17 de noviembre 2024 - 23:54

Miguel Kiguel: "Para las empresas, es más barato endeudarse en dólares que en pesos"

El economista considera que la baja del ritmo de "crawling peg" dejará una tasa en dólares más conveniente que la del endeudamiento en pesos. Sostiene también que el BCRA debería aplicar un “dólar tarjeta” diferenciado para turistas y consumos en el exterior cuando termine el Impuesto PAIS.

Miguel Kiguel cree que las variables que mira el mundo financiero, como el tipo de cambio, inflación, tasa de interés, vienen mucho mejor de lo que se esperaba.

Miguel Kiguel cree que "las variables que mira el mundo financiero, como el tipo de cambio, inflación, tasa de interés, vienen mucho mejor de lo que se esperaba".

Foto: Ignacio Petunchi.

Miguel Kiguel, ex sub secretario de Financiamiento del Ministerio de Economía y director de Econviews, pone el ojo sobre el fin del impuesto PAIS y entiende que el Gobierno deberá optar por un “dólar tarjeta especial” para impedir que se abarate. “Si yo estuviera en el Banco Central, estaría preocupado de que me saquen muchos dólares por turismo”, reflexiona.

A su vez, insiste en que el equipo económico debería lograr 1,5% del PBI de superávit en la cuenta corriente para acumular reservas y cortar con la dependencia de la cuenta capital.

Por otra parte, cree que una de las vías de financiamiento que recompondrán la actividad es el endeudamiento en dólares por parte de las empresas. Entiende que es más conveniente, “al menos en expectativa”, en caso de que se cumpla la baja del "crawling peg" al 1%.

Periodista.: El viernes pasado ARCA publicó los datos de la primera etapa del blanqueo. ¿Cuánto aporta la regularización de activos a la estabilidad financiera?

Miguel Kiguel: Yo creo que el blanqueo tiene mucho que ver, sobre todo con lo que son las compras de dólares por parte del Banco Central, porque lo que ocurrió es que hubo una entrada de dólares a los bancos muy importante y cierto temor a que en algún momento salgan por la ventanilla, pero eso no sucedió.El blanqueo permite que entren un montón de dólares a la economía formal. Esos dólares antes no se podían usar porque no se podía explicar de dónde venían. Ahora se usan y se gastan en supermercados, autos, electrodomésticos, departamentos, ayudan a reactivar la economía. Además, en tanto los bancos vean que los depósitos en dólares sean estables, pueden aumentar su capacidad prestable. En junio y agosto estábamos preocupados porque la brecha era muy alta y el Banco Central no compraba dólares. Actualmente, el escenario es otro. Pero si esto va a ser temporario o permanente lo dirá el tiempo, no lo sabemos. Es algo para seguir de cerca.

P.: ¿De dónde provienen los dólares blanqueados?

M.K.: Por lo que yo he hablado, de mucha gente de clase media que tenía 100 mil dólares, 150 mil dólares. Gente que pudo comprar dólares en época de dólares baratos y los tenía en una caja de seguridad, en el colchón. Esto no es plata que vino del exterior, esto es plata que estaba en Argentina, casi toda de la clase media-media alta, empresas pymes. No creo que las grandes fortunas hayan blanqueado de esa forma.

P.: Y eso último que menciona, ¿es interpretado como un dato positivo?

M.K.: Es positivo porque significa que la gente confía y se anima a poner la plata en el circuito oficial argentino. En otros momentos era más difícil porque había impuestos, había restricciones para sacarla, se trata de una muestra de confianza por parte de la gente que el Gobierno tiene que valorar.

Kiguel: "Los dólares están yendo a la economía real"

P.: ¿En dónde están poniendo la plata los bancos? ¿Cree que la economía está ingresando en un ciclo productivo donde se vea dinero prestado para apuntalar la actividad?

M.K.: Yo creo que las vías de financiamiento se están dando por varios canales. El primero es por la ampliación de la capacidad prestable de los bancos a las empresas que exportan. Eso es el resultado de ver que, si necesitan capital, endeudarse en dólares es más barato que endeudarse en pesos. De esta forma, los dólares están yendo a la economía real. Luego hay una segunda vía de financiamiento que son las cuotas para el consumo, con una tasa mensual más o menos del 3%, más cercana a la tasa de inflación actual. Eso estimula a la compra de autos, lavarropas, electrodomésticos, ropa, etcétera. A su vez, los créditos en pesos para capital de trabajo también están aumentando, pero tenemos que entender que lo hacen desde una base muy chica. Tuvimos créditos por 20%- 25% del PBI en los '90. Hoy, en el mejor de los casos está en 5,5% del PBI.

P.: ¿Podría profundizar en la idea de que endeudarse en dólares es más conveniente que en pesos?

M.K.: Bueno, hay dos razones. La primera es que están sobrando dólares en el mercado financiero. Son los dólares que entraron al blanqueo y están en el banco a tasa cero, entonces los individuos que blanquearon los quieren colocar. Ese exceso de dólares los contribuyentes lo pueden colocar solamente en determinados instrumentos, obligaciones negociables, etc., entonces esa masa de plata que de repente estaba dormida ahora se va a colocar en títulos y en bonos y como hay mucha oferta, la tasa tiende a ser baja. La segunda razón es que hoy hay una ventaja para las empresas, porque hay una especie de "carry trade" negativo. ¿En qué sentido? En que es más barato para una empresa que necesita tomar plata en el mercado o un préstamo bancario endeudarse en dólares que en pesos, por lo menos en expectativa, porque se espera que la devaluación esté abajo de la inflación, incluso se habla de que va a haber otra baja en la tasa de devaluación a 1% por mes. Si eso pasa, la tasa en dólares va a ser del 12%, que sumada la tasa de interés internacional, llegará al 15%, mientras que una tasa en pesos va a estar arriba del 30%. Igualmente, esto lo pueden hacer solamente las empresas que exportan. Otra razón parecida es que con el cepo todas las empresas que tienen pesos pueden comprar muy pocos instrumentos y entre algunos instrumentos están los títulos en dólares, entonces también hay mucha demanda por esos títulos, lo que tiende a subir el precio y bajar el rendimiento, con lo cual es atractivo también para las empresas.

P.: Hay consenso entre los analistas de mercado en que los cambios positivos que el Gobierno logró en términos macroeconómicos se dieron más rápido de lo que se estimaba. ¿Concuerda?

M.K.: Yo creo que las variables que mira el mundo financiero, como el tipo de cambio, inflación, tasa de interés, vienen mucho mejor de lo que se esperaba.

P.: ¿Por qué?

M.K.: Este plan es diferente. Muchos economistas eran escépticos, porque no es puramente monetarista o fiscal, tuvo una combinación de varios elementos, como la tasa de interés negativa, una política monetaria que no se termina de entender, porque te dicen que la cantidad de dinero está fija pero no es así, te dicen que esterilizan los pesos provenientes de la compra de dólares y a veces lo hacen y a veces no, este plan claramente va a merecer un capítulo especial en los estudios de planes de estabilización. Por otro lado, el riesgo país en los 800 puntos me lo imaginaba para fin de año pero más como una expresión de deseo, la inflación mostró desaceleración pese a la inercia, aunque también es cierto que la recesión fue más fuerte de la esperada y la gente perdió más ingresos de lo esperado. Sin embargo, la solidez fiscal y el hecho de que de alguna manera les está yendo bien cambió las expectativas del “Wall Street argentino”, es decir de los que toman parte de las decisiones financieras y la economía real.

P.: ¿Le encuentra riesgos o debilidades al plan económico?

M.K.: Riesgos siempre hay en cualquier programa económico, porque en el mundo pasan cosas y Argentina está muy bien en lo fiscal, pero el tema de las reservas del Banco Central todavía está frágil. Creo que tener relaciones con la administración de Trump le dará cierto respiro al Gobierno, pero necesitamos más tiempo para ver que esa relación realmente se haya consolidado. Lo mismo con otras variables que hay que seguir de cerca, como la reactivación o la pobreza. Son fundamentales para que el programa no sea un éxito solo en lo financiero sino también para la gente, aunque eso lleva más tiempo, no podemos pretender que todo se vea en once meses.

"No sobran los dólares, estamos justos"

P.: En diciembre finaliza el impuesto PAIS. ¿Qué debería hacer el Gobierno con el dólar tarjeta?

M.K.: Para mucha gente que paga Ganancias la percepción es simplemente un anticipo del impuesto, no un impuesto en sí mismo. Para quienes ya lo pagamos, el dólar no va a ser de $1.300, sino de $1.100 aproximadamente, y ahí sí puede aparecer la comodidad de pagar con tarjeta. ¿Qué alternativas tiene el Gobierno? Pienso que un impuesto encima de otra percepción otra vez es muy difícil, se puede analizar entonces un dólar turista especial, así como tenemos el dólar blend. En un momento en que se va a demandar tantas divisas tendría sentido pensar en algo así. Si yo estuviera en el Banco Central, estaría preocupado de que me saquen muchos dólares por turismo y uso de tarjetas en el exterior, no sobran los dólares, estamos justos. Contraria sería la situación si deciden salir del cepo y flotar, ahí no habría nada que hacer.

P.: ¿El tipo de cambio oficial está atrasado?

M.K.: Es una discusión difícil. Mi sensación es que se va a dirimir cuando se deje flotar el tipo de cambio. Hoy en día se está manteniendo en un mercado donde los exportadores están liquidando mediante el dólar blend. Las empresas tienen restricciones para operar y comprar libremente, y el BCRA también interviene. Hay mucho incentivo a hacer "carry trade", y eso genera oferta de dólares también. Es difícil saber si este es el verdadero dólar. El verdadero veredicto es cuando se deje el tipo de cambio flotante y logre financiar una cuenta corriente a lo que hoy no le sobra nada, es claro que de ahí no viene la plata para aumentar reservas. Los recursos para subir las reservas hoy vienen por la cuenta capital, pero eso no es lo más sano, en realidad tendríamos que tener 1,5% del PBI de superávit en la cuenta corriente para acumular reservas en un par de años y salir de esta situación de fragilidad.

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