2 de diciembre 2024 - 14:00

La burbuja económica que floreció mal: qué fue la tulipomanía

La primera vez que ocurrió este fenómeno económico fue en la economía más potente de la Europa del siglo XVII.

La crisis de los tulipanes que sufrió Países Bajos en el siglo XVII no tuvo precedentes.

La crisis de los tulipanes que sufrió Países Bajos en el siglo XVII no tuvo precedentes.

Pixabay

Por más extraño que suene en una nota sobre economía, el tulipán llegó a ser uno de los elementos más codiciado en Europa, cuando en el siglo XVI se había hecho costumbre la práctica de adornar jardines con flores durante la época primaveral. Y este ejemplar apareció en el continente, primero en Turquía, que a través de su Embajador lo trasladó al Emperador Rodolfo II de Austria algunos bulbos para sus Jardines Imperiales en Viena y Praga.

Pero lo que comenzó como una simpática actividad terminó siendo una revolución en Países Bajos, que para ese entonces era el país más rico de Europa, en parte porque era el único lugar en el que el tulipán comenzó a experimentar mutaciones que otorgaban intensos y aleatorios colores a sus pétalos. A partir de esto, esta flor se convirtió en la estrella de todos los jardines.

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La tulipomanía, la primera burbuja económica de la historia

Cuanto más extravagante era la flor, más codiciada era y más cara resultaba ser. El problema llegó por su demanda, ya que el tulipán no crece durante todo el año y eso era algo que los neerlandeses no sabían. Allí entro en funcionamiento la compra-venta de futuros bulbos procedentes de la siguiente recogida, aunque esto presentó algunas complicaciones.

Y es que aquella futura recogida podía pasar por 10 dueños en un mismo día, lo que provocó que haya beneficio en estos intercambios sobre algo que aún no había nacido. El precio subió entre un 500 y un 2000% y la gente se endeudaba para participar de este nuevo mercado. Hubo casos como el del 5 de febrero de 1637, cuando se vendieron 40 bulbos por 100.000 florines, un precio exorbitante para la época.

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Sin embargo, al día siguiente, un comerciante de una taberna de Haarlem puso a subasta algo menos de medio kilo de bulbos por 1250 florines. Nadie la aceptó, por lo que le bajó el precio. El resultado continuó de la misma forma, lo que disparó el pánico entre los comerciantes, que se enfrentaban a la primera burbuja económica de la historia. En tan solo un par de meses el valor del tulipán descendió en casi un 100%.

El Gobierno de Holanda tuvo que responder. Intervino para tratar de que las cosas vuelvan a la normalidad y anuló la increíble cantidad de contratos que había para evitar que continúe la catástrofe. Entre 1633 y 1637 la compraventa de tulipanes fue más de diez veces superior a todos los ingresos de los grandes empresarios del país. Todo por culpa de un negocio del aire, de la fatal tulipomanía.

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