El mercado sigue pendiente de la posibilidad de un canje voluntario de deuda durante 2025, habida cuenta el decreto de necesidad y urgencia que habilita al ministro de Economía, Luis Caputo, a llevar adelante una operación del estilo sin pasar por el Congreso con los bonares (los AL, que son emitidos bajo ley argentina), pero también con los globales, que se puede hacer con la aprobación de una asamblea de bonistas.
El mercado no descarta un canje voluntario de los bonos GD29 y GD30 para reducir pagos por u$s5.000 millones al año
El DNU habilita al Gobierno a realizar un canje de los bonos ley argentina, los bonares, pero también se puede realizar esa operación con los globales si lo aprueba una asamblea de bonistas, por las cláusulas de acción colectiva. Los analistas consideran, con el actual nivel de riesgo país, de avanzar, tanto tenedores como el Estado podrían beneficiarse.
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Sobre la base de estas posibilidades y dado que en este momento ha bajado tanto el riesgo país, los analistas consideran que "un bono que no tiene cupón, con sólo alargarle cinco años el plazo y, si se le agrega un cupón exactamente igual al de otros bobos, como el Global 2038 (GD38), se podría canjear sin problemas con una mejora del 10%". Así lo explica un informe de la consultora Delphos Investments, que considera que plantea que "los bonos están 'a tiro' de canje porque los tenedores quieren seguir cobrando el cupón", por lo que es muy probable que lo acepten.
Claro que, en el antes de que se pueda poner en marcha, diputados y senadores van a tener que aprobar el DNU, cuya suerte puede ser dispar, para el caso de los bonares. En la oposición, Encuentro Federal impulsa incluir un artículo para un canje con algunas limitaciones para el Poder Ejecutivo.
Eso no aplica al de los globales, que para dar este paso requieren la aprobación de la asamblea de bonistas, que deben acordar entrar en esta operación. Y es que tienen una cláusula de Acción Colectiva, por lo que requieren un acuerdo de asamblea. Una vez logrado, se pueden canjear los Ley Nueva York también. "Ya lo hizo Martín Guzmán en su momento, cuando era ministro de Economía", ejemplifica una voz del mercado.
Así es como en el mercado ya se imaginan alternativas, y la que cuenta con mayores chances de que se lleve a cabo, un canje voluntario, le podría permitir al Gobierno ahorrar pagos de unos u$s5.000 millones al año, según un cálculo estimado al día de hoy. Es muy importante aclarar que un canje voluntario no implica ningún riesgo de default para la Argentina. Prevé que todos los que quieran un bono más largo, que pague un cupón, puedan optar por esta alternativa.
Cuáles son los candidatos al canje
Así lo señala en un reporte Delphos Investment que proyecta un posible canje de deuda para los bonos globales que vencen en 2029 (GD29) y 2030 (GD30). “Argentina podría incurrir en canje voluntario que resulte favorable, tanto para los inversores como para el Tesoro, aliviando su perfil de pagos”, dice el reporte.
El trabajo es un ejercicio teórico que busca demostrar lo cerca que están los bonos, por la fuerte caída del riesgo argentino y el alza de los títulos, de poder entrar en un canje voluntario que contemple un alargamiento de plazos y un aumento de rendimiento de los cupones de estos bonos, que hoy no tienen. Señala que los bonos soberanos más cortos son los que concentran mayores flujos en los próximos años, debido a que ya paga capital. “Tiene sentido que sean estos los principales candidatos a ser canjeados”, dice el análisis.
El reporte agrega que “los bonos con vencimiento en 2029 y 2030, al tener cupones bajos (1% y 0,75%, respectivamente), podrían ofrecer un margen para mejorar sus condiciones en un eventual canje”. Y, por otro lado, desde la consultora lo ven muy probable también para los bonares, que es un proceso mucho más simple incluso.
¿Cuál sería el precio de canje?
Para la sociedad de bolsa, si se modifica la estructura de los bonos 2029 y 2030, se les agrega un período de gracia de 5 años y se asume que se realizan los próximos dos pagos de enero y julio con un aumento de la tasa del cupón al 5% fijo, el punto de equilibrio entre el valor presente de este nuevo bono y los actuales se alcanzaría con un aumento de aproximadamente 10% en los precios.
“Es decir que el precio de canje para los bonos 2029 es de U$S84 y U$S76 para los 2030. Esto implicaría que el GD30, por ejemplo, cotice a una TIR de 11% y el riesgo país se encuentre aproximadamente en 700 puntos básicos”, dice Delphos.
Los analistas de la sociedad señalan que “esto hace factible un escenario de canje voluntario bajo estos términos, lo que permitiría una mayor sostenibilidad en el manejo de la deuda”. “Los inversores recibirían un bono de mayor duración y mejor tasa de interés”, señalan.
El estudio indica que, “en este escenario, la duración del perfil de vencimientos del Tesoro se extendería de 6,3 a 7,3 años, lo que alivia la carga financiera a corto plazo”. “El perfil de pagos mejoraría notablemente en los próximos años, con una reducción del desembolso anual de aproximadamente 5.000 millones de dólares hasta 2029”, concluye el estudio.
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