6 de octubre 2024 - 00:00

Una excelente temporada veraniega... pero no para todos

La temporada de vacaciones viene bien. Muy bien. Incluso mejor que muy bien. Claro que no para el turismo local ni para los planes del Gobierno.

Este año, las colas fronterizas prometen ser al revés, de miles de argentinos viajando a Chile, Brasil, Uruguay y otros destinos, acercándose a niveles récord. Pero toda moneda tiene dos caras, y la del turismo es de las peores
Este año, las colas fronterizas prometen ser al revés, de miles de argentinos viajando a Chile, Brasil, Uruguay y otros destinos, acercándose a niveles récord. Pero toda moneda tiene dos caras, y la del turismo es de las peores

En julio del año pasado, un BM nos costaba -en moneda libre- u$s3,17 trepando en julio último a u$s5,07. Esta semana hay que pagar u$s5,86 cuando en Brasil nos cuesta, u$s4,23; en Chile u$s4,54; en España u$s4,75, en la zona de Disney en Florida lo podemos conseguir por u$s5,30 y en el East Village en Manhattan por u$s5,79 (en EE.UU. el precio no es fijo y va de u$s3,49 en Oklahoma a u$s8,09 en Massachusetts).

Para quienes seguimos a nuestro estómago o, mejor dicho, el costo de alimentarlo, la cosa es clara, “muchachos a viajar al exterior”.

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Argentina es el país donde más subió el precio del BM, desde antes de la crisis del COVID. Ahora, solo en tres países del mundo la hamburguesa es más cara en dólares (libres) que entre nosotros. Con Brasil como la segunda más barata, muchos le harán caso al estómago y la billetera

Argentina es el país donde más subió el precio del BM, desde antes de la crisis del COVID. Ahora, solo en tres países del mundo la hamburguesa es más cara en dólares (libres) que entre nosotros. Con Brasil como la segunda más barata, muchos le harán caso al estómago y la billetera

Si estamos dispuestos a alimentarnos dos veces al día con un “combo” -no es el mejor consejo, aunque Dan Gorske, quien tiene el récord Guiness, lleva ingeridas más de 34,000 BM en los últimos 52 años, sin muchos problemas-, que incluye papas fritas y una bebida aportando 1.100 calorías, y llevamos a nuestro congénere y dos hijos, el ahorro frente a lo que gastaríamos durante 15 días en Argentina va de u$s283 a u$s21.

No es mucho, pero en un momento en que todo ayuda, esto es desde un pasaje a Rio hasta el viaje desde el JFK a Manhattan para toda la familia (en realidad, si son cuatro habría que poner otros u$s7).

Argentina, un país con TID

Nadie lo dijo, pero la argentina, los argentinos y nuestros dirigentes, sufrimos de un feroz Trastorno de Identidad Disociativo (TID).

Algunas pruebas: el mercado bursátil viviendo un momento brillante, un dólar ultraplanchado, un blanqueo que sorprendió a todos, los referentes del mercado aconsejando tirarse de cabeza a tomar préstamos y comprar títulos y propiedades, etc.

Frente a esto, tenemos la otra realidad, las reservas netas del Banco Central siguen negativas en más de u$s5.000 millones, y el blanqueo prácticamente no ha mejorado la situación, el consumo sigue por el piso, para la mayoría de los argentinos los salarios no alcanzan para cubrir sus necesidades básicas, la pobreza está en niveles escandalosos, la situación de los jubilados es casi terminal, y no hablemos de la situación educativa.

Esta no es una cuestión de si se trata de una situación o la otras, sino que las dos conviven al mismo tiempo… aunque los beneficiados son los menos. Así que hay gente que puede viajar. No la mayoría, pero los que pueden hacerlo, lo harán y no son pocos.

La mejor de las temporadas, la peor de las temporadas.

La temporada invernal en Bariloche apuntaba a ser mala desde un comienzo y lo fue. Los ansiados brasileños, que se suponía podrían cubrir el faltante local, simplemente pasaron por arriba y se fueron a esquiar a Chile.

Para peor este no fue solo un problema para los centros de esquí, sino que afecto a todo el país y especialmente a la costa atlántica.

En un sentido contrario, los argentinos preferimos irnos a descansar a Brasil y efectuar nuestras compras en Chile, o irnos al incluso mucho más caro Uruguay, mientras los uruguayos dejaron de hacer de Buenos Aires su paseo de compras, para saltar a Santiago.

¿Qué decir entonces de Brasil, Chile y para los más ambiciosos (y pudientes) de EE.UU., Europa u otros destinos más exóticos?.

Con este escenario, no podemos dudar entonces que el número de funcionarios y políticos aprovechando para vacacionar fuera el país, será récord, o estará cerca de serlo.

Daniel Scioli Secretario de Turismo, Ambiente y Deportes del Ministerio del Interior de Argentina
El secretario de Turismo, Ambiente y Deportes brilla por su ausencia. El sector del turismo local sabe que se viene una pésima temporada veraniega y aguarda por lo menos alguna palabra de apoyo que no llega

El secretario de Turismo, Ambiente y Deportes brilla por su ausencia. El sector del turismo local sabe que se viene una pésima temporada veraniega y aguarda por lo menos alguna palabra de apoyo que no llega

La contracara para todo esto es que la temporada veraniega no pinta demasiado bien. En realidad, pinta mal.

Con los precios de los alquileres siguiendo la inflación, esto implica un incremento de casi el 50% en dólares frente a lo de un año atrás y si bien las reservas han crecido en torno al 30%, esto es solo por el desastre que conllevó la incertidumbre electoral de un año atrás.

Hasta ahora no se habla del tema y lo más que parece haber conseguido “Con fe y Esperanza”, es precisamente eso, que no se hable de la cuestión. De todas formas, la veracidad de la palabra oficial en este sentido no suele ser muy buena.

Ese maldito dólar

El turismo genera en la argentina algo así como el 7,1% del PBI (en Brasil es un 7,8%, en Chile 7,5%, 8,7% en Uruguay; 7,9% en EE.UU. y 8% promedio en Europa; data WTTC, 2023); 8,1 de cada 100 trabajadores registrados (1.1 millones) lo hace en función del turismo. Así que lo que pase con el turismo no es banal. Y es mucho menos banal para un país necesitado de dólares.

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El turismo extranjero ha aportado hasta u$d 3,500 millones por año al `país. El turismo local se ha llevado hasta u$d 5,300 millones. Este es un “Buco”, que el gobierno no quiere enfrentar. Este año apunta a acercarse a niveles récord.

El turismo extranjero ha aportado hasta u$d 3,500 millones por año al `país. El turismo local se ha llevado hasta u$d 5,300 millones. Este es un “Buco”, que el gobierno no quiere enfrentar. Este año apunta a acercarse a niveles récord.

En un año “bueno” nos visitan 2,7 millones de extranjeros y podemos ver aportes al país por más de u$s3.500 millones. En uno “malo”, pueden ser 1.5 millones y gastos por u$s1.800 millones, promediando en total 2.4 millones de visitantes y unos u$s2.700 millones anuales gastados desde 2010 (excluidos los dos años de la pandemia).

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El valor del dólar en términos reales afecta mas al gasto de los argentinos en el exterior que el de los extranjeros en el país

El valor del dólar en términos reales afecta mas al gasto de los argentinos en el exterior que el de los extranjeros en el país

Del otro lado de la vereda, en un año “bueno” viajamos 3,7 millones de argentinos que podemos “patinarnos” u$s5.300 millones y en uno “malo” seremos 1,9 millones desembolsando no menos de u$s2.500, con un promedio de 2.8 millones de cabezas y u$s3.700 millones.

Aquí vemos las dos primeras pistas: somos mas los argentinos que turisteamos por el exterior y gastamos mas en total que los extranjeros que nos visitan. Al mismo tiempo el número de viajeros locales es mucho mas variable que el de los foráneos.

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El turismo en argentina tiene un fuerte componente estacional, que puede ocultar el efecto de otros factores, como es el del valor real del dólar.

El turismo en argentina tiene un fuerte componente estacional, que puede ocultar el efecto de otros factores, como es el del valor real del dólar.

Si decimos que el grueso de los extranjeros ingresa entre noviembre y enero, y los argentinos salen entre enero y marzo, esto no es novedad para nadie.

Algo menos evidente -aunque más que lógica, al menos en teoría- sería la relación entre el número de turistas entrantes y salientes, con el valor “real” del dólar (libre, deflactado por IPC). La idea es que cuando el billete esta “caro” en pesos (i.e. el peso “barato” en dólares) menos argentinos debiera viajar al exterior, gastando menos, con más extranjeros visitando el país, gastando más (y viceversa).

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La suerte de la temporada veraniega en argentina obedece a muchos factores, uno que no es despreciable es el valor real del dólar. Si pueden, los argentinos siempre optan por viajar al exterior.

La suerte de la temporada veraniega en argentina obedece a muchos factores, uno que no es despreciable es el valor real del dólar. Si pueden, los argentinos siempre optan por viajar al exterior.

De alguna manera debiera de darse un arbitraje en función del tipo de cambio real, por lo que un efecto compensa al otro. Lo que definiría si un año es “bueno o malo” para el turismo -cuyo principal motor son las bondades naturales y sociales del país -debieran ser entonces factores como las crisis internas (2001/2; 2013) y externas (2008/9) y fenómenos como la pandemia (2019/20), “las modas”, la competencia, la visibilidad, etc.

No todos los turistas son iguales

La realidad es que la cosa no es tan lineal. Si bien a valores intermedios del dólar en términos reales (entre $11,5 y $5,3 -valor en $ del dólar libre/IPC) a grandes rasgos, esta situación de arbitrajes parecería que tiende a darse, cuando el “billete” alcanza valores extremos la composición y el comportamiento de los turistas cambia.

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En teoría, el valor del dólar debiera de ser neutro para la actividad turística, pero en el mundo real la cosa no es tan clara, lo que genera problemas para el sector, y el gobierno.

En teoría, el valor del dólar debiera de ser neutro para la actividad turística, pero en el mundo real la cosa no es tan clara, lo que genera problemas para el sector, y el gobierno.

Cuando Argentina está “barata” (dólar arriba de $9,00) vemos que el número de turistas desciende a un menos de 140.000 por mes, que se quedan en promedio más días, 18.6, pero gastan sensiblemente menos, u$d 68 diarios, dejándonos u$d 153 millones, por mes. Para que se entienda. Cuando la argentina esta “barata”, viene turismo “berreta”.

Cuando la argentina esta “cara” (dólar debajo de $5.90) son más, 202.000 los turistas que llegan por mes se quedan menos tiempo, apenas 13,4 días, pero gastan u$s92.3 al día, aportando u$s250.000 al país. Cuando la Argentina está “cara”, vienen turistas “finolis”.

Ester es un fenómeno que se ha visto en muchísimos países, por ejemplo, Arabia Saudita, Botsuana, Bután, Bruneri, etc., que desincentivan el turismo masivo en favor de uno de elite, viendo que esta estrategia les deja más dinero con menos problemas.

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El tipo y comportamiento de los turistas cambia en función del valor real del dólar.

El tipo y comportamiento de los turistas cambia en función del valor real del dólar.

Frente a esto, cuando la argentina esta “cara”, el número de nuestros connacionales que viaja al exterior aumenta a 284.000 por mes, que se quedan en promedio 14.7 días afuera gastando u$s91,7 por día, o u$s383 millones de dólares mensuales.

Cuando la tortilla se da vuelta y el país se nos vuelve a poner barato”, los viajantes caen a 186.000 que si bien vacacionan en promedio 20,4 días, reducen su gasto a u$s76,5 diarios, fugando u$s278 millones mensuales del país.

¿Qué significa esto?

Con una paridad de $5,61 en septiembre, el país ya quedó caro en dólares -sino piénselo en hamburguesas- y nada dice que no siga estándolo por los próximos meses.

Esto es lo mejor que le podía pasar a los que vinieron reprimiendo sus ansias de viajar al exterior durante los dos últimos años, se encuentran entre los que “zafan” y podrán tomarse vacaciones.

Valor del dolar versus saldo por turismo 1990 2024.jpg
Un dólar en el nivel del actual no promete nada bueno con respecto al saldo de la balanza comercial. No debiera sorprendernos que en esta temporada veraniega se acumule un rojo de mas de u$d 800 millones.

Un dólar en el nivel del actual no promete nada bueno con respecto al saldo de la balanza comercial. No debiera sorprendernos que en esta temporada veraniega se acumule un rojo de mas de u$d 800 millones.

Claro que es si el tiempo ayuda y el personal de aerolíneas lo permite...

Para los que se quedan el escenario es otro. Una temporada turística pobre que, por el lado del consumo, promete “pisar” cualquier brote verde de la reactivación económica.

Por el lado monetario, un saldo turístico de aquí a fin de marzo que bien podría sobrepasar los u$s800 millones… en contra (si soy sincero, la gente del BCRA, no hizo esta cuenta, que le va a generar “un buco” el año que viene).

Dólares que el Banco Central no tiene, que los argentinos deberemos pagar con nuestros ahorros -ahora blanqueado- y que no podrán ser canalizados a los prestamos que tanto necesita nuestra economía.

En definitiva, una mala temporada veraniega.

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