La inflación de la zona euro disminuyó el mes pasado, tal y como se esperaba, y un indicador clave de las presiones subyacentes sobre los precios también cayó, lo que probablemente contribuirá a aumentar las expectativas ya generalizadas de un nuevo recorte de los tipos de interés del Banco Central Europeo en abril.
La inflación en la zona euro desacelera y crece la expectativa por una baja de tasas
La inflación núcleo, que excluye la volatilidad de los precios de los alimentos y los carburantes, bajó del 2,6% al 2,4%. Esta cifra se situó por debajo de las expectativas del 2,5%.
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La presidenta del BCE, Christine Lagarde, afirmó que una guerra comercial podría restar medio punto porcentual al crecimiento económico del bloque
El crecimiento de los precios al consumo en los 20 países que comparten el euro se redujo al 2,2% en marzo desde el 2,3% de febrero, en línea con las expectativas de un sondeo de Reuters, debido a la fuerte caída de los costes energéticos y la ralentización de la inflación de los servicios, según los datos de Eurostat publicados el martes.
La inflación núcleo, que excluye la volatilidad de los precios de los alimentos y los carburantes, bajó del 2,6% al 2,4%. Esta cifra se situó por debajo de las expectativas del 2,5%, lo que probablemente suponga un alivio para el BCE, preocupado desde hace tiempo por el persistente crecimiento subyacente de los precios.
BCE: entre una inflación controlada y la amenaza de los aranceles
El BCE recortó las tasas de interés en seis ocasiones desde el pasado mes de junio y los inversores están cada vez más convencidos de que el 17 de abril se producirá otro recorte de este tipo, ya que la economía sigue estancada, los precios de la energía han retrocedido y el euro se ha disparado. La reciente subida de los rendimientos a largo plazo ha echado por tierra algunos de los esfuerzos del BCE por reducir los costes de los préstamos.
Aunque la inminente guerra comercial con Estados Unidos supone una amenaza fundamental para la economía de la zona euro, las recientes señales del BCE sugieren que las preocupaciones por la inflación siguen siendo moderadas.
Los aranceles y las inevitables medidas de represalia ralentizan el crecimiento, hacen subir los precios y crean un entorno potencial de estancamiento con inflación elevada, lo que comúnmente se denomina estanflación.
No obstante, Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, argumentó la semana pasada que el golpe al crecimiento sería tan perjudicial que esencialmente extinguiría la presión extra sobre los precios y dejaría sólo un impacto "efímero".
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, afirmó que una guerra comercial podría restar medio punto porcentual al crecimiento económico del bloque, un descenso enorme si se tiene en cuenta que la expansión global del año pasado fue de sólo el 0,9%. El crecimiento de los precios de los servicios se ralentizó hasta el 3,4%, frente al 3,7% previsto por muchos dirigentes monetarios.
Los servicios han sido el mayor quebradero de cabeza para los responsables de política monetaria durante el último año, ya que la inflación se ha mantenido cerca del 4% durante casi todo 2024, lo que desafía la narrativa de que la relajación del crecimiento salarial está extinguiendo lentamente las presiones sobre los precios.
Sin embargo, la inflación de los precios de los alimentos se aceleró aún más, impulsada por un aumento del 4,1% en el costo de los alimentos no elaborados.
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