El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Gobierno han relanzado un acuerdo bajo la Facilidad Extendida (EFF) por u$s20.000 millones, donde el régimen cambiario y la política de cotización entre bandas para el dólar emerge como un pilar estratégico.
Todo marcha de acuerdo al plan (del FMI): las reglas no dichas que manejarán al dólar desde hoy
Debuta un nuevo esquema para el dólar que tendrá características particulares. La imposición del FMI de acumular reservas marcará las obligaciones del Gobierno.
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No son las reservas, es la confianza
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Acuerdo con FMI: ingresó el primer desembolso y las reservas del BCRA treparon a casi u$s36.800 millones

El acuedo con el FMI, clave para las reservas y el plan económico de Milei.
Este esquema, detallado en el Staff Report del FMI, sustituye el rígido "crawling peg" por un sistema, en la teoría, más flexible, diseñado por los burócratas de Washington para recomponer reservas, unificar el mercado cambiario y, según el Fondo, “apoyar la desinflación”. Con un contexto de reservas netas negativas (-u$s7.000 millones siendo benévolos) y una brecha cambiaria persistente (25-27%), el éxito dependerá de la ejecución y, por supuesto, de un sinfín de factores más, el contexto global entre ellos. Si bien hay condiciones que, por supuesto, quedan en formato invisible, el espíritu de lo que vendrá puede inferirse en las 10 reglas que el FMI estableció para que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) gestione la banda cambiaria.
Establecer una banda inicial de $1.000-$1.400, que se moverá
El BCRA implementó una banda cambiaria con un piso de $1.000 y un techo de $1.400, dentro de la cual el tipo de cambio puede fluctuar libremente. Este rango inicial responde a la necesidad de introducir flexibilidad tras un "crawling peg" (redujo de 2% a 1% mensual en febrero de 2025) que generó una apreciación real del peso, afectando el superávit comercial (de u$s15.000 millones en 2024 a niveles más bajos en 2025). La banda busca reflejar las condiciones del mercado oficial y, según el FMI y el Gobierno, “sentar las bases para una transición hacia un sistema bimonetario” (peso y dólar coexistiendo) en el mediano plazo. El FMI destaca que esta medida es un paso crítico para reducir distorsiones y alinear el tipo de cambio con fundamentos económicos, aunque su estabilidad dependerá de la confianza del mercado.
Hay que darle lugar al "Price Discovery"
Dentro de la banda, la novedad es que el tipo de cambio no tendrá un nivel objetivo, promoviendo el “descubrimiento de precios” (price discovery) para que oferta y demanda determinen su valor. Según el Staff Report, esta regla busca corregir la rigidez del régimen previo, que llevó a una sobrevaluación del peso y una brecha cambiaria del 25-27% con los mercados paralelos en marzo de 2025 (pág. 13). Al permitir fluctuaciones, el FMI espera que el mercado oficial converja gradualmente con los paralelos, reduciendo incentivos para operaciones fuera del sistema formal. Según el FMI, esto es “crucial” tras años de controles que distorsionaron precios relativos y erosionaron la competitividad. El documento subraya que la transparencia en la formación de precios fortalecerá la credibilidad del peso, aunque advierte que shocks externos, como caídas en los precios de commodities, podrían generar volatilidad.
El crawl no se va: la banda se mueve desde hoy
Los límites de la banda se ajustarán diariamente, con el piso ($1.000) disminuyendo y el techo ($1.400) aumentando, consistentes con un crawl del 1% mensual. Según el FMI, este mecanismo asegura una ampliación gradual del rango, que podría alcanzar $950-1.450 en un año, dependiendo de las condiciones del mercado. El crawl busca mantener la competitividad del tipo de cambio real, evitando la apreciación observada en 2024 que redujo el superávit comercial y presionó las reservas. Con algo de humor y un toque de cinismo, el FMI destaca que “esta flexibilidad gradual minimiza el riesgo de devaluaciones abruptas”, que podrían disparar la inflación (proyectada en 18-23% para fines de 2025). Sin embargo, según el Staff Report, el éxito dependerá de “anclar expectativas mediante tasas reales positivas” y “un superávit fiscal sólido”.
Comprar divisas en el piso para proteger la banda
El BCRA se comprometió a intervenir comprando todas las divisas ofrecidas en el piso de $1.000 para evitar la improbable situación de que el tipo de cambio caiga por debajo del rango establecido. Según el Fondo, esta condición “protege la estabilidad del mercado y refuerza el compromiso con la acumulación de reservas”, tras una caída desde u$s6.400 millones. Las compras en el piso priorizarán flujos de exportaciones, especialmente agrícolas y energéticas, que el FMI estima alcanzarán u$s35.000 millones en 2025, aunque sujetas a riesgos por precios internacionales. El documento del Staff enfatiza que esta intervención es un respaldo técnico para sostener la banda, pero su frecuencia dependerá de la presión de oferta de dólares, que podría variar con la recuperación de la demanda interna.
Realizar compras "discrecionales" dentro de la banda para acumular reservas
Dentro del rango de la banda, el BCRA podrá comprar divisas a discreción, enfocándose en períodos de alta oferta, como las liquidaciones estacionales de exportaciones agrícolas (marzo-junio) o mineras. Según el Fondo, esta regla es central para alcanzar la meta de acumulación de reservas: u$s4.000 millones en reservas netas en 2025, elevando la cobertura al 47,7% de la métrica ARA, con un objetivo del 100% para 2030. En 2024, el BCRA acumuló u$s5.000 millones brutos, pero las reservas netas cayeron por pagos de deuda y salidas por turismo. El FMI espera que las compras discrecionales aprovechen flujos de inversión extranjera directa (u$s3.000 millones proyectados en energía y minería) y repatriaciones de capitales, aunque reconoce que la volatilidad electoral de 2025 podría limitar estos flujos. La acumulación es esencial para cubrir obligaciones externas, dicen.
Restringir ventas de divisas al techo de la banda: si y sólo si...
El BCRA solo venderá divisas si el tipo de cambio alcanza el techo de $1.400, prohibiendo intervenciones dentro de la banda. Esta regla protege las reservas tras pérdidas significativas en 2024, cuando ventas discrecionales de u$s2.000 millones en mercados paralelos agravaron la posición externa. Con una cobertura bruta de solo 20% de la métrica ARA en marzo de 2025, el FMI prioriza preservar divisas para cumplir con pagos de deuda y evitar tensiones de balanza de pagos. Según el organismo, las ventas en el techo serían excepcionales, destinadas a contener presiones devaluatorias extremas, pero el documento advierte que dependerán de la disponibilidad de reservas y podrían requerir ajustes en la política monetaria para mitigar impactos inflacionarios. Deriva de esta condición la idea de que no habrá aval del FMI para ventas que no estén en el borde superior de la banda, lo que arroja dudas sobre la “flexibilidad” del esquema, que podría tornarse rígido. Esta restricción refleja un enfoque cauteloso, considerando los vencimientos con bonistas privados a partir de 2026.
Mantener intervenciones, pero no podrán ser "esterilizadas"
Cambia la política monetaria. Las compras de divisas, tanto en el piso como discrecionales, serán no esterilizadas, incrementando la oferta monetaria en pesos. Esta regla alinea las intervenciones cambiarias con el nuevo marco monetario, centrado en el M2 privado (excluyendo depósitos remunerados) y límites estrictos a los activos domésticos netos del BCRA. En 2024, la esterilización de compras previas generó tensiones en el balance del BCRA, aumentando el stock de pasivos remunerados. El FMI calcula que las compras no esterilizadas aportarán unos $2 billones al M2 en 2025, coherente con una inflación proyectada de 18-23%, pero requiere tasas reales positivas para absorber la liquidez y evitar desbordes inflacionarios. La coordinación con la política monetaria será crucial, dice el FMI, para mantener la estabilidad de precios.
Unificar el mercado cambiario eliminando el esquema de exportaciones paralelas
Un Decreto Ejecutivo (DNU) eliminó el esquema que permitía liquidar el 20% de las exportaciones en el mercado paralelo, asegurando que el 100% se canalice al mercado oficial. Según el FMI, esta medida, implementada como acción previa, busca fortalecer la oferta de divisas en el mercado regulado, donde las exportaciones representan el 80% de los ingresos de dólares (u$s35.000 millones proyectados en 2025). En 2024, el esquema paralelo drenó u$s3.000 millones del mercado oficial, alimentando la brecha cambiaria. El FMI destaca que esta unificación reduce distorsiones, apoya la acumulación de reservas y complementa la banda al eliminar incentivos para operar fuera del rango oficial, aunque la transición podría generar resistencias en sectores exportadores.
Levantar restricciones cambiarias: la regla no escrita que aplicará a las empresas
El BCRA eliminó restricciones críticas para integrar el mercado cambiario, incluyendo el límite de u$s200 mensuales para compras de divisas por individuos, demoras en pagos de importaciones (de 30 días a cero para bienes y servicios finales), restricciones cruzadas para importadores que operaban en mercados paralelos y límites a pagos de dividendos corporativos desde 2025. Según el FMI, estas acciones, efectivas desde abril de 2025, buscan facilitar el acceso a divisas, reducir la demanda en mercados paralelos y alinear el mercado oficial con las necesidades de una economía abierta. Sin embargo, se mantienen retenciones del 30% en consumos con tarjeta y turismo en el exterior, y los pagos de deudas corporativas previas a 2025 se liquidarán mediante bonos en dólares del BCRA. El FMI estima que estas medidas liberarán u$s1.500 millones en flujos anuales al mercado oficial, pero su impacto dependerá de la confianza en la banda.
Coordinar con políticas monetaria y fiscal: si no funciona, se recalibra la banda
El manejo de la banda debe integrarse con un marco monetario robusto, basado en metas de M2 privado y tasas reales positivas, y una política fiscal anclada en un superávit primario de 1,3% del PBI en 2025, escalando a 2,5% en el mediano plazo. Esta coordinación busca anclar expectativas, sostener la demanda de pesos y lograr una inflación de 18-23% en 2025, dice el FMI, con un dígito para 2027. El Fondo advierte que riesgos globales, como tensiones comerciales que reduzcan los precios de commodities, o domésticos, como la volatilidad electoral de 2025 y una pobreza del 38%, podrían presionar la banda y requerir ajustes, atención. Los planes de contingencia incluyen posibles restricciones temporales o recalibraciones de la banda, pero el documento enfatiza la disciplina fiscal (superávit de 1,8% del PBI en 2024) y monetaria como escudos para proteger la estabilidad del régimen cambiario.
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