3 de diciembre 2024 - 21:24

Industria en debate: destacan cuatro bloques con potencial de desarrollo y descartan uno por su aporte limitado

Mientras la política industrial crece exponencialmente en el mundo, especialistas en desarrollo productivo remarcaron la necesidad de elaborar una estrategia inteligente en Argentina.

La industria farmacéutica es una de las de mayor potencial en Argentina.

La industria farmacéutica es una de las de mayor potencial en Argentina.

Mientras el Gobierno de Javier Milei desprecia a la industria manufacturera, a la cual considera ineficiente y obsoleta, la evidencia refleja que la política industrial está creciendo exponencialmente a nivel global. En ese marco, especialistas en desarrollo productivo remarcaron la necesidad de implementar en Argentina una batería de medidas favorables a los sectores con mejores perspectivas a futuro, en lugar de seguir promocionando actividades que ya demostraron tener magros resultados en términos socio-económicos.

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Fuente: Fundar.

Fuente: Fundar.

Esta semana, el centro de investigación y diseño de políticas públicas Fundar publicó "La política industrial en el siglo XXI", una serie de tres documentos orientados a elaborar un diagnóstico y una hoja de ruta para el desarrollo de la industria argentina. "la industria es un sector con indicadores por encima de la media de la economia, en el mundo y a nivel local. Creemos que tiene que tener un rol importante en el desarrollo, y que se requieren de políticas productivas para materializar todo su potencial", señaló en diálogo con Ambito y otros medios Daniel Schteingart, director del área de Planificación Productiva de Fundar, y uno de los autores de los informes.

En ese sentido, la organización identificó cuatro bloques industriales con un potencial competitivo "alto" o "medio-alto": la agroindustria, las industrias capital-intensivas, la industria del conocimiento y los sectores automotriz/metalmecánico. Mientras tanto, calificó como "medio" al potencial de los sectores tradicionales y como "bajo" al aporte de las industrias ensambladoras.

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Fuente: Fundar.

Fuente: Fundar.

Los cuatro bloques industriales que pueden ser motor de desarrollo en Argentina

Dentro de la agroindustria, la división de alimentos y bebidas es la que puede motorizar el desarrollo según los informes. Este sector goza de un amplio abanico de atractivos ya que es el que realiza el aporte más significativo al Producto Bruto Interno (PBI) industrial y a la generación de divisas del sector manufactuero, así como también resalta por la cantidad de empleos generados, la integración local de su producción y su contribución al desarrollo federal. Sus principales desventajas son la baja innovación que se da al interior del rubro y la relativa baja tasa de formalidad en el empleo.

Por el lado de las industrias intensivas en capital, los sectores con un mejor panorama son la petroquímica, la siderurgia, el aluminio, el cemento, la foresto-industria y actividades vinculadas a la generación de energía como el Gas Natural Licuado (GNL), el hidrógeno verde y la fabricación de materiales activos para la agregación de valor a la extracción de litio. Entre las ventajas de estos sectores resaltan su aporte al PBI y la calidad del empleo en términos de derechos y salarios, siendo el saldo comercial negativo su punto más débil por el momento.

En cuanto a la economía del conocimiento, aparecen actividades pujantes como la farmacéutica, la biotecnología, y las industrias satelital, nuclear y de defensa. Este es el sector industrial con mejores indicadores en materia de calidad de empleo y salarios, y de innovación, mientras que también es para destacar su integración local. La escasa cantidad de empleos creados es su variable más chata.

Mientras tanto, el sector metalmecánico y automotriz puede exhibir aporte al PBI, al empleo (tanto en términos cuantitativos como cualitativos) y a las actividades de investigación y desarrollo (I+D). Como factor negativo aparece un fuerte déficit comercial, el más elevado de los bloques en cuestión.

Para estos sectores, las políticas recomendadas en los documentos se amoldan a las particularidades de cada sector. Algunos ejemplos son:

  • Reducción en el mediano plazo de las retenciones a los productos agroindustriales con mayor valor agregado, a cambio de mayores impuestos sobre las ganancias de los individuos y los patrimonios
  • Un régimen de promoción de inversiones para las industrias capital-intensivos o la metalmecánica-automotriz, con algunos elementos del RIGI actual pero con un mayor fomento al desarrollo de proveedores nacionales, y períodos de tiempo más acotados para los beneficios fiscales
  • Políticas de compras públicas al sector del conocimiento, orientadas a productos innovadores, para suavizar el riesgo que implica la inversión en este tipo de actividades

Una política para la industria textil y los sectores tradicionales

Respecto de los sectores tradicionales, que incluyen a la industria textil y de indumentaria, y a la producción de muebles, juguetes y plásticos, se sugirieron algunas medidas orientadas a la mejora de la productividad, la mecanización, el diseño y la calidad, factores fundamentales para formalizar y mejorar las condiciones laborales.

"El carácter tecnológicamente maduro y la severa competencia frente a países de salarios bajos como los asiáticos suponen que este sector no será la principal palanca del desarrollo industrial a futuro. Ahora bien, eso no significa que el bloque no tenga potencialidades y que deba ser abandonado a su propia suerte", sostuvo uno de los documentos de Fundar respecto de este sector, que es el más importante en términos de generación de empleo (y con la mayor tasa de mujeres), aunque con carencias en términos de su calidad y bajo potencial innovador y exportador.

Ante la consulta de Ámbito sobre este sector, Schteingart explicó que "la apertura comercial es necesaria para estimular la competencia y poder generar productos diferenciados por calidad y diseño, pero necesita estar acompañada de una compensación por los efectos negativos que puede generar en algunos segmentos".

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Fuente: Fundar.

Fuente: Fundar.

El régimen de Tierra del Fuego, en el ojo de la tormenta

Por último, los informes fueron sumamente críticos con el sector ensamblador, particularmente con el régimen de Tierra del Fuego. Según las estadísticas reportadas, este rubro es el de menor aporte al PBI y al empleo, y el que tiene el peor indicador en materia de exportaciones/ventas. Además, tiene una muy baja integración nacional, destacándose sólo por su alta tasa de formalidad en los puestos de trabajo.

Para estas actividades se propuso la salida gradual del régimen de Tierra del Fuego, aranceles 0 para importación de notebooks y la concentración de la producción de motos en menos modelos para mayor integración.

Fundar puntualizó sobre el hecho de que la historia reciente de la política industrial en Argentina ha dejado tantos casos de éxito como de fracaso. Entre los primeros se mencionó a la consolidación del polo biotecnológico y del hub de pickups más grande de la región, así como el hecho de ser el único país latinoamericano en exportar satélites geoestacionarios de comunicaciones, radares o reactores nucleares de investigación.

Entre los segundos se puso como principal ejemplo al "ensamble fueguino, que implicó un gasto fiscal más alto que el realizado en función de ciencia y técnica", y al "proteccionismo excesivo a industrias de baja productividad, a costa de sobreprecios notables para los consumidores".

A modo de conclusión, el centro de investigación señaló que "no hay que tener miedo a elegir ganadores". "Así como las empresas tienen un portafolio de proyectos con distintos niveles de éxito, los Estados deben hacer lo mismo y elegir industrias estratégicas. Es clave saber soltar cuando una de esas apuestas no sale bien", profundizó.

En paralelo, sostuvo que "la política industrial debe ser mucho más ofensiva que defensiva", lo cual implica la promoción de exportaciones, inversión en I+D y la mejora de la productividad.

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