modos, en términos de competitividad para la economía argentina, los analistas siguen advirtiendo problemas.
Competitividad en riesgo: cómo afecta el nuevo dólar a las empresas y qué puede ocurrir en los extremos de la banda
La flexibilización del cepo trajo aparejada una suba del tipo de cambio oficial, aunque menor a la que se esperaba. Esta semana, la divisa se acomodó algo por debajo de los $1.200.
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El dólar oficial se encuentra actualmente por debajo del centro de la banda de flotación.
En los primeros dos días bajo el nuevo esquema cambiario, el dólar mayorista subió a la zona de los $1.200, justo en el centro de las bandas de flotación establecidas entre los $1.000 y los $1.400. Eso implicó un salto del 11% en el tipo de cambio real multilateral (TCRM), que compara el precio de la divisa a nivel local con el de sus socios comerciales.
Sin embargo, esa suba no significó una corrección demasiado significativa del atraso cambiario que se venía acumulando y el TCRM volvió apenas a niveles de mediados de 2024, o de 2017 para tomar otra referencia. Asimismo, permaneció cerca de un 25% por debajo del nivel de los primeros cuatro meses de mandato de Javier Milei, e incluso fue inferior a los valores registrados durante todos los meses de la gestión del Frente de Todos, con excepción de noviembre de 2023.
En el comienzo de esta semana la cotización del oficial se desplomó a la zona de los $1.100, por lo cual se volvieron a percibir niveles de apreciación parecidos a los de fines de 2015, que eran los que se veían en la previa a la reciente eliminación de restricciones. Luego el precio volvió a subir, para acomodarse algo por debajo de los $1.200.
"Consideramos que la volatilidad se da enmarcada en un proceso lógico dado el nuevo esquema, con el mercado acostumbrándose a la flotación y el tipo de cambio buscando precio en el centro de las bandas. Dadas las expectativas de ingreso de divisas no sería descabellado esperar un tipo de cambio que continúe apreciándose en la primera mitad del año, con la liquidación del agro y la flexibilización de acceso al MULC para inversores no residentes como protagonistas", señalaron desde Invertir en Bolsa.
¿Qué implica este nuevo dólar en términos de competitividad y qué pasaría en los extremos de la banda?
En resumen, un dólar en el centro de la banda implica tener una apreciación similar a la que tuvo el gobierno de Mauricio Macri, que favoreció un creciente déficit de cuenta corriente, dificultando así la acumulación sostenible de reservas en un contexto en el cual el acceso a los mercados internacionales de deuda estaba encontrando un límite. Mientras que, un dólar en el piso de la banda como pretende Milei y su equipo económico significaría remontarse a 2015 o a épocas de la convertibilidad.
"En su estrategia antiinflacionaria, el Gobierno ha optado por desatender deliberadamente las dimensiones productiva y competitiva de la economía. En este contexto, es esperable que intente sostener la tendencia a la apreciación mediante el ingreso de dólares financieros. Esto no solo limita la capacidad de revertir el déficit de cuenta corriente, sino que también compromete la competitividad de sectores clave como la industria, en un escenario de apertura comercial y condiciones externas poco favorables", sostuvo en diálogo con Ámbito Pablo Moldovan, director de la consultora C-P.
El especialista remarcó que, mientras un escenario en el piso de la banda plantea problemas de competitividad cambiaria, el techo de la banda obliga al Gobierno a una reacción de política contractiva en el plano fiscal y monetario que también es problemático para el mundo de la producción".
Por su parte, Guido Zack, director del área de economía en Fundar, subrayó que un tipo de cambio a $1.200 significa cierta ganancia de competitividad para los importadores, aunque sigue siendo bajo, mientras que la mejora para los exportadores es mucho menor, dado que estos contaban previamente con el esquema "blend", que les permitía liquidar sus ventas al dólar CCL, más caro que el oficial.
En cuanto a los escenarios extremos, expresó que un tipo de cambio pegado a la banda inferior traería consecuencias positivas en el corto plazo, ya que la inflación se reduciría y mejorarían los ingresos reales, pero negativas a mediano plazo ya que muchos sectores se verían afectados. "Tarde o temprano ese tipo de cambio insostenible pega el salto, acelerando la inflación y deteriorando los ingresos", acotó.
Con un tipo de cambio cerca de la banda superior, agregó, en el corto plazo habría problemas vinculados a su impacto recesivo, mientras que su sostenibilidad a largo plazo estaría atada a la capacidad del Gobierno de anclar expectativas y de acumular reservas.
El turismo como reflejo de la apreciación cambiaria
Los efectos de la apreciación cambiaria volvieron a estar reflejados en el turismo de marzo, previo al cambio en la política cambiaria. Mientras los viajes al exterior se duplicaron en términos anuales, los arribos de extranjeros cayeron un 24%.
Así lo reflejó el INDEC en su informe de Estadísticas de Turismo Internacional. En el caso del turismo emisivo, las principales subas se verificaron en los viajes a Chile (+170,3%) y Uruguay (+104,2%), mientras que Brasil fue el país que más argentinos recibió, con un incremento del 99,4% respecto de marzo de 2024.
"Siempre que sea más barato ir a Florianópolis que ir a Mar del Plata, Argentina tiene un problema. Primero, porque se va a gastar todos los dólares de Vaca Muerta en turismo emisivo, pero también porque afecta a otros sectores de la economía, como los industriales", dijo al respecto Zack.
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