Donald Trump se inclinó finalmente por Scott Bessent para el cargo de Secretario del Tesoro. Se trata de un veterano de Wall Street que trabajó para George Soros y es fundador de la gestora de fondos de cobertura Key Square Group. Fue un asesor económico clave de la campaña 2024 de Trump y se impuso a otros candidatos a suceder a Janet Yellen como Howard Lutnick (CEO de Cantor Fitzgerald y BGC Partners) que lidera el equipo de transición Trump-Vance y estará a cargo del Departamento de Comercio, y Kevin Warsh (ex Morgan Stanley y ex gobernador de la Fed).
EEUU: lo que implica para la economía la designación del nuevo secretario del Tesoro
Donald Trump nominó para un puesto clave al veterano inversor Scott Bessent, quien heredará una economía y un entorno de mercado sólidos y unos cuantos desafíos, pero también tendrá que gestionar los cambios transformadores prometidos por el líder republicano.
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En su declaración sobre la nominación de Bessent, Trump dijo que la política económica bajo su administración mantendría el estatus de moneda de reserva del dólar, fortalecería la posición de Estados Unidos como la economía más fuerte del mundo y vigorizaría el sector privado. ¿Cuáles fueron las primeras reacciones en Wall Street sobre la nominación de Bessent? Como consignan varios medios especializados los mercados apuestan a que Bessent será una fuerza de estabilidad dentro de la administración de Trump.
Para empezar, a los inversores les agrada que Trump no haya hecho otro nombramiento arriesgado para el gabinete, consideran que su experiencia en Wall Street es un punto a favor y esperan que adopte políticas mesuradas y suavice los matices de la agenda más grandilocuente de Trump. En el pasado, Bessent habló de aplicar impuestos comerciales, una estrategia que tiene menos probabilidades de perturbar los mercados o provocar inflación que la que Trump defendió durante la campaña electoral. También evaluó cómo volver a un déficit presupuestario de 3% mediante la desregulación, el dominio energético y la reprivatización de la economía, y estimular el crecimiento económico. Su visión explica por qué los bonos del Tesoro de EE.UU. continuaron su repunte con los rendimientos a 10 años cayendo al 4,3%, mientras tanto, el dólar se debilitó frente a otras monedas, lo que refleja la creencia de que Bessent será menos entusiasta que su jefe en materia de aranceles.
Se lo considera un halcón fiscal y en una entrevista con el Wall Street Journal, Bessent dijo que su prioridad será implementar los recortes de impuestos de Trump, al tiempo que se introducen aranceles y se recorta el gasto; y también mantener el estatus del dólar como moneda de reserva mundial será un objetivo prioritario. Esto último un gran desafío ya que Trump viene señalando que EEUU tenía un problema de competitividad de la moneda en términos de costos internacionales. Por eso muchos se preguntan cuánto durará la luna de miel de Bessent, ya que Trump llenó su primer gobierno de empleados de Wall Street y ejecutivos de corporaciones que, al final, acabaron enemistados con él.
¿Qué significa la nominación de Bessent para la economía?
Ahora bien, ¿qué significa la nominación de Bessent para la economía? En primer lugar, vale recordar que Bessent hizo cada vez más explícito sus puntos de vista sobre cuestiones políticas clave para la próxima administración, incluidos los impuestos, la desregulación, el gasto y el comercio. Sus opiniones se resumieron en su apoyo a un enfoque de tres frentes: crecimiento del 3%, déficit presupuestario del 3% del PBI y 3 millones de barriles más por día de producción de petróleo. Bessent heredará una economía y un entorno de mercado fundamentalmente sólidos, pero enfrenta desafíos. La inflación sigue siendo elevada, lo que provoca la ira de la gente. Se proyecta que los déficits presupuestarios federales seguirán siendo históricamente grandes, lo que requerirá una emisión de deuda récord. Lo más crítico es que tendrá que gestionar los cambios transformadores prometidos por la administración entrante: recortes de impuestos y reducciones del gasto, amplia desregulación, una ofensiva contra la inmigración y una escalada dramática de los aranceles.
Cuatro claves para explicar la nominación
En este contexto cuáles serían las cuatro conclusiones clave de esta nominación para la economía. Para ello recurrimos al análisis de los estrategas del Deutsche Bank liderados por Matthew Luzzetti.
- Un contrapeso a los aranceles: para los mercados, la señal más importante de la nominación del Secretario del Tesoro fue la priorización y el consenso en torno a las promesas arancelarias de Trump, ya que si Trump hubiera promovido al ex Representante Comercial de EEUU Lighthizer al puesto del Tesoro, habría reforzado el potencial de un enfoque maximalista para el comercio. Los escritos recientes de Bessent apoyan el uso de aranceles, pero no se cree que sea un intransigente en materia comercial. En general, ha defendido los aranceles como mecanismo de negociación y ha apoyado un enfoque gradualista con una orientación sustancialmente hacia adelante, llegando incluso a proponer la implementación de aranceles del 50-60% sobre China aumentándolos en 2,5 puntos porcentuales por mes. Por lo tanto, la presencia de Bessent debería actuar como contrapeso a los impulsos más extremos de Trump en materia de aranceles, así como a otras voces que apoyan estas políticas (como Lutnick). En consecuencia, si bien se cree que Trump cumplirá su promesa de campaña de aumentar los aranceles, la designación de Bessent respalda la lógica de un enfoque algo más estratégico o gradualista para las guerras comerciales. Dijo Bessent: “Si se utilizan estratégicamente, los aranceles pueden aumentar los ingresos del Tesoro, alentar a las empresas a restablecer la producción y reducir nuestra dependencia de la producción industrial de rivales estratégicos. Durante demasiado tiempo, la sabiduría convencional ha rechazado el uso de los aranceles como herramienta de política económica y exterior. Sin embargo, al igual que Alexander Hamilton, no deberíamos tener miedo de utilizar el poder de los aranceles para mejorar las condiciones de vida de las familias y las empresas estadounidenses”.
- Déficits y gestión de la deuda: Bessent ha abogado constantemente por la reducción del déficit presupuestario federal (quiere reducirlo aproximadamente a la mitad, hasta el 3% del PBI. Sin embargo, es probable que llegar a ese punto resulte difícil. La principal vía para reducir los déficits, en opinión de Bessent, es mediante un crecimiento sólido respaldado por una desregulación significativa de la economía. Sin embargo, Bessent ha abogado por la ampliación de la TCJA (La Ley de Empleos y Reducción de Impuestos), que añadirá automáticamente alrededor de 1 punto porcentual del PBI a los déficits en los próximos años, lo que dejará los déficits en relación con el PBI por encima del 6%. Por otro lado, si bien apoya medidas de reducción de costos como la derogación de algunas disposiciones de la IRA (Ley de reducción de la inflación) y la congelación del gasto discrecional fuera de la defensa, no cree que esta administración deba buscar ahorros en los componentes que impulsan cada vez más el déficit (el gasto en artículos obligatorios como Medicare, Medicaid y la Seguridad Social, o los costos netos de intereses determinados por el mercado). Con respecto a esto último, Bessent ha sido franco sobre las recientes prácticas de gestión de la deuda bajo la administración Biden, en particular, argumentó que el Departamento del Tesoro bajo la dirección de Yellen acortó intencionalmente la duración de la emisión de bonos del Tesoro para reducir las primas a plazo y aliviar las condiciones financieras con el fin de impulsar la economía. Esta crítica podría interpretarse como una confirmación de su apoyo a la ampliación de la duración de la emisión. Dicho esto, los analistas se preguntan si su reconocimiento de los efectos de flexibilización de la reducción de la duración podría resultar atractivo para una administración entrante que hará hincapié en el rendimiento del mercado, en particular de las acciones. Dijo Bessent: "Creo que es muy desafortunado lo que está haciendo la Secretaria Yellen. Está financiando al principio y está apostando por el carry trade, lo que no es una buena gestión del riesgo".
- Independencia de la Reserva Federal: Bessent ha enviado señales contradictorias con respecto a la independencia de la Fed. Si bien argumentó que las preocupaciones sobre los comentarios de Trump sobre la Fed eran exageradas, también sugirió que Trump debería anunciar el reemplazo de Powell con anticipación. Según Bessent, ese candidato podría asumir el papel de presidente de la Fed en la sombra, ofreciendo públicamente un punto de vista alternativo sobre lo que debería hacer la Fed, posiblemente informado por las motivaciones de la Administración. A pesar de estas preocupaciones, se cree que el respeto por la independencia de la Fed ganará. La nominación de Bessent evitó la posibilidad de señales mixtas sobre la independencia de la Fed que podrían haberse generado al nombrar a Warsh en el cargo de Tesorería, al tiempo que indicaba que pronto ocuparía el lugar de Powell. Más importante aún, se espera que la experiencia de décadas de Bessent con los mercados globales lo lleve finalmente a argumentar a favor de un toque más suave en la Fed. Con la inflación aún elevada y los déficits proyectados para seguir siendo más grandes, un desafío directo a la independencia de la Fed arriesgaría el regreso de los vigilantes del mercado de bonos. Un aumento brusco de las tasas de interés que podría acompañar a estas indicaciones dificultaría la tarea de Bessent de minimizar el costo de la emisión de deuda, al tiempo que sacudiría el sentimiento de riesgo global, nada de lo cual está en el interés de la administración Trump. Dijo Bessent: “Se podría hacer la primera nominación de la Fed y crear un presidente de la Fed en la sombra. Y, basándose en el concepto de orientación prospectiva, a nadie le importará realmente lo que tenga que decir Jerome Powell”.
- Ha promocionado un dólar fuerte: La primera administración Trump envió señales contradictorias sobre el valor del dólar. Trump había argumentado que el dólar era “demasiado fuerte” y estaba perjudicando a las empresas estadounidenses. En una línea similar, el entonces secretario del Tesoro Mnuchin dijo que un dólar débil era bueno para la economía. El apoyo a un dólar más débil era coherente con los deseos de la administración de mejorar la competitividad de las empresas estadounidenses, lo que en última instancia conducía a un déficit comercial menor. En contraste, en un comentario reciente, Bessent promocionó el aumento del valor del dólar desde la elección de Trump, señalando que refleja “al dólar como la moneda de reserva mundial”. También reconoció que los aranceles más altos tenderán a aumentar el valor del dólar, calificando el resultado de los aranceles y un dólar débil como “una anomalía económica”. Si bien ha señalado una posible vía basada en el mercado hacia un dólar más débil (una clara desinflación que permita que bajen las tasas de interés), argumentó que “en términos de una política de dólar demasiado débil, no esperaría eso en absoluto”. Dijo Bessent: “La elección de Trump impulsó el mayor aumento diario del dólar en más de dos años y el tercero más grande en la última década. Este es un voto de confianza en el liderazgo de EEUU a nivel internacional y en el dólar como moneda de reserva mundial”.
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