La devaluación en diciembre del 2023 y el posterior salto inflacionario, sobre todo en el primer trimestre del año, generaron el caldo de cultivo para que se evidenciara, al comienzo de la gestión de Javier Milei, una fuerte contracción del consumo y su correlato en una marcada recesión, que puso en jaque a la industria. Conforme pasaron los meses, con el tipo de cambio planchado, y una desaceleración en los precios, la actividad fabril comenzó a ensayar una recuperación, que no es pareja y aún no se consolida.
Industria en 2024: un año en que la recesión puso en jaque a la actividad, ¿cuáles son las perspectivas para 2025?
El primer año del Gobierno de Javier Milei complicó a la producción industrial, que sufrió un fuerte golpe en casi todas sus ramas.
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En charla con este medio, Claudio Caprarulo, economista y director de Analytica, evaluó el desempeño del sector manufacturero este año: "A nivel agregado fue un mal año para la industria, un resultado lógico en un contexto de caída de salarios y jubilaciones y fuerte ajuste fiscal. La demanda interna se resintió y el impacto sobre la producción no se hizo esperar. El único crecimiento relevante se observó justamente en la molienda de oleaginosas al depender de la demanda externa y comparando con un 2024 que fue muy malo por la sequía".
En cuanto a lo que se pueda esperar para 2025, hay dos problemáticas que se repiten: el esquema de apreciación cambiaria modifica la estructura de costos de las empresas y también alienta la sustitución de producción local por importaciones. "A favor juega la baja en la inflación y la recuperación del crédito, que estimulan a su vez la demanda. La clave está en qué factor va a terminar siendo más relevante en cada sector de la industria, lo que es seguro es que vamos a una mayor heterogeneidad", añadió Caprarulo.
Cómo fue el desarrollo de la actividad industrial en general
El IPI manufacturero a nivel general cae desde hace 17 meses consecutivos de forma interanual. Las peores mermas en ese periodo fueron en marzo de este año (-21,4%), seguido por junio (-20,2%), abril (-16,5%) y mayo (-15%). El verano pasado también tuvo números complejos: en diciembre del 2023 se hundió 12,9% y en enero,12,3%. En cuando a la medición desestacionalizada, o sea la comparación del último mes contra el anterior, en diciembre del 2023, momento en que se produjo la devaluación del 54%, el IPI se derrumbó un 6,6% contra noviembre. Las principales caídas mensuales fueron para marzo (-4%) y junio (-1,7%), mientras que en julio rebotó 9,3%.
Otro índice que publica el INDEC, y que también sirve cómo termómetro para medir cómo está la actividad industrial, es el uso de la capacidad instalada. Así, entre los últimos dos años, los peores niveles los exhibió diciembre del 2023 (54,9%), y enero (54,6%). Posteriormente comenzó una paulatina recuperación, aunque con baches. Así en los meses siguientes, el indicador se comportó de la siguiente forma: febrero (57,6%), marzo (53,4%), abril (56,6%), mayo (56,8%), junio (54,5%), julio (59,7%), agosto (61,3%), y septiembre (62,4%). Si bien se registró una paulatina mejora, todavía el uso de la capacidad instalada está por debajo de los valores de noviembre del 2023 (66,4%).
Ganadores y perdedores de 2024: las claves a tener en cuenta
La industria presentó este año caídas generalizadas en casi todos los sectores. Al respecto, Daniel Schteingart, magíster en Sociología Económica de la UNSAM, expresó que "lo que más cayó son los sectores de alta exposición al mercado interno y de demanda elástica. Un ejemplo sería la electrónica y los electrodomésticos. Los automóviles también están en esa categoría, pero como una parte relevante va al mercado brasileño no depende tanto del ciclo local".
En contraste, resaltó que los bienes esenciales como los alimentos no cayeron tanto (una de las pautas que incidió fue el fin de la sequía que impactó en algunos segmentos industriales como la molienda). "Otro de los sectores que anduvo decente fue refinación de combustible, básicamente eso tiene que ver más con la movilidad de las personas y del transporte y no es pro cíclico", agregó Schteingart.
Según Orlando Ferreres, la producción de maquinaria y equipo registró en octubre una baja de 8%, una desaceleración respecto de las caídas de agosto (-21,5%) y de septiembre (-17,2%). Acumula en 2024, una contracción del 21,4%. Por su parte, la producción de metales básicos, que cayó durante octubre 14,8% de forma anual, no muestra indicios de recuperación, y acumula en 10 meses una baja de 22,2%, resaltó la misma medición.
Por último, el sector de insumos para la construcción quedó con el peor resultado del mes, al anotar para octubre una contracción de 21,1%, y contraerse un 26,7% en el acumulado del año con respecto al 2023. Como contracara, alimentos y bebidas en octubre tuvo un crecimiento anual de 25,2%, y acumuló para los diez meses transcurridos una expansión de 8%.
Obra pública en cero y un golpe a la construcción
Una de las pautas para lograr arribar al superávit fiscal fue una fuerte caída del gasto público. Al respecto, el economista Gonzalo Semilla, Jefe de CREEBBA, recordó los principales recortes decididos por este Gobierno: la baja prácticamente a cero de la obra pública, las mermas de los subsidios (transporte, servicios públicos, etc.), las transferencias y coparticipación a las provincias. Además de la pérdida en los salarios registrados del sector público (cerca de +3,5 millones de personas) y de los jubilados (+7,3 millones).
Esto dejó a uno de los grandes perdedores del año: la construcción tuvo una caída del 16,6% de acuerdo al Estimador Mensual de la Actividad Económica del INDEC (EMAE) de septiembre. "Queda de manifiesto la importancia del gasto público en obra pública que tracciona fuertemente la construcción en general. Como consecuencia de esta caída, la mano de obra del sector se encuentra notablemente impactada", explicó Semilla, y añadió: "El otro segmento que muestra signos de fuerte debilidad, son los salarios y jubilaciones del sector público, impactando en los consumos de las familias y por ende en las ventas de los supermercados, centros de compra y supermercados mayoristas con caídas significativas del 11,6%, 9,9% y 14,4%, respectivamente, acumulados a septiembre de acuerdo al INDEC".
Industria pesada y agro: qué dejó el 2024
La industria automotriz, textil, de caucho y plástico, metalmecánica y productos químicos mostraron fuertes retrocesos en sus actividades de producción. En cambio, refinación de petróleo evoluciona a buen ritmo, incluso si se observa el Índice de Producción Industrial Minero del INDEC, cuya variación acumulada alcanza el 6,4% a octubre de este año, liderando justamente el sector de petróleo crudo y del gas natural, destacó Semilla.
En cuanto al agro, el economista de CREEBBA, expresó: "Es un sector que depende del Índice de Producción Industrial Manufacturero (el IPIM del INDEC), y a octubre, la variación acumulada alcanzó el -11,6%, prácticamente coincidiendo con los indicadores mencionados anteriormente (UCI, MDI). Se encuentran grandes caídas en madera, papel y edición, prendas de vestir y calzado y muebles, entre otros".
Pymes: fuerte caída en la producción y ventas
Hay tres problemáticas que pueden resumir lo sucedido con este sector en 2024: caída en las ventas, en la producción y en el empleo. Así se lo aseguró a Ámbito, Federico Poli, director ejecutivo del Observatorio PyME. Uno de los puntos que más llamó la atención fue que la caída en la producción fue mayor a las ventas, lo que se debió -según explicó- a que las empresas aún tenían un gran stock acumulado.
Así, la producción cayó un 17% en el segundo trimestre y un 13% en el tercer trimestre, mientras que las ventas están a un paso de estar en terreno positivo. Asimismo, el empleo está en los peores niveles desde 2015, se contrajo un 6% en el segundo trimestre, y un 7% en el tercero. "Para 2025 hay varios desafíos: un aumento de costos (se duplicó el gasto en energía, y el peso de los impuestos como ingresos brutos y las tasas municipales), hay una caída de la rentabilidad, y el reemplazo de producción por importaciones. Así y todo, hay optimismo en el sector".
2025: pautas para entender lo que se viene
"Las perspectivas para el año entrante se encuentran ancladas bajo un escenario de desaceleración inflacionaria (28% anual), bajas en las tasas de interés (25%), aumento del crédito productivo, hipotecario, salarios, exportaciones (u$s83 mil millones), con similar superávit comercial (u$s16 mil millones), y especial participación del sector petrolero y gas, incipiente aparición del sector minero asociados todos al RIGI (Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones) y consolidación del sector de la economía del conocimiento que aporta aproximadamente el 10% de las exportaciones nacionales", explicó Semilla.
En tanto que Schteingart aportó: "La agroindustria tenga un crecimiento moderado, las ramas de bienes durables tendrán una demanda creciente pero abastecida por importaciones por lo que la producción local, si crece, lo hará poco. Y después hay algunos rubros como textil e indumentaria que son semi durables, que probablemente también tengan su impacto con las importaciones. El mejor escenario es que crezcan poquito y el peor es que aún con crecimiento tengan cierta caída".
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