Al tiempo que el ministro de Economía, Luis Caputo, plantea la imposibilidad de homologar la paritaria del gremio de camioneros, el último dato del INDEC mostró una caída real de los salarios del 18% y especialistas consultados por Ámbito coinciden en que es “la peor forma” de bajar la inflación.
Salarios: último dato marca caída del 18% real y especialistas advierten que es "la peor forma" de bajar la inflación
Aunque los gremios busquen competir en la carrera contra precios, la caída de los salarios es sostenida. Economistas opinan sobre la inconveniencia del ancla salarial para bajar el IPC.
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Camioneros acordó un aumento del 25% para el sueldo de marzo y 20% en abril. A Caputo no le gusta esto. Tanto es así que aseguró que no se homologará el convenio. “La paritaria tiene que tener una lógica", aseguró el titular del Palacio de Hacienda. Y al término de esa frase, retrucó: "Las paritarias son libres, pero la Secretaría de Trabajo funciona como regulador, tiene que homologarlas. ¿Por qué homologar algo que no tiene ningún sentido? Sería generarse un problema propio".
Mientras tanto, el último informe salarial del INDEC exhibe que el problema se encuentra en las remuneraciones, sobre todo en el sector público. Cuando se comparan contra precios, la situación queda de manifiesto: a nivel interanual, los salarios en enero subieron 191,5%, contra un aumento de precios del 254,2%. Es decir, quedaron 62,7 p.p por debajo del IPC en el mismo período, una caída del 18% en términos reales.
Las voces de especialistas
En el desagregado, las paritarias del sector privado en enero “tuvieron aumentos importantes, algunos superiores al 20%”, asegura Luis Campo, investigador de la CTA Autónoma. Sin embargo, contra enero de 2023 están un 13,9% abajo. A su vez, el sector público marcó una caída más pronunciada, exhibiendo una baja del 24,3% en el mismo período.
“La estrategia del Gobierno es bajar la inflación y disciplinar a la sociedad a fuerza de recesión. La búsqueda de recuperar algo de esta caída se lleva muy mal con el objetivo oficial. Se entiende la resistencia a homologar acuerdos que estén por arriba de la pauta”, plantea Campos.
Para el director de Economía en el centro de investigación Fundar, Guido Zack, “utilizar los salarios como ancla inflacionaria es totalmente consistente”, pero se trata de “la peor manera de bajar la inflación” ya que “afecta al crecimiento, distribución de los ingresos y la pobreza”.
Es por eso que entiende que el Gobierno plantea un programa de estabilización “a cómo dé lugar, caiga quién caiga”, sin mensurar “cuánto tiempo y en qué magnitud se mantendrá sin amenazar la sostenibilidad del programa”.
Lo llamativo del presidente Javier Milei sobre este tema es la propia consideración que mantuvo al comienzo de su mandato, cuando aseguró que las paritarias “deben seguir siendo libres”. En este sentido, rechazó cualquier sugerencia de fijar topes o establecer acuerdos más allá de lo que negocien empresarios y trabajadores.
Cuatro meses después, Zack no solo resalta la contradicción del oficialismo, sino también la falta de predisposición a generar alguna política de ingresos. “No hay intención de sentar a sindicatos o cámaras empresarias para intentar moderar el efecto de la devaluación, la puja distributiva e inercia inflacionaria”, advierte el integrante de Fundar y reflexiona: “es llamativo porque en sus propios términos, la política de ingresos no tiene costo fiscal”. A su vez, considera que el oficialismo ajusta en áreas que no guardan relación con la baja de la inflación, pero sí con una política de desarrollo, como ciencia o tecnología.
Lo mismo resalta el economista Eric Paniagua: “Parte de la estrategia del Gobierno se ha basado en deprimir salarios, al menos transitoriamente, a fin de conseguir mejores saldos exportables y una caída en la actividad. Con sueldos a la baja, tras la devaluación, menos presión sobre la demanda agregada”.
Por último, para Martín Kalos, director de EPyCA Consultores, es importante contextualizar la participación del salario en la estructura de costos: “en los últimos nueve años mostraron una pérdida del salario en este sentido”, explica el economista.
Esto quiere decir que el impacto del salario en los precios es menor que hace nueve años atrás. Es por eso que, si bien entiende que no todos los sectores mantienen el mismo nivel de mano de obra, atribuirle la culpa de la inflación a los salarios “es perverso” cuando hay precios que subieron hasta 150% en solo cuatro meses. “Están eligiendo que sea el precio que queda atrasado. Está ideológica, ética y socialmente mal”, concluye Kalos.
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