Si la decisión del Gobierno es no devaluar el peso frente al dólar en 2025, basado en la idea de que una economía en recuperación tiende a apreciar su moneda, entonces para evitar que se afecte la competitividad de las empresas expuestas a la importación o de los exportadores, estará obligado a hacer una corrección del gasto público.
Para que el dólar "aguante", el Gobierno deberá bajar el gasto en salarios, subsidios y transferencias a provincias
Así lo estima un reporte de la Fundación Mediterránea, que proyecta el valor del gasto público a precio del dólar oficial. El año pasado tocó el nivel más bajo en 13 años.
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![Aunque menos que el del año pasado, el Gobierno deberá ajustar partidas del gasto para no empeorar la apreciación del peso.](https://media.ambito.com/p/ec688d0539ab78f264e8afc70bb1411d/adjuntos/239/imagenes/040/655/0040655117/ministerio-economia-puerta.png)
Aunque menos que el del año pasado, el Gobierno deberá ajustar partidas del gasto para no empeorar la apreciación del peso.
Para poder mantener este año la relación entre el gasto público y el nuevo dólar que irá ajustando al 1% mensual, el Ejecutivo tendrá la necesidad de hacer una corrección de al menos un 5% real sobre el componente no indexable del mismo, según estimaciones de la Fundación Mediterránea.
Tal como ocurrió en otros momentos de apreciación del peso y ante la imposibilidad de alterar el precio del dólar (más que nada en un año electoral) el Gobierno del momento está obligado a apurar alguna reducción de costos vía impuestos, y para ello es necesario que baje el gasto.
El informe dice que el gasto del Sector Público Nacional del 2024 medido en dólares oficiales de diciembre pasado fue el más bajo desde 2012. Ese año alcanzó los u$s166.600 millones. El máximo fue en 2015, con u$s203.900 millones, y el punto más bajo fue el año pasado con u$s94.900 millones.
Jorge Vasconcelos, economista de la Fundación Mediterránea, plantea que “el gasto primario del sector público nacional cerró el 2024 en una cifra de u$s94.900 millones con un recorte de nada menos que el 28% respecto de los u$s131.600 millones de 2023”.
“Este indicador muestra una diferencia crucial con la transición gubernamental de 2015 a 2016, cuando el gasto público en dólares se ajustó un 14,5 %, para quedar en un nivel de u$s174.400 millones”, añade el texto.
El trabajo agrega en ese sentido que “la política fiscal de la actual gestión luce mucho más consistente con los equilibrios macro que aquellas experiencias, pero la tarea recién empieza”.
“La medición en dólares del gasto público muestra la presión existente sobre el sector de la economía que produce bienes de exportación y compite con importados, y los datos de 2024 reflejan un lastre mucho menos pesado en relación a todo el período de la estanflación que se inició en 2011”, explica Vasconcelos.
¿Cuál es el ajuste que debería aplicar Javier Milei este año?
Aunque el Gobierno soslaye su importancia, durante el año pasado el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM), que es el resultante de una canasta de una docena de monedas de países con los que Argentina comercia, está 29% apreciado respecto del promedio de los últimos 28 años.
El economista indica que para que el gasto público medido en dólares constantes se mantenga en ese nivel, es decir, para que no empeore, este año “hay que hacer un ajuste adicional de 5,3 % en términos reales en las partidas no indexadas”. “Los ítems presupuestarios sujetos a esa restricción son los correspondientes a personal, subsidios económicos, inversión y transferencias discrecionales a provincias. Esto es así porque para las partidas indexadas, que incluyen jubilaciones, ese año habrá un incremento en términos reales del 11,6%, por la inercia de las fórmulas”, dice el informe, en base a cálculos de otro economista de la Mediterránea, Marcelo Capello.
Aún con el ajuste puede ser insuficiente
El reporte advierte, no obstante, que aún con la baja del gasto público medido en dólares oficiales, puede no ser suficiente, porque en realidad, aunque la brecha con los dólares libres se pueda mantener en 15%, la realidad indica que no hay un precio único para la divisa. Y eso se comprueba con el balance de la cuenta corriente, es decir, lo que queda luego de la economía hace todos sus cobros de dólares y efectúa todos sus pagos.
“Una prueba de la complejidad que surge de la interacción entre las distintas variables es lo ocurrido en 2024, cuando la pauta cambiaria del 2% mensual no impidió que el gasto público se acomodara a la baja en la medición en dólares y, aun así, la cuenta corriente del balance cambiario entrara en terreno negativo en el segundo semestre”, recuerda.
El informe indica que “este indicador clave del sector externo pasó a un déficit promedio mensual de u$s1.200 millones de dólares en el último trimestre en la medición base caja, un rojo que no tiene signos de reversión en el arranque de 2025”.
“El déficit de cuenta corriente está siendo financiado por la puesta en valor de los dólares depositados en el sistema bancario local (de fuerte incremento con el blanqueo), a través de préstamos en argendólares y la suscripción de obligaciones negociables de empresas líderes” añade el trabajo el cual considera que todavía le queda margen al Gobierno para seguir con ese esquema hasta mediados de este año.
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