El nuevo esquema cambiario, que implica la flotación entre bandas, se aplica luego de un sistema de sostenimiento del dólar en torno al 1% mensual, que ya desgastó sus recursos. Para el mercado, el cambio de estrategia era evidente y necesario. Para los economistas, también. Sin embargo, advierten por el impacto del movimiento de la divisa en la actividad, tanto por la suba de la tasa del crédito como por la caída del consumo.
Impacto del nuevo esquema cambiario en la economía: prevén menos crecimiento por altas tasas y retracción del consumo
Especialistas analizan las consecuencias de la devaluación en la actividad económica. Suba en la tasa de interés, pérdida de poder de compra y acotado margen de suba de exportaciones producto de la caída del precio de commodities.
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Para los economistas, la actividad crecerá menos del 5% estimado por el REM.
Sebastián Menescaldi, director de la consultora Eco Go, opina que el mayor impacto de la devaluación vendrá por el lado de las tasas de interés. “Las tasas van a ser más volátiles y probablemente más elevadas en términos reales”, advierte, y estima que la revolución del crédito en dólares -que se triplicó frente a 2023- y el de pesos -que se duplicó- no cobrará tal magnitud este año.
”El cepo antes te permitía tener financiamiento barato en pesos, pero dado que las personas físicas pueden arbitrar, deberías tener tasas en pesos más altas, y eso va a impactar en el crédito nuevo y la economía”, explica el economista. “Probablemente el crecimiento se va a achicar”, concluye Menescaldi.
Para Haroldo Montagu, economista jefe de la consultora Vectorial, el esquema de flotación impactará en la actividad por dos canales. El primero, una esperada traducción en la caída de los ingresos. “Habrá menos ingreso disponible para destinar al consumo y por ende una caída en la actividad”, alerta.
Por su parte, el ex viceministro de Economía Orlando Ferreres estimó, en diálogo con Ámbito, que la inflación de abril podría estar en torno al 5%.
Devaluación: no prevén impacto en mayores exportaciones
Otro punto importante está vinculado con los efectos sobre la exportación. Generalmente, una devaluación del peso trae aparejado un incremento en las cantidades exportadas, mejorando la balanza comercial, pues se genera en detrimento de la caída de las importaciones.
Sin embargo, la mayoría de las exportaciones argentinas -soja, maíz, trigo, petróleo- dependen de los precios internacionales, que hoy están a la baja, a causa de la guerra arancelaria iniciada por el presidente estadounidense Donald Trump.
Entonces, de acuerdo al análisis de Montagu, “esta devaluación tampoco impactaría en mayores exportaciones, considerando que hubiese sido una consecuencia positiva”.
Un consultor del mundo productivo, que prefiere hablar en off, aporta otra mirada al debate. Para el especialista, el proceso de apertura del cepo aún “es liviano” para otorgar “mayor tranquilidad y confianza” y entiende que el Gobierno mantendrá el foco en sostener el tipo de cambio real “relativamente contenido” ya que las variables decisivas en términos de actividad son primero el dólar, luego la inflación y por último el crédito.
Por eso mismo, apunta a que la meta de reservas con el FMI (u$s4.000 millones hasta junio y u$s9.000 a diciembre) “no se cumplirá” y el equipo económico deberá resolver ese incumplimiento “mediante un waiver”. “Si nos atenemos a la letra fría del Fondo, el dólar tiene que ir a la franja de los $1300-$1350 para acumular reservas”, explica el especialista.
El crédito, más caro para empresas y familias
Por último, Maximiliano Ramírez, director de la consultora Lambda, sí pone el reparo desde el punto de vista financiero. En diálogo con este medio explica que el incremento en las tasas, tanto en la curva de bonos en pesos como también de interés de los depósitos que toman los bancos, “no estuvo correlacionada por un aumento en la tasa de política monetaria”, sino que primero comenzó el Banco Nación y luego le siguieron otros bancos.
¿Qué implica la corrección al alza de la tasa de depósitos? “Fundamentalmente un aumento en la tasa de los préstamos. Los bancos viven de generar spread, entonces el correlato es el aumento del crédito tanto para las empresas como para las familias”, responde Ramírez.
Así, en el corto plazo la consultora no solo proyecta inicialmente un nivel de inflación en torno al 4,5% para abril y 4,8% para mayo, con cierto rezago en junio, sino también un acceso al crédito nuevamente más restrictivo.
En este contexto, vale recordar que tanto el FMI como el REM proyectan un crecimiento del 5% en 2025. “Si bien el nivel de actividad va a ser positivo, se verá afectado por estas medidas que toma el sistema financiero”, concluye el economista.
Para Montagu, sin embargo, el crecimiento interanual que se observa en los últimos datos de INDEC es producto “meramente del rebote” respecto al “muy mal” primer semestre de 2024. “Tampoco hay que confundirse con que el crecimiento de este año será genuino, sino sobre todo un rebote del año pasado”, enfatiza el economista. Sobre esta idea se ancla la caída de los ingresos reales, que tendrá impacto en el consumo.
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