13 de octubre 2024 - 12:13

Federico Tomasevich: "Para tener éxito y bajar el riesgo país Argentina necesita que no haya un cisne negro"

Ámbito entrevistó en exclusiva a uno de los principales referentes de la industria financiera en el país y la región. El presidente de Puente reflejó la mirada optimista que muchos tienen en la city sobre el rumbo económico, aunque advirtió sobre los posibles riesgos.

Federico Tomasevich, presidente de Grupo Puente. 

Federico Tomasevich, presidente de Grupo Puente. 

Federico Tomasevich es presidente y el principal accionista de Grupo Puente, un holding financiero con sede en Reino Unido y oficinas en la Argentina, Uruguay, Paraguay, Panamá, Estados Unidos y España. Su empresa administra u$s5.000 millones de activos y es una figura destacada del mundo financiero, por lo que su mirada del rumbo que lleva el Gobierno y las dudas que rondan son claves para entender la visión del mercado sobre este momento de la economía.

En el marco del evento que Puente realizó junto a The Economist, Tomasevich mantuvo una entrevista exclusiva con Ámbito. “Estamos muy invertidos en economía real en la región. Tenemos inversiones en logística, gas y petróleo, agricultura y ganadería extensiva y desarrollos inmobiliarios”, contó sobre la empresa que encabeza. Y destacó que en los últimos 10 años emitieron más de 1.600 transacciones, “un promedio de más de dos operaciones por semana de emisiones de bonos, por algo así como u$s28.000 millones”.

En ese marco, abordó la realidad del mundo financiero local dentro de un mundo que, según dijo, "va hacia la desglobalización". Cómo ve el sector de las finanzas, qué pasa en la economía real y qué rol juegan la conflictividad social, la política local y el contexto internacional son algunos de los temas que se abordaron en esta entrevista.

Bancos más concentrados: la dinámica del mercado financiero

Periodista: Se ve, en el último tiempo una tendencia a una concentración de mercado en el sector financiero local y esto se va a repetir también entre los Agentes de Liquidación y Compensación (ALyCs). ¿Cómo ve esta dinámica?

Federico Tomasevich: Hay un fenómeno global de desglobalización que se ve, sobre todo al negocio de seguros, bancos minoristas, bancos de inversión y gestores de fondos. No se crean bancos globales que cubren el mundo como en los años 90, cuando se veía una proliferación de ese tipo de entidades. No hay ningún banco que haga publicidad y que tome como un “asset” ser banco global porque no queda ninguno. Los grandes bancos globales se concentraron paulatinamente cada uno en su región. Eso hace que, hoy, en todo el mundo, los empresarios y las entidades locales sean los más importantes. Vos vas a México y los bancos más importantes son mexicanos. En Brasil, se repite eso, son brasileños. Vas a Chile y los bancos más grandes son chilenos. Y venís a Argentina y no es una excepción, se da esa misma tendencia, al igual, por ejemplo, que en Paraguay. Todos los países tienen cada vez más concentración y, por otro lado, crecen las entidades de nicho: bancos que son expertos en consumo, otros, en comercio exterior o en financiamiento de bienes de capital. En ese sentido, Argentina tiene por delante una concentración. Porque tiene muchos jugadores en la industria.

P.: Entonces, no lo ves relacionado a un fenómeno local, a un cambio en el clima de los negocios.

F.T.: Esto responde a una tendencia 100% global y muy relacionada a una desglobalización grande producto de tensiones geopolíticas. Tampoco es un fenómeno de la Argentina que multinacionales que ya decidieron que quieren concentrarse en sus negocios se vayan. Por lo general, esa compañía anunció en Alemania que se iba a concentrar en Europa y, entonces, comienza a salir Brasil, de Argentina, de Chile, etcétera. Y el negocio de banca, gestoras de fondos, compañías de seguros y bancos de inversión no son una excepción. Lo vemos ahora acá porque teníamos una atomización mayor a la media latinoamericana.

P.: Sí, es cierto que el mercado local, por las condiciones que ofrecía, está muy atomizado.

F.T.: Muy. Si tomamos la cantidad de bancos en el sistema financiero y se compara con los que hay en Latinoamérica, en cada uno de los países de relevancia, Argentina tiene muchos más. Y, ni hablar del mercado de las casas de bolsa y el de las compañías de seguros. Entonces, debería ser lógico que haya economía de escala y que se dé una concentración. De hecho, cuando vemos al “top ten”, quienes manejan el 75% de los activos, del volumen y de los flujos son siempre, en todos los países, los tres primeros. En seguros, en bancos de inversión, en bancas comerciales, hay una concentración grande del negocio. Capaz que, en la Argentina, el hecho de tener una macroeconomía muy desordenada ayudaba a que en la industria muchos pudieran permanecer. También hay un desajuste con el tema de la inflación, que impactó las exigencias de capital, quedaron muy desajustadas y los fondos que necesitarían las empresas en una normalizada macroeconomía deberían ser distintos.

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Meses cruciales para la gestión económica de Javier Milei.

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Una ampliación del negocio financiero

P.: Ahora en la Argentina, ¿se abren nuevos negocios para los bancos y el sector financiero en general? ¿Dónde están las oportunidades hoy y a futuro?

F.T.: Venimos de un contexto macroeconómico totalmente distinto donde lo único que subió fue el dólar. La gente compraba dólar MEP, lo que más sube. Y, consistentemente, en los últimos cuatro años era lo que venía pasando. Ahora, más que nuevos negocios, vemos un crecimiento del negocio, porque cuando se mide el Producto Bruto contra préstamos, el indicador es de lo más bajo de Latinoamérica. Entonces, con una macroeconomía ordenada, debería subir la cantidad de préstamos. Lo mismo aplica cuando medimos el Producto Bruto contra activos bajo administración en fondos comunes de inversión e igual, con la capitalización bursátil. Hay que pensar que, desde hace cinco años, las compañías argentinas, grandes y medianas, no acceden al mercado internacional de deuda. Eso quiere decir que son más solventes. Entonces, pueden emitir deuda. De hecho, se ven emisiones de obligaciones negociables a lo loco. Y las tasas cada vez van a ser más competitivas porque el riesgo país viene en baja. Esta tendencia debería permitir que las compañías inviertan en infraestructura, en actividades productivas. También para las provincias es importante, porque hace seis años que no pueden acceder a mercados internacionales para financiar proyectos de infraestructura, que cambian la realidad de una provincia en términos productivos y de calidad para los habitantes.

Qué pasa con la economía real

P.: ¿Eso cómo se ve en la economía real? ¿Cuándo se traduce?

F.T.: En la medida en que las variable se normalicen, vamos a empezar a ver los resultados en la economía real. Los activos financieros reflejan las expectativas de lo que sucederá en la economía real. De hecho, es lo que pasa en la región. Paraguay es grado de inversión. Uruguay tiene tres pasteras, tiene inversión extranjera directa asombrosa, un contexto de seguridad jurídica macroeconómica que permitió que inversores internacionales desde hace décadas vayan allí, lo mismo Chile. Y, en Argentina, también comienza a suceder. ¿Por qué es tan silencioso lo que sucede en Argentina? Porque quizá hay otras noticias que tapan este tipo de novedades. Pero, en minería, en gas y petróleo, vemos que hay crecimiento y se invirtieron este año millones de dólares en ampliar capacidades de evacuación de toda la industria de agro negocios. De hecho, vimos una adquisición muy grande de un grupo muy grande local que compró una multinacional que tenía planes de salida de la región.

P.: ¿Y la desregulación que rol cumple en todo este proceso? ¿Le ve alguna limitación para que no destruya la industria local?

F.T.: Es un trabajo silencioso pero importantísimo. Que todos los días trámites para empresas y para ciudadanos sean más simples y que no entorpezcan el funcionamiento diario, que simplifiquen y que bajen costos, es clave. Seguro que no se puedan hacer cien desregulaciones en simultáneo, pero esto de que todas las semanas haya un pequeño cambio, en la sumatoria, es un gran cambio. No hay un solo cambio importante en Argentina, hay muchos a la vez. En ese escenario, tenemos que secuenciar lo que podemos hacer y tratar de operarlos en la medida que la coyuntura lo permita. Y, hoy, lo que vemos es la consecución de muchas cosas que se ejecutan y generan externalidades positivas: baja el riesgo país, aumenta el crédito, baja la tasa de interés y la inflación. Por otro lado, es cierto que cae el gasto, pero esa es una consecuencia pensada, no una que nadie se imaginaba.

P: Es una herramienta también para controlar la inflación.

F.T.: Claro. Y es muy importante y que vamos a dejar de importar energía y que vamos a tener superávit energético en el corto plazo. Creo que, más allá de los estilos, el Gobierno, viene generando situaciones que hacen que determinadas cosas empiezan a suceder. Y, en la medida en que baja el riesgo país, vamos a tener más compañías que quieran invertir y más provincias que busquen desarrollar infraestructura de relevancia, porque, al no haber mercado internacional en los últimos seis años, no la podían financiar. Si todo sigue igual y si el contexto internacional se mantiene favorable, qué no es un tema menor, esto será así. Porque la tasa de Estados Unidos está en baja, entonces, pese a que el precio de los commodities agrícolas está un poco deprimidos, y eso genera un flujo de ingresos a los mercados emergentes.

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Los alcances y dudas que pueden generar nubarrones en el camino del programa económico del Gobierno.

Los alcances y dudas que pueden generar nubarrones en el camino del programa económico del Gobierno.

El riesgo país y la amenaza de un cisne negro

P.: ¿Qué quiere decir con la aclaración de “si todo sigue igual”?

F.T.: Hay en marcha muchas tensiones geopolíticas internacionales y es difícil dimensionar las consecuencias. Entonces, no hablo de temas domésticos de Argentina. Es muy importante que haya estabilidad política para que esto siga bien, claro. Pero se necesita también un contexto internacional favorable y que no haya un cisne negro, como que no se dé una escalada de violencia que nadie tenía prevista en algún lugar del mundo o una corrección de mercados importante. El contexto internacional siempre es importante porque buscamos dejar atrás un nivel de vulnerabilidad muy alto, como el que tenemos.

P.: El Gobierno tiene que llevar el riesgo país más o menos alrededor de 1.000 puntos para lograr volver al mercado internacional de crédito y es un tema clave para el ingreso de dólares.

F.T.: Hoy, los 1.100 o 1.200 puntos del riesgo país no reflejan la realidad de la economía argentina. Porque si no, no tendríamos a las esas empresas argentinas con emisiones de deuda al 7%. Tiene que ser más bajo. Es más bajo. Me dirás que la fórmula da 1.100 puntos de riesgo país, pero es por es un tema técnico. Entonces creo que es muy importante que se mantenga el curso, que se normalicen los precios relativos. Son todas cosas que son secuenciales y no puede ser todo a la misma vez.

P.: Es cierto que hay sectores muy dinamizados, como el financiero, pero ¿cómo se traslada a otros sectores de la economía, como el de construcción, que tiene datos negativos?

F.T: El dato de construcción pudo haber sido negativo, pero julio y agosto fueron meses récord de ventas de inmuebles en Capital Federal. Bajó el stock a la venta. Por otro lado, el costo de construcción subió y el precio del metro cuadrado se vende más caro. Eso hace que se empiece a construir más y los créditos hipotecarios pueden incentivar la demanda.

La pata social, una variable clave

P.: El problema que veo ahí es la dificultad para acceder a esos créditos.

F.T.: Esa es una tarea que el Gobierno ya intenta abordar para hacer que la gente pueda calificar. Los gobiernos en todos los países del mundo lo tienen que hacer si quieren que un asalariado pueda acceder a la compra de propiedades, el mercado no lo puede resolver solo. Y sobre todo en países que no tienen fondos de pensión, como el nuestro. Yo creo que el Gobierno trabaja en eso y buscará imitar otros modelos de la región. Para ello, necesita que se normalice la macroeconomía.

P.: Se ve un crecimiento de la conflictividad social en el último tiempo, ¿te parece un elemento preocupante para el desarrollo del plan del Gobierno?

F.T.: A todos los actores económicos y políticos les preocupa la variable social, pero no solo en Argentina, sino en todos los países. En la medida que el programa de estabilizar la macro funcione y mejore la inversión, la economía va a empezar a girar a otra velocidad. La otra alternativa sería emitir, pero eso sabemos que no es bueno. Por otro lado, los indicadores salariales muestran una recomposición positiva y creo que eso ayuda a calmar las tensiones que puedan surgir.

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