El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anticipó que este miércoles pondrá en marcha su política de aranceles recíprocos. La medida podría tener impacto sobre todas las industrias que exportan al país del norte. Ya hay firmas argentinas que recibieron solicitudes de información para conocer los componentes de los productos y determinar con certeza qué tarifa pagarán. Entre la apertura de importaciones, la caída del mercado interno y la guerra comercial, los industriales argentinos buscan refugio en Vaca Muerta. Hay temor a una recesión global.
Efecto Donald Trump: EEUU ya pide datos a empresas argentinas y las industrias buscan refugio en Vaca Muerta
Industriales locales le relevaron a Ámbito que ya recibieron solicitudes de clientes norteamericanos para que especifiquen el contenido de sus productos. Promueven misiones comerciales para sumar fabricantes locales a la cadena del gas y el petróleo.
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Donald Trump incluye las importaciones de cervezas y latas a los aranceles del 25% al aluminio
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La incertidumbre arancelaria presiona en Wall Street, que abrió con pérdidas en sus principales índices

Aranceles: Donald Trump definió al miércoles 2 de abril como “el día de la gran liberación de la economía estadounidense”.
“El día de la gran liberación de la economía estadounidense”, así definió Donald Trump al miércoles 2 de abril, la fecha en que pondrá en marcha su política arancelaria que prevé alícuotas específicas del 25% para el sector automotriz y tarifas recíprocas, que en principio se aplicarían a todos los países del mundo.
China, la Unión Europea, México y Canadá ya ensayaron respuestas. Además ahora el gigante asiático, junto a Japón y Corea del Sur anunciaron que acelerarán las conversaciones para “un acuerdo de libre comercio trilateral” y abordar en conjunto la ofensiva de Trump.
Los analistas ya califican como “guerra comercial” al período que atravesará la economía en los próximos meses. A los industriales argentinos que exportan a Estados Unidos les llegan las primeras señales: “Mi cliente me mandó un pedido de información porque habrá aranceles proporcionales sobre cada producto que usa acero”, le anticipó a Ámbito Aldo Lo Russo socio de Taller Baigorria, una metalmecánica que exporta a catorce países.
La solicitud es una especie de declaración jurada que especifica el porcentaje de acero que tiene cada producto. “En Argentina la posición arancelaria de los bulones y tornillos paga entre un 14% y un 15%, mientras que ellos por nuestros productos pagan una tarifa del 1%, si se aplican aranceles recíprocos será un cambio considerable”, detalló el empresario a este medio.
La salida Vaca Muerta
Ante un complejo cuadro de situación que incluye la caída de la demanda, el crecimiento de las importaciones, la suba de costos y la pérdida de competitividad por la apreciación cambiaria, muchos industriales buscan reconvertirse para insertarse en la cadena de valor del gas y el petróleo.
“Estamos pensando cómo insertarnos de manera inteligente a los grandes tractores de la economía, en este caso Vaca Muerta”, explicó Alejandro Wagner, director de ProPymes, que organizó una misión comercial al yacimiento neuquino del que participaron distintas firmas del rubro metalmecánico y también de línea blanca.
El gigante Techint es uno de los interesados en que sus clientes encuentren alternativas al complejo cuadro situación. Es una ecuación simple, si todo viene de afuera no habrá mercado tampoco para las grandes. Un informe elaborado por once cámaras metalúrgicas, asegura que el sector podría sumar u$s7.400 millones por año a la economía, traccionado por la energía, entre otras actividades. La integración de la industria dentro de la cadena de valor, aparece como un debate fundamental para el sector que verá mayores impactos por la guerra comercial.
Efectos de la “liberación”, según Trump
El banco de inversión Goldman Sachs aumentó del 20% al 35% la probabilidad de que Estados Unidos entre en recesión en los próximos doce meses. La argumentación es que se deterioró la confianza de los hogares y las empresas. Detrás de ese fenómeno está la política tarifaria de Trump y su plan de "liberación". La incertidumbre sobre las medidas y una certeza: a más aranceles, más inflación y a más inflación menos probabilidades de que la Reserva Federal acelere en la flexibilización de su política de tasas.
Una recesión, o un menor crecimiento en Estados Unidos, tendría por supuesto un impacto global. En Argentina las cámaras empresariales ya pusieron el grito en el cielo. Señalan que el argumento del déficit norteamericano en la balanza bilateral es poco creíble. Solo sucedió en 2024, por la enorme recesión que afectó a la economía local y en la última década se acumularon abultados superávits para el país del norte.
Explican también que la Argentina cumplió estrictamente con las cuotas de acero acordadas en 2018, que hay integración productiva entre la producción siderúrgica de Argentina y Estados Unidos porque los productos argentinos complementan la producción norteamericana con insumos de acero en los que EEUU tiene limitantes y aseguran que “la nueva medida de Trump puede generar desvíos de comercio de producción de acero de economías de no-mercado”.
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