1 de enero 2025 - 17:45

Wall Street apuesta por Wall Street: los más optimistas y los pesimistas para el 2025

Entre los popes del mercado de valores estadounidense nadie presagia un mal 2025. Hay un marcado optimismo sobre el comportamiento de índice S&P 500 este año. ¿Quiénes son los más optimistas y los más pesimistas? ¿Qué otra cosa hay que tener en cuenta?

Wall Street inicia el año con un marcado optimismo para lo que vendrá. 
Wall Street inicia el año con un marcado optimismo para lo que vendrá. 

Wall Street cerró el año con leves tomas de ganancias que implicaron caídas de 0,07% en el Dow Jones, del 0,43% en el S&P500 y del 0,9% en el Nasdaq pero dejó ganancias en el 2024 de casi 13%, más de 23% y casi 29% respectivamente. Por su parte, la tasa de interés de largo (10 años) en EE.UU. subió al 4,573%. Vale recordar que son jornadas con mucha gente del mercado de vacaciones. Así y todo, los sondeos y relevamientos en la previa del cierre de año muestra un alto nivel de optimismo sobre lo que vendrá para Wall Street este año.

Nadie en Wall Street espera un mal 2025, el optimismo abunda, señaló recientemente el analista Phil Rosen. “Es cierto que las acciones suelen subir la mayor parte del tiempo, pero la última racha de dos años del mercado hace que cualquier cliché parezca un eufemismo. Desde que tocó fondo en octubre de 2022, el S&P 500 ha tenido un rendimiento de aproximadamente el 66%. El índice está en camino de lograr retornos anuales consecutivos de más del 20% por primera vez en más de dos décadas, superando cómodamente el aumento del 10% observado en un año promedio. Como se puede imaginar, nadie en Wall Street espera que las acciones caigan en 2025”, escribió a clientes el ex columnista de Business Insider y hoy socio del inversor Anthony Pompiliano en Opening Bell Daily (OBD). Según Rosen entre las 16 empresas seguidas por OBD, las previsiones del S&P 500 para el nuevo año oscilan entre un 7% y un 19% de rendimiento anual a partir del precio de cierre del viernes pasado.

En este contexto, la gente de UBS mantiene la visión más bajista con un precio objetivo para fin de año de 6.400, mientras que Oppenheimer es el más optimista con 7.100 puntos. Mientras que traders del mercado de predicciones Kalshi ven un 17% de probabilidades de que el S&P 500 termine 2025 entre 6.400 y 6.599, lo que se ubica en medio de los pronósticos de Wall Street. Por ejemplo, hay consenso entre Goldman Sachs, Morgan Stanley, JP Morgan y el Citi de que el índice referencia de Wall Street llegará a los 6.500 puntos a fin de año. A 6.600 puntos Evercore y Barclays, por su parte BofA a 6.666 mientras que el HSBC, BMO Capital Markets y RBC Capital Markets lo ven en 6.700. En un nivel superior a estos, en 6.840 puntos, lo proyecta Data Treck Research mientras que los más optimistas Wells Fargo, Deutsche Bank, Yardeni Research en 7.000 puntos (en realidad Wells en 7.007).

“Dependiendo de a quién le preguntes, la combinación de Trump 2.0, la política agresiva de la Reserva Federal (Fed), la inflación y las fluctuaciones en el comercio de Inteligencia Artificial (IA) proporcionarán un viento de cola o un obstáculo para las acciones”, consideró Rosen quien recuerda que Wall Street en realidad nunca predice un año malo. “Incluso los pronósticos más débiles para el año venidero de las últimas décadas han permitido que las acciones registraran ganancias marginales. Esas predicciones no siempre se cumplen (el S&P 500 ha registrado 13 años de pérdidas en los últimos 50), pero es raro encontrar una expectativa formal de pérdida”.

Cabe destacar que, durante los últimos 24 años, los “benchmark” de los pronosticadores en realidad han fallado un 14% en promedio, según Bespoke Investment Research. “Por supuesto, incluso el historial más pobre no disuadirá a los estrategas bien pagados de publicar su próxima predicción”, sostiene Rosen. De todos modos, los datos históricos favorecen a los optimistas: en cualquier período de 12 meses, las acciones han subido tres de cada cuatro veces, y al ampliar ese marco temporal a cinco años las acciones cotizan al alza casi el 90% del tiempo. “Creemos que 2025 será otro año de buenos rendimientos en el mercado de valores, pero con más volatilidad a medida que los inversores vuelvan a leer cada nota de la Fed y comencemos a analizar las medidas políticas que se toman en Washington, especialmente en materia de aranceles e impuestos”, dijo Carol Schleif, estratega jefe de mercado de BMO Private Wealth.

El riesgo de una recesión en EEUU en los pronósticos de Wall Street

Claro que a la hora de los pronósticos mucho tiene que ver cómo vislumbran la probabilidad de que la economía estadounidense caiga en recesión. Al respecto vale recordar que a principios de 2024 la mayoría de los analistas sostenían para EE.UU. iba a caer en recesión. Bancos como Rabobank pronosticaban una contracción de la economía estadounidense, aunque volvió a mostrar una inesperada resistencia y se ha mantenido saludable, hasta tal punto que los economistas de Oxford Economics (OE) aseguran que la probabilidad de recesión se acerca a cero: nuestros modelos de probabilidad de recesión se acercan a su límite cero y se sitúan en sus niveles más bajos en más de dos años, mientras los indicadores adelantados señalan unas perspectivas alentadoras. Incluso, el propio jefe de la Fed, Jerome Powell, señaló días atrás que creía que está bastante claro que se ha evitado una recesión. “La mayoría de los analistas llevan mucho tiempo pronosticando una ralentización del crecimiento, y sigue sin producirse. La economía estadounidense se está comportando muy, muy bien, sustancialmente mejor que nuestro grupo de referencia mundial. Y no hay razón para pensar que una desaceleración sea más probable de lo que suele ser. Así que las perspectivas son bastante halagüeñas para nuestra economía", señaló.

Pero las perspectivas eran más sombrías no solo a principios de año, ya que los expertos de JP Morgan Chase elevaron en agosto hasta el 35% desde el anterior 25% la posibilidad de que se diera una recesión en EE.UU. a fines de 2024. Sin embargo, estas previsiones no terminaron por materializarse, y OE explica que los consumidores no han mostrado una ralentización correspondiente del gasto, mientras que los balances saneados y el fuerte crecimiento salarial siguen siendo apoyos. "Las revisiones de los datos de renta personal mostraron un ahorro de los consumidores inferior al estimado, pero no nos preocupa demasiado", destacan.

En lo que respecta a las perspectivas, no consideran que la modesta caída del 3% de los mercados de renta variable sea motivo de preocupación para el gasto de los consumidores, aunque reconocen que una corrección mayor de los mercados financieros podría hacer mella en el gasto de los hogares debido al efecto riqueza. "Hemos modelizado el impacto de una caída del 20% en los mercados de renta variable, y aunque el impacto en el consumo no llevaría a la economía a la recesión, el crecimiento del PIB se ralentizaría notablemente y la tasa de desempleo se situaría en el 4,5% en el primer semestre del próximo año", pronostican.

Para el 2025, consideran que los riesgos para el crecimiento del gasto en 2025 siguen siendo equilibrados, con la gran cantidad de capital inmobiliario como riesgo al alza si los consumidores comenzaran a aprovechar esa riqueza. "Los componentes que señalan cierta debilidad son los datos manufactureros y la duración del desempleo. Hace tiempo que esperamos un repunte del sector manufacturero, respaldado por unas condiciones crediticias más laxas, el auge de los centros de datos y las persistentes ayudas fiscales que contribuirán a sostener el crecimiento en 2025", agregan. De esta manera, consideran que el sector manufacturero será uno de los más afectados por la reciente subida de los tipos a lo largo de la curva de rendimiento y la apreciación del dólar estadounidense ponderado en función del comercio.

Mientras, en los mercados, los inversores están exigiendo una mayor prima por plazo para mantener la deuda pública a largo plazo, debido a las volátiles lecturas de inflación, la política fiscal inflacionista de la administración Trump y el aumento del riesgo de tasas de interés, explican. "Esto ha hecho subir las tasas hasta 35 puntos básicos a lo largo de la curva en la última semana y 100 puntos básicos frente al mínimo de septiembre. Esto endurecerá las condiciones financieras, lo que se traducirá en un aumento de las tasas de interés para las empresas y de las tasas hipotecarias para los consumidores que deseen adquirir una vivienda", agregan. Al respecto, advierten que este aumento de las tasas de interés, también repercutirá directamente en el costo de la financiación de la acumulación de existencias o aumentará el costo de oportunidad de mantener existencias, ya que el rendimiento del efectivo podría ser más beneficioso. "Esto afectará a los importadores que esperan adelantar los envíos antes de los posibles aranceles de la administración Trump", indican.

Otro de los aspectos a tener en cuenta este año será el mercado laboral, sobre el que los analistas de OE no están demasiado preocupados en estos momentos a pesar del repunte en la duración del desempleo. "El mercado laboral sigue enfriándose, pero se caracteriza más por la ralentización del crecimiento del empleo que por los despidos generalizados. Los desempleados tienen más dificultades para encontrar trabajo, pero la ralentización del crecimiento de la población activa debería compensar la presión al alza de la tasa de desempleo. Uno de los indicadores preocupantes es el descenso de la tasa de empleo de las personas mayores en relación con la población", concluyen.

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