El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) desató una fuerte controversia en la industria vitivinícola con la reciente Resolución 6/2025, que habilita la llamada "fermentación diferida". Esta medida permite la fermentación de mostos conservados mediante métodos físicos y/o químicos, una práctica hasta ahora prohibida en Argentina. Sin embargo, ante el rechazo de los productores de uva, la norma fue suspendida hasta septiembre.
Vinos: suspendieron la "fermentación diferida" y se abre negociación hasta la vendimia
Esta medida permite la fermentación de mostos conservados mediante métodos físicos y/o químicos, una práctica hasta ahora prohibida en Argentina. Sin embargo, ante el rechazo de los productores de uva, la norma fue suspendida hasta septiembre.
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El debate sobre la vinificación diferida sigue abierto. Mientras las bodegas la ven como una oportunidad para modernizar la industria, los viñateros temen que altere el equilibrio del sector y perjudique a los pequeños productores.
¿Qué implica la vinificación diferida?
Tradicionalmente, la Ley del Vino (14.878) exige que el vino provenga de la fermentación de uvas frescas. Hasta ahora, las bodegas estaban obligadas a elaborar la bebida inmediatamente después de recibir las uvas. Con la nueva normativa, que quedó suspendida, podrán posponer la fermentación utilizando mosto sulfitado desulfitado, lo que les brinda mayor flexibilidad para adecuarse a las condiciones del mercado.
Según el INV, esta práctica permitirá a los productores e industriales gestionar mejor sus tiempos y equilibrar la oferta ante posibles problemas climáticos. Sin embargo, los viñateros afirman que la medida solo beneficia a las bodegas, ya que ellos continúan obligados a entregar sus uvas en tiempos específicos sin posibilidad de decidir sobre la vinificación.
El rechazo de los productores
Desde la Asociación de Viñateros de Mendoza manifestaron su oposición, alegando que la resolución contradice la Ley del Vino y pone en riesgo la estabilidad del mercado. Sebastián Lafalla, productor del Valle de Uco, advirtió que la fermentación diferida podría industrializar el proceso y desvirtuar la autenticidad del vino argentino. “Si aceptamos esto, pasaremos a tener fábricas de vino como las de gaseosas”, afirmó.
Las voces a favor
Algunos referentes de la industria, como Alejandro Vigil, presidente de Wines of Argentina, respaldaron la medida. “Nos da herramientas para competir mejor a nivel internacional”, sostuvo. Rogelio Rabino, director enológico de Finca Flichman, explicó que esta práctica es común en Portugal y podría ayudar a mantener vinos frescos, especialmente en los segmentos más económicos.
Postergación de la medida
Ante la creciente polémica, el ministro de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, anunció que la aplicación de la normativa se suspenderá hasta septiembre, cuestión que fue confirmada hoy en el Boletín Oficial mediante la resolución 7/2025.
Vargas Arizu argumentó que, aunque técnicamente beneficiosa, no es el momento adecuado para su implementación debido a la cosecha en curso y la sobreoferta de uva que afecta a los productores.
El debate sobre la vinificación diferida sigue abierto. Mientras las bodegas la ven como una oportunidad para modernizar la industria, los viñateros temen que altere el equilibrio del sector y perjudique a los pequeños productores. Con la postergación de la medida, se abre un período de negociación clave para el futuro del vino argentino.
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