9 de octubre 2024 - 00:00

Diálogos de Wall Street

El mercado de trabajo no está nada mal en los EEUU y es una buena noticia. La FED recorta sus tasas y habla de bajarlas más, pero estalló una rebelión de las tasas largas que suben a contramano y mucho. ¿Es hora de que se ensaye un cambio de planes, Gekko?

¿Cómo seguirá la política de la FED con las tasas? Lo analiza el experto que se hace llamar Gordon Gekko.

¿Cómo seguirá la política de la FED con las tasas? Lo analiza el experto que se hace llamar Gordon Gekko.

Gordon Gekko: A tono con una economía muy robusta.

P.: Los mercados tomaron nota. Y ya tacharon la doble. Pero todavía creen que la FED recortará la tasa un cuarto de punto en noviembre. ¿No es un buen momento para pensar que quizás el banco central quiera tomarse una pausa?

G.G.: No se apure. Antes de la próxima reunión va a correr mucha agua bajo el puente. Incluyendo otra lectura del informe laboral, la de octubre. Y también pasará la elección. Aunque no es seguro que para entonces tengamos claro el escrutinio definitivo. Pero no es todo. Sobrevuela un huracán terrible en ciernes -el Milton- y otro ya arrasó el continente. La visibilidad que dejen en la data tal vez no sea muy buena. Los vientos de guerra en Medio Oriente y la suba del precio del petróleo también pueden influir en la definición. Es temprano para anticiparla.

P.: Varios funcionarios hablaron ya. Ninguno mencionó la posibilidad de suspender la baja de tasas.

G.G.: Cuando se rebajó medio punto la tasa, Jay Powell fue muy transparente. Comenzaba un proceso de reducción, dijo. No iba a ser una sola baja. El próximo paso, sin embargo, no estaba predeterminado. Medio punto, un cuarto, nada. Si la inflación de septiembre da mal, lo sabremos esta semana, la idea de tomarse un descanso vendrá por añadidura. Pero no es lo que se espera. Los mercados ya borraron la idea de un recorte de medio punto. Y le asignan poco más de 10% de chances a la posibilidad de abrir un compás de espera. Todavía apuestan fuerte a la baja de un cuarto de punto. Y nadie salió a desmentirlos.

P.: ¿Es demasiado riguroso pensar que la FED se va a quedar de brazos cruzados en lo que resta del año? Y que en todo caso retomará la baja el año que viene.

G.G.: El 18 de septiembre, cuando se recortó el medio punto, era el consejo de dos de los 19 personeros que tienen voz en el asunto. Después de ver el último informe de empleo tal vez se puede haber sumado algún otro. Había siete que querían solo una reducción de un cuarto de punto adicional. Sería lógico que ahora lo estén meditando. Los futuros hoy le asignan 9% de probabilidades. Lo juzgan poco probable, no imposible.

P.: ¿Y de qué dependería?

G.G.: De que se compruebe la vigencia de demasiada exuberancia.

P.: ¿No es suficiente ya? La economía crece más de un punto porcentual por encima de su velocidad potencial en pleno empleo. Y septiembre corroboró una generosa creación de nuevos puestos de trabajo. ¿Qué más?

G.G.: Si todo quedase allí, me imagino que tendríamos una sola baja de un cuarto de punto. En noviembre o en diciembre, pero sin repetir. Para que la FED se abstenga por completo, la inflación también debería inflamarse.

P.: Usted citaba el repunte de la tasa larga, la semana pasada, antes del informe de empleo. Y entonces era leve. 10-15 puntos base desde que la FED estrenó la poda de tasas. Ahora la tasa de diez años cruzó rauda en alza el umbral de 4%. Es un aumento contundente que se acerca al medio punto que bajó Powell. ¿No nos está advirtiendo de un error? ¿No le pone un límite como usted puntualizaba?

G.G.: El mensaje es que el proceso de bajas de la FED -el medio punto que ya ejecutó y lo que se espera que haga hacia delante- procede demasiado rápido.

P.: Que fue una equivocación como dice Larry Summers.

G.G.: No, necesariamente. Pero sí que debe desacelerarse. La mitad de la suba nominal de la tasa larga es un aumento de la tasa real. Nos habla de una economía funcionando a todo vapor. Gracias a una productividad mayor. Ninguna objeción, allí. La otra mitad puede asimilarse a un salto en la inflación esperada. Recuerde que se votó con un disenso. La gobernadora Bowman no quería que se olvidara que la inflación todavía no está metida dentro del corral del 2%. La baja de tasas puede avanzar en la medida en que no entre en conflicto con el proceso de desinflación.

P.: ¿Y qué tan factible lo ve?

G.G.: Perfectamente. Con una economía sólida y en pleno empleo, la FED no debiera tener prisa por bajar las tasas. Pero, los fed funds en 5% le conceden un margen amplio de reducción. La tasa neutral merodea 3%. Y hay tiempo para que la inflación descienda y se acomode en 2%. No es tampoco una urgencia. Es el mejor de los mundos. Solo debe evitar atropellarse y estropearlo. Para no cometer equivocaciones podría intervenir reunión por medio sopesando con calma la información y las circunstancias, como lo ha hecho con éxito tantas otras veces.

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