La Argentina y el FMI, una historia de deudas, crisis y búsqueda de credibilidad
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Domingo Cavallo, Carlos Menem y Michel Camdessus durante una reunión para acordar un crédito del FMI.
El 10 de marzo de 2000, se concretó un acuerdo stand by con José Luis Machinea como ministro de Economía y Pedro Pou al frente del BCRA. En este tramo de la historia bilateral entre la Argentina y el FMI, en el mismo acuerdo, entre el 21 de diciembre de 2000 y el 7 de septiembre de 2001, también intervinieron Cavallo al frente del Ministerio de Economía y con Roque Maccarone en función de titular del BCRA, siempre con Horst Köhler como intelocutor al frente del Fondo.
El blindaje implicó desembolsos por u$s 40.000 millones, mientras que el megacanje fueron de hasta u$s 8.000 millones, a cambio de la Ley de Déficit Cero y otros condicionamientos domésticos. La historia terminó con el corralito, el default de u$s 144.000 millones y la peor crisis institucional de la Argentina, aunque en marzo de 2002 se registró uno nuevo apoyo a la reestructuración de la deuda.
El último entendimiento con el FMI se registró el 17 de enero de 2003, reflejado en un acuerdo financiero stand by durante la presidencia de Eduardo Duhalde, mientras era ministro de Economía Roberto Lavagna y la negociación estuvo a cargo del entonces presidente del BCRA, Alfonso Prat Gay con Köhler.
Ámbito Financiero recordó que antes de la visita al país de la actual jefa del FMI, Christine Lagarde, la última vez que un titular del Fondo había llegado al país fue el 31 de agosto de 2004 y lo tuvo que hacer de mañana, custodiado por policías debido al clima político pesado. Se trataba del español Rodrigo Rato, quien por apenas 10 horas, trató de negociar un acuerdo con el Gobierno de Néstor Kirchner en medio de las tratativas para la salida del default del 2001. El director del Fondo trató infructuosamente de que Kirchner y su ministro Lavagna, hicieran un ajuste fiscal importante, a cambio del apoyo para el proceso de negociación con los bonistas.
Como cuenta la historia, las negociaciones fracasaron, y el organismo levantó su oficina permanente en Argentina. Luego Kirchner le pagó u$s 9.500 millones al contado y desde ese momento el país no tuvo más ningún préstamo, aparte de que tampoco le permitieron más a los técnicos revisar las cuentas del país como lo indica en Artículo IV. En aquel episodio Pray Gay perdió el puesto de titular del Central, quien fuera reemplazado por Martín Redrado. Las "relaciones carnales" habían llegado a su fin. Más tarde, durante la gestión de Cristina de Kirchner llegaría a la Argentina la censura del FMI debido a que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que elaboraba el INDEC no era confiable y múltiples críticas a los canjes de deuda.
Unos 14 años después, en marzo de 2018, un director Gerente del FMI volvió a visitar la Casa Rosada para entrevistarse con el presidente Mauricio Macri. En ese momento, ninguna de las dos partes expresaron la urgencia de cerrar un acuerdo por un nuevo crédito. En aquella reunión, se creyó que podría ser contraproducente para Argentina acordar otro préstamo como señal de debilidad financiera. Es que la historia entre la Argentina y el FMI refleja que cada vez que se buscaba firmar algún papel con el organismo era para dar señal de confianza a los mercados. Tras dos años y medio de gestión de cambiemos, las consultoras privadas estiman que el total de la deuda bruta trepó a los u$s 342.000 millones.
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