21 de octubre 2024 - 00:00

EEUU al rojo vivo: la economía y la campaña calientan motores a fondo. Y la Bolsa suma récords sin perturbarse

Que la economía vuela, no se discute. La data es categórica. Y si se incorpora los pronósticos de actividad en tiempo real, el andar se revela más y más vigoroso. No es únicamente la economía, la política también acelera. La ambición conduce las riendas. No el cálculo político.

La economía de EEUU es la envidia del mundo, publicó The Economist en su portada. Aunque no pueda hablarse (todavía) de un dólar fuerte.
La economía de EEUU es la envidia del mundo, publicó The Economist en su portada. Aunque no pueda hablarse (todavía) de un dólar fuerte.
NYSE

La FED confía en el aterrizaje suave. Es entendible. La economía de los Estados Unidos es la envidia del mundo, exclama la portada de The Economist. Y lo ilustra así: un fajo de dólares que se dispara a las alturas como si fuera un cohete centelleante. Curioso: no hace referencia a ningún efecto suelo. Es, al revés, la imagen de un raudo ascenso a las alturas. La metáfora es intuitiva, aunque no pueda hablarse (todavía) de un dólar fuerte. Si Donald Trump recupera la presidencia, y pretende cumplir su plataforma electoral, la alegoría será perfecta. Aunque entonces se hará cuesta arriba sostener la envidia del planeta.

Que la economía vuela, eso sí no se discute. La data es categórica. Semana que pasa, los indicadores renuevan sus lecturas, y es siempre la misma historia, con un plus. Las ventas minoristas de septiembre, más altas que lo esperado. Los pedidos de subsidios de desempleo, que se desbordaron dos jueves atrás por el paso del huracán Helene, volvieron a calmarse. Y que conste que debieron lidiar con otro huracán más, el Milton, y la huelga de Boeing. Ese trío de calamidades estuvo también detrás de la merma de la producción industrial. Trepó 0,3% en agosto, cayó lo mismo en septiembre. Sin embargo, la FED estima que solamente los huracanes detrajeron 0,3%. Y el conflicto sindical, otro tanto. No es un mal registro tampoco para un sector que se amesetó desde marzo de 2022 (cuando la FED comenzaba de cero la suba de tasas). Se sabe que toda la pujanza viene del lado de los servicios.

Si la data fresca se incorpora en los pronósticos de actividad en tiempo real, el andar se revela más y más vigoroso. El PBI creció 3% en el segundo trimestre. La FED de Atlanta estima que se aceleró a 3,4% en el tercero. El consumo privado habría escalado de 2,8% a 3,6%. Y la inversión en equipos, de 9,8% a 11,3%. Digno de envidia. Más todavía si se considera que la economía aceleró con el corsé de una política monetaria restrictiva que la FED estima que debe relajarse. Pero más terrenal -y criticable- si se observa la política fiscal ultra-expansiva que los candidatos en campaña también planean relajar.

¿Qué hará la Fed cuando se reúna el 7 de noviembre?

El 18 de septiembre, antes que terminara el tercer trimestre, la Fed estrenó la poda de tasas con un recorte de medio punto. ¿Qué hará cuando se reúna de nuevo el 7 de noviembre? Podría sacar la pava del fuego, hacer una pausa amistosa, y diferir la reducción de la tasa a diciembre, si es que se la necesitase. Así lo esbozó Raphael Bostic tras conocer la inflación de septiembre (tenuemente más alta que lo esperado). Si esa fuera la idea del banco central, tendrá que decirlo expresamente. Caso contrario, es un cabo suelto. Y la sugerencia del gran jefe Powell dominará las expectativas. Un cuarto de punto de baja en noviembre. Otro, en diciembre. La fogosidad de la data no importa.

kamala harris donald trump
La elección en EEUU se celebra en quince días. ¿Trump o Harris?

La elección en EEUU se celebra en quince días. ¿Trump o Harris?

Elecciones en EEUU: la política también acelera

No es únicamente la economía, la política también acelera. La elección se celebra en quince días. Es una porfía cerrada que no admite descuidos. La campaña levanta su voltaje. Trump se rehízo. Avanza en las encuestas desde fines de septiembre y pelea palmo a palmo con Harris la supremacía en el Colegio Electoral. Y en los mercados de apuestas (donde la manipulación es factible) arrasa. El magnate tiene el momentum a su favor más que una diferencia sólida. No obstante, un inversor legendario, Stan Druckenmiller, señala que los mercados, desde hace un par de semanas, están convencidos del triunfo de Trump. “Se puede ver en las acciones bancarias, se puede ver en las criptomonedas”, dijo. Se podría deducir también del hecho de que las tasas largas subieron en la misma magnitud que la FED bajó sus tasas. Empero tanto Harris como Trump prometen ahondar todavía más el déficit fiscal – 6,4% del PBI, en el ejercicio 2023/2024 -. Cualquiera de los dos podría ser el culpable. En definitiva, una campaña preñada de grandes sorpresas bien podría alumbrar una última, a manera de broche de oro.

Con la temperatura ambiente en alza, y una Fed templada, la Bolsa tampoco se enfría. Suma récords en el Dow Jones y el S&P500. ¿Será otra señal de que gana Trump? No. El mercado bull nació en octubre de 2022 bajo la égida de un Biden ya vacilante, y desde entonces no sabe hacer otra cosa. La ambición conduce las riendas. No el cálculo político. Pero tiene una posición tomada. Trump habla de subir aranceles a mansalva, cerrar las fronteras y deportar inmigrantes (que son la elasticidad de la oferta laboral). Y, con un déficit monstruoso en pleno empleo, promete rebajar impuestos (a excepción, claro está, de los aranceles). Harris vierte barbaridades también, pero más convencionales y a menor escala. La Bolsa que enhebra récords sin levantar siquiera su volatilidad dice también lo suyo. Que esto es "business as usual", que no les cree a los políticos y que a la Fed sí le cree que podrá bajar las tasas. Se podrá alegar que es un exceso de confianza. No que carece de experiencia.

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