En la city todos miran las reservas y comentan los distintos escenarios sobre una negociación con el Fondo Monetario Internacional, de la cual aún no hay mayores precisiones. En ese marco, crecen las dudas sobre el futuro del esquema cambiario. Las significativas caídas de los activos financieros argentinos durante febrero lo reflejan. También las mayores presiones sobre el dólar registradas en lo que va del año, que llevaron al Banco Central a ampliar su intervención directa pese a la continuidad del “blend”.
Dólar: crece la intervención sobre la brecha y ya se llevó todas las divisas del saldo comercial
Un informe privado estimó que en 2024 el Gobierno usó u$s21.743 millones para contener el MEP y el CCL por distintas vías. En enero pegó otro salto. Las divisas que faltan para este año y la sobrevendida negociación con el FMI.
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El dólar, las reservas y la intervención del BCRA, bajo la lupa de la city.
De hecho, un informe privado mostró que, en 2024, cada “dólar genuino” que entró al país por superávit comercial de bienes fue utilizado para contener la brecha. Ante el desplome del saldo comercial causado por la apreciación y la apertura importadora, ese fenómeno se acentuó en el comienzo de este año. Este viernes, el BCRA informó que en enero gastó u$s984 millones para intervenir de forma directa sobre el MEP y el CCL, un monto récord en la gestión de Javier Milei que se suma a lo aportado el “blend”.
Lo cierto es que el esquema cambiario está bajo la lupa. El Gobierno se aferra a la “tablita” para intentar llegar a las elecciones sin sobresaltos inflacionarios. Con reservas netas en terreno bien negativo, Luis Caputo apuesta a que el Fondo le suelte nuevo endeudamiento pero el organismo pretende un mayor ritmo de devaluación. Mientras tanto, las advertencias sobre el impacto de la apreciación cambiaria abundan y el mercado empezó a mirar de reojo la sobrevendida negociación con el FMI.
El ministro no viajó a la reunión del G20 en Sudáfrica para reunirse con autoridades del organismo, como se esperaba. Pero en la tarde del viernes, la número 2 del Fondo, Gita Gopinath, dio a conocer a través de su cuenta en la red social X una reunión virtual mantenida con Caputo y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, a pedido de los funcionarios argentinos. “Se están logrando muy buenos avances en las negociaciones para un nuevo programa”, aseguró Gopinath en la habitual jerga del FMI. Nada más.
En cualquier caso, muchos en la city creen que el propio acuerdo con el Fondo decantará en una modificación del esquema cambiario, a más tardar después de las elecciones. A punto tal que uno de los bancos más grandes de Estados Unidos, el Bank of America, publicó un reciente informe en el que proyectó un dólar a $1.400 hacia fin de año. Más allá de que el Gobierno desmiente una devaluación, el reporte impactó en las expectativas reflejadas en el mercado del dólar futuro: el contrato a diciembre subió 1% entre jueves y viernes hasta los $1.302, un nivel que ya supera en más de 10% la suba prometida por el Gobierno con la “tablita” del 1% mensual.
Dólar: crece la intervención sobre la brecha
El equipo económico intenta que las expectativas no se desanclen del todo. Para sostener el ritmo de compras del BCRA en el mercado oficial, decidió flexibilizar parcialmente el acceso al crédito en dólares para no exportadores (una medida cuestionada, como contó Ámbito) y estimula el “carry trade”. También necesita que no se expanda la brecha y, por eso, incrementa su intervención directa sobre los dólares financieros.
Un informe de la consultora CP estimó que ya el año pasado el Gobierno canalizó al mercado de bonos unos u$s21.743 millones entre las distintas vías de intervención, directas e indirectas. Y mensuró la relevancia de ese monto: “Se trata del equivalente a prácticamente la totalidad del del superávit comercial de bienes de 2024 (96%)”. La firma dirigida por Federico Pastrana y Pablo Moldovan llegó a ese porcentaje al compararlo contra el saldo cambiario de bienes en el mercado oficial, sumado a las exportaciones concertadas al CCL menos la deuda comercial. En cambio, si se la compara contra el superávit devengado de bienes que informó el INDEC, la intervención representó el 115%.
CP también lo comparó con otro fenómeno: la formación de activos externo (FAE o “fuga”) del gobierno de Mauricio Macri. “El equipo económico liderado por Caputo vende hoy a través de los mercados financieros un monto semejante a lo que vendió en concepto de FAE en su primera gestión (u$s22.775 millones en 2017)”, advirtió. Aquel año también estuvo marcado por una apreciación cambiaria, que se revirtió drásticamente en 2018.
La principal vía de intervención indirecta es el “dólar blend”, el mecanismo que deriva el 20% de la liquidación de exportaciones al mercado del CCL. A eso se suman los dólares del turismo receptivo que se pagan al dólar financiero. Cuando nada de esto alcanza para contener la brecha, el BCRA interviene de forma directa con venta de reservas en el mercado de bonos.
Lo cierto es que, en los últimos meses, la intervención directa se incrementó. El BCRA informó en las últimas horas que, en enero, gastó u$s984 millones de las negativas reservas para contener la brecha. Un monto récord, que se sumó a los alrededor de u$s1.500 millones de exportaciones que se liquidaron al CCL por el esquema “blend”. Como contó Ámbito, las estimaciones de los operadores de la city dan cuenta de que en febrero el Central siguió gastando divisas de forma casi constante.
Como punto de comparación, en enero el superávit comercial devengado de bienes que informó el INDEC fue de apenas u$s142 millones y el ingreso neto de divisas por vienes a través del mercado oficial de cambios (diferencia entre exportaciones liquidadas en esta plaza y los pagos de importaciones) fue de u$s425 millones. En ambos casos, muy por debajo de lo que vendió el BCRA para intervenir sobre los dólares financieros.
“Mientras un monto equivalente a la generación de dólares ‘genuinos’ de la economía se orientan a abastecer la contención de los dólares paralelos, el mercado del dólar oficial mantiene su saldo positivo gracias a los aportes del endeudamiento privado. El resultado del mercado oficial se ha vuelto en extremo dependiente del ciclo de ‘carry trade’ que desencadenó el blanqueo”, advirtió CP.
Más allá de que las reservas netas son hoy negativas, el BCRA tiene liquidez como para seguir interviniendo. De acuerdo a su regla monetaria, inaugurada en julio de 2024, por la cual el BCRA anunció que intervendría en el MEP y el CCL con el equivalente a los pesos emitidos para comprar divisas en la plaza oficial, la consultora PxQ, de Emmanuel Álvarez Agis, calculó que aún tendría un remanente cercano a los u$s5.300 millones.
El faltante de divisas de 2025
El Balance Cambiario de enero que publicó el BCRA el viernes dejó la confirmación de otro dato preocupante, que da cuenta del impacto de la estrategia de profundizar la apreciación cambiaria. En el primer mes del año, salieron del país u$s1.112 millones en concepto de viajes y otros pagos con tarjeta al exterior, un nivel que no se veía desde enero de 2018 (u$s1.339 millones), poco antes del estallido de la crisis del Gobierno de Mauricio Macri. En total, la balanza de servicios fue deficitaria en u$s1.187 millones.
Según el BCRA, alrededor del 70% de los consumos en dólares con tarjeta en el exterior fueron cancelados con fondos propios de los clientes (en general comprados a través del MEP). El 30% restante abonado con pesos al “dólar tarjeta”, es decir, fue la porción que directamente salió de las reservas. Sin embargo, el pago con divisas propias también incrementa la demanda en el MEP y es una de las razones por las que el BCRA aumentó su intervención directa, por lo que de alguna manera también afecta las reservas.
Con todo, los economistas sacan cuentas sobre el sustento que tendrá el Gobierno para defender su esquema cambiario. La conclusión: según la consultora 1816, este año le faltarán muchas divisas si es que no consigue un nuevo puente, como el que aportaron primero la calendarización del pago de importaciones y luego el blanqueo. ¿Cuántas? De acuerdo con sus cálculos, necesitaría conseguir u$s9.000 millones para pagar los vencimientos de deuda externa sin perder reservas brutas. Si finalmente el puente es el FMI, no estará exento de condicionamientos, sobre todo en materia cambiaria.
La consultora CP estimó un faltante superior. Proyectó una cuenta corriente cambiaria (el flujo de bienes, servicios e intereses, entre otros) deficitaria en u$s19.900 millones, que sería parcialmente compensada por una cuenta financiera superavitaria en u$s6.200 millones. En ese escenario, le quedaría por cubrir un agujero de más de u$s13.000 millones.
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