9 de diciembre 2024 - 00:00

Mario Cimoli: “Pensar en desregular todo es un error de política económica”

El economista se destacó en la Conferencia Anual de la UIA por su discurso proindustrial y su mirada sobre los desafíos a nivel internacional. Pide más diálogo entre el sector y el Gobierno.

Mario Cimoli en la Conferencia Anual de la UIA. 

Mario Cimoli en la Conferencia Anual de la UIA. 

Mario Cimoli es profesor de la Universidad Abierta Metropolitana (UAM) y ex secretario ejecutivo adjunto de la CEPAL. Estuvo de paso por Argentina, porque fue elegido para disertar en la última Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina (UIA), que tuvo el lema “Una industria productiva en un país competitivo”. Allí lo llamaron “el keynesianista” que sacudió el discurso libre mercado del presidente Javier Milei, quien no asistió al evento.

Para el economista, la solución al problema de competitividad que sufre la industria nacional es más complejo que posicionarse en un extremo de la cancha. “Hay que tener una visión sectorial, no existe el modelo de mercado perfecto”, asegura. Pero también llama a reflexionar al sector: ”el capitalismo americano se está reinventando, las grandes empresas de alta innovación están en Estados Unidos. Si los industriales no se adecuan a eso, va a ser muy difícil sobrevivir”.

Periodista: ¿Cuál es el diagnóstico del sector industrial que se llevó luego de su paso por la conferencia de la UIA?

Mario Cimoli: La primera impresión que me llevé es que es una situación muy compleja, porque se está saliendo de una situación de crisis, con variables macroeconómicas no favorables, una situación internacional cambiante y adversa. La industria atraviesa una situación muy compleja de inflación elevada, macroeconomía inestable, baja productividad y poca inversión. En este contexto, el diálogo entre el sector industrial y el Gobierno, con el sector político, sería extremadamente importante por dos razones. La primera es que el mundo está cambiando fuertemente hacia modelos donde la participación del Estado, aunque el mercado juega un papel extremadamente importante, sigue siendo crucial para las políticas públicas tecnológicas, industriales y comerciales. La segunda es que el país no va a poder sostener, como no sostuvo en el periodo anterior, cualquier política que se haga sin aumento de la productividad y aumento de las inversiones.

P.: ¿Cómo podría definir el modelo económico de Javier Milei en cuanto al sector industrial?

M.C.: La estabilización macroeconómica es absolutamente necesaria, no es solamente en Argentina. Europa volvió a los parámetros pre-covid del manejo del déficit, EEUU tendrá un programa de control del gasto, eso es necesario, pero por otro lado hay que comprender que cada lado tiene que poner su corazoncito al tema. Por el lado de los industriales, necesitan entender un modelo de competitividad mucho más real. No alcanza decir que EEUU va a subir barreras por lo tanto hay que hacerlo nosotros también. Hay que tener una política que permita mejorar la productividad del empleo real de las empresas de Argentina, y para eso hay que tener una visión sectorial. Ahora se favorece a los sectores vinculados a los recursos naturales, pero el sector textil necesita otra política, el sector científico-tecnológico otra, etcétera. Hay que entender que el mundo que viene será más competitivo y más duro porque estamos entrando en un nuevo paradigma industrial y tecnológico. La victoria de Donald Trump no pone sobre la mesa “comercio si o comercio no”, sino que el capitalismo americano se está reinventando, las grandes empresas de alta innovación están en Estados Unidos. Si los industriales no se adecuan a eso, va a ser muy difícil sobrevivir. Hay que asumir la necesidad de políticas de Estado destinadas al sector industrial, pero al mismo tiempo una necesidad de los industriales de que esto funcione. Por parte del sector privado, es cierto que necesitan seguridad de contratos, un claro problema del progresismo que no entendió que hay que tener cierta seguridad jurídica, que las inversiones hay que incentivarlas, que los industriales no son todos iguales. Por parte del Estado, tienen que entender que no existe el modelo de puro mercado perfecto, en realidad es más pragmático de lo que uno piensa, pero no existe el modelo de comercio perfecto. Casi todas las economías, incluso las manejadas por los gobiernos de centro derecha, son manejadas haciendo política industrial.

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Los presidentes de los países del Mercosur y la enviada de la Comunidad Europea. Cumbre la semana pasada en Montevideo.

Los presidentes de los países del Mercosur y la enviada de la Comunidad Europea. Cumbre la semana pasada en Montevideo.

P.: ¿Qué rol juega la desregulación en la industria? ¿A favor o en contra?

M.C.: Hay cierta desregulación que es necesaria, pero por ejemplo los gobiernos de centro derecha tienen institutos que regulan la producción y el acceso a los fármacos, institutos que tienen impacto fuertísimo en la política industrial. No tener eso sería un error, no podes desregular ahí. No se puede desregular, por ejemplo, en ciertas condiciones donde las empresas solo juegan a su papel de monopolio, si innovan poco y tienen un gran mercado monopolista. hay que saber intervenir para que haya mucha más competencia. En eso enseñan muy bien los americanos con la política antimonopólica. Dejar de regular al que es innovador, pero si deja de hacerlo, controlarlo. En las instituciones y en el comportamiento del mercado, hay que tener una capacidad fina de regulación que es extremadamente importante. Desregulación para ciertas cosas sí, pero un modelo regulatorio que dé lugar a la seguridad jurídica también es importante. Por ejemplo, Italia, con un gobierno de centro derecha, no desreguló para nada la sanidad pública, sigue funcionando e incluso aumentaron el presupuesto. En cambio, el sistema universitario en Australia, otro ejemplo, es público pero tiene fuerte relación con el sector privado. Hay que desregular la capacidad para ser innovador para que los jóvenes puedan hacer empresas, para que haya movilidad de capital y acceso al crédito, pero hay que pensar muy bien, pensar exclusivamente en desregular todo como solución es un error de política económica.

La fusión estado-mercado

P.: Una apreciación cambiaria y apertura de importaciones, ¿es sostenible para la industria?

M.C.: En el largo plazo puede golpear fuertemente el empleo, aumentar el sector informal, y reducir la productividad. Si llevan a cabo un modelo de este tipo van a tener sectores súper competitivos, pero una masa laboral informal muy alta, la productividad media del país será baja y no dará lugar a crecer y tener los recursos para distribuir después. Recuperar ese empleo formal perdido podría ser muy difícil. Lo que interesa es cuánto el mercado solo y exclusivamente puede incorporar empleo de alta productividad. Si te despiden, muchos dicen “no importa, trabajo en Rappi”, pero eso es una ilusión óptica. Si trabajás diez años en Rappi, no vas a poder trabajar en una empresa de alta productividad nunca más. Tengamos mucho cuidado con eso.

P.: Desde la óptica latinoamericana, ¿cómo beneficia a los países del MERCOSUR el acuerdo que busca institucionalizar con la Unión Europea?

M.C.: Hay una América Latina en la que le va a ir bien a los grandes exportadores de agroindustria. Si se abre el mercado a las pymes en las condiciones de como están los mercados en Europa, habrá un fuerte oleaje de productos industriales, que es lo que más le interesa a Alemania. América Latina podrá ganar algunos sectores, pero difícilmente será un éxito para la industria, entonces el tema del empleo y cómo mantenerlo será un problema. El otro temor mío es que los europeos harán mucha política industrial, y Argentina tiene muy poca. Paraguay y Uruguay no tienen, Brasil tiene algo más. Ahí podes encontrar una situación realmente desfavorable al desarrollo industrial. Todo esto está pasando cuando EEUU va a aumentar las barreras, y Europa piensa que como levantan barreras pueden buscar su mercado en América Latina, pero ese resultado no es tan lineal. Hay que entender que está cambiando el modelo de capitalismo, lo que pasa en Estados Unidos se está leyendo muy mal. La centro izquierda te dice que llegaron los populistas y la derecha que llegó el soberanismo puro, pero pensemos esto: Elon Musk está con Trump, y si hubiera ganado Harris estaría con ella, porque ¿cómo que una empresa tan grande no va a ser parte endógena de la política exterior de EEUU? Lo va a hacer con cualquier gobierno. Biden no sacó ninguna política arancelaria. EEUU está cambiando el modelo capitalista global, después de una globalización. Poco se adecuan las fuerzas productivas y tecnológicas de los países de América Latina a este tipo de tema. No hay un debate profundo. Si lo analizás con cánones (populista o no) no funciona así.

P.: ¿Cree que Milei entiende este cambio de panorama?

M.C.: Elon Musk y Trump entienden la fusión estado-mercado, una alianza, una compenetración del proceso mucho más endógeno, porque tienen otro tipo de empresas, no viejos monopolios que llegaban a un país y explotaban. Esto se trata de las redes globales, con tecnología global, los lanzamientos que hace Elon Musk al espacio, lo hace bajo una fuertes alianzas con la NASA, ¿no te das cuenta de que es una alianza mercado-estado para conquistar el espacio? Los europeos plantearon regular el espacio, y Musk les va a construir una escalera para que suban porque no lo hicieron ellos. El problema es que no creo que esta interpretación se haya hecho en Argentina. Me parece que se está razonando con viejos cánones. Hay que encontrar la capacidad de reinventarse. No digo que no hubo errores anteriormente, pero repensar ese nuevo mundo sería importante, con una discusión de parte del sector productivo.

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