Wall Street festeja. La victoria de Donald Trump se tradujo en una seguidilla de nuevos récords absolutos en los tres índices principales: el Dow Jones Industrial, el S&P 500 y el Nasdaq. Está claro que el "bull market" no nació de las urnas. Venía lanzado de antes y a gran velocidad. El retorno total del S&P 500 desde la elección, el 5 de noviembre, suma 3,1%. Una fracción apenas del 26,3% que acumula en el año. Y del 71,7% que registra desde octubre de 2022 cuando se estrenó el mercado alcista.
El "efecto Trump" le sienta bien a Main Street: la economía real aceleró su paso en noviembre
Está claro que el "bull market" no nació de las urnas. Venía lanzado de antes y a gran velocidad. El efecto Trump se avizora en dos presentaciones. Bajo la forma de una regulación más laxa. O por la aplicación de medidas de protección, particularmente en el sector manufacturero, hoy en contracción.
-
Trump definió a todos los secretarios que integrarán su gabinete en EEUU
-
La Esmeralda Bahía, llevada ilegalmente a EEUU, a un paso de volver a Brasil: vale u$s 1000 millones
El Trump rally sí le puso alas -y su sello personal- a la marcha de sectores retrasados. Las acciones de compañías pequeñas (Rusell 2000: +6,1%) y medianas (S&P 400: +5.6%) viajan dos veces más rápido que el Nasdaq 100 (+2,5%). La bonanza crece en altura, pero también a lo ancho. Se diría que a las pymes la protección les sienta bien.
No se sabe qué políticas de las que prometió en campaña, Trump querrá llevar adelante ni con qué intensidad. Y, aun así, Wall Street toma apuestas específicas muy fuertes. Los sectores financieros y de energía del S&P 500 avanzaron más de 8% desde la elección. Los moviliza la convicción de que se relajará sensiblemente la regulación que los afecta. “Perfora, bebé, perfora” fue un lema de la campaña referida a la energía. Es improbable que las compañías quieran aumentar la producción de crudo en el entorno actual, dada la debilidad de sus precios. También que deseen ampliar su capacidad de refinación doméstica. Pero si la nueva Administración elimina las restricciones a la exportación de gas natural, la respuesta de la industria será potente. Basta ver dos fondos ETF -el USO que sigue los precios del crudo (-0,86%) versus el UNG que replica los del gas natural (+12.8%)- para tener una primera aproximación de hacia dónde enfilará el negocio en la era de las Trumponomics. Es una dirección que competirá con Vaca Muerta.
De las cotizaciones también surge que Wall Street asocia el éxito republicano al dinamismo del gasto privado. Dentro del S&P500, el sector de consumo discrecional (+7,5%) supera con holgura al de consumo básico esencial (+1,04%). La suba general es compacta, con levísimas excepciones. No hay recesión a la vista. Eso sí, la designación de un político “antivacuna” como responsable de la sanidad pública -Robert Kennedy Jr.- ya le produjo una caries al sector de la atención de la salud (-2,4%). Antes siquiera de que haya logrado quitarle el flúor al agua corriente. Otros nombramientos -como el de Elon Musk en la Oficina de Eficiencia del Gobierno- son mejor ponderados. Aunque no se sepa hoy cuál será su resultado efectivo. Sin embargo, nada se pierde: Tesla trepó 41% desde la elección. Ningún otro activo lo emparda, salvo Bitcoin, que ya se sabe, llegará a Marte con Trump antes que Musk concrete su sueño con Spacex.
¿Cuál es la reacción de Main Street al triunfo de Trump?
La opinión de Wall Street -y sus cambios de humor- se conocen al milímetro en tiempo real. Pero, ¿cuál es la reacción de Main Street al triunfo de Trump? La primera data de noviembre -recogida a partir de la semana siguiente, entre el 12 y el 21- da cuenta de un impacto notable. En principio, la comunidad empresarial aprecia la velocidad del escrutinio y el punto final a la incertidumbre electoral. Y en el renglón inmediato siguiente, talla la gran expectativa de un clima de negocios más amigable. El efecto Trump se avizora en dos presentaciones. Bajo la forma de una regulación más laxa. O por la aplicación de medidas de protección, particularmente en el sector manufacturero, hoy en contracción.
El Informe PMI de S&P Global detecta un salto en la confianza corporativa para el próximo año, que alcanza su valor más alto en dos años y medio. Allí confluyen las tasas de interés más bajas y el mejor clima pro-negocios esperado. Vale recordar que la economía creció 2,8% en el tercer trimestre. Pues bien, el Informe observa una aceleración en el cuarto trimestre pari passu con un aumento de precios muy leve, “que apunta a una inflación minorista bien por debajo de la meta de 2%”. Aunque cabe aclarar que la porción más reticente a rendirse -el costo implícito de la vivienda- está fuera del radar de estas mediciones.
Scott Bessent: un mensaje de no agresión a Wall Street y a la Fed
El viernes, a última hora, Trump definió que Scott Bessent será su secretario del Tesoro. Este banquero del negocio de los hedge funds -que supo trabajar a las órdenes de George Soros y Jim Rogers- llevará las riendas de la política económica desde el 20 de enero. Pretende ser un mensaje de no agresión a Wall Street y a la Fed. Bessent le recomendó al presidente electo la política de las 3 flechas, una versión libre de las Abenomics que en su momento aplicó Japón. Esto es, recortar el déficit fiscal al 3% del PBI a 2028, impulsar el crecimiento al 3% anual, y producir 3 millones diarios de barriles de crudo adicionales. Trump, se sabe, tiene otros 3 deseos nítidos, convalidados por el votante: más aranceles, deportaciones y bajas de impuestos. Bessent fue designado porque le dijo que sí. Pero también porque Trump entiende que no gana nada enemistándose de movida con los mercados de bonos y la Fed. La política económica, así, es una arquitectura sobrecargada que debe pulir contradicciones y definir prioridades. Será preciso que Elon Musk ayude en gran forma con la poda de regulaciones y gasto público para dejar satisfechos a todos.
- Temas
- EEUU
- Donald Trump
- Wall Street
Dejá tu comentario