29 de agosto 2024 - 18:13

Wall Street se prepara para el "efecto septiembre" y este año con dos eventos clave

Esta rareza del mercado basada en el calendario, desafía la hipótesis de los mercados eficientes. Y este año se suman dos ingredientes se sumo interés para los inversores de todo el mundo: el primer debate presidencial Trump-Harris y la baja de tasas de la Fed.

Wall Street y el efecto septiembre: ¿que pasará con las inversisones?

Wall Street y el "efecto septiembre": ¿que pasará con las inversisones?

Reuters

Creer o reventar: desde hace casi un siglo, septiembre ha sido en general el mes con peor desempeño en Wall Street, con derivaciones en los mercados globales. Las estadísticas lo avalan y aunque la teoría se afirme en la estacionalidad (el verano boreal) , el cierre del año fiscal de fondos de inversión, el menor volumen de negocios, etc., etc., este año se agregan al menos dos elementos clave para el efecto septiembre: las elecciones presidenciales en EEUU y el hecho de que la Fed modificará su tasa en el noveno mes del año.

Esta rareza del mercado basada en el calendario, desafía la hipótesis de los mercados eficientes. Algunos consideran que la debilidad observada en septiembre se puede atribuir a un sesgo de comportamiento estacional, ya que los inversores realizan cambios en la cartera para obtener efectivo al final del verano.

Si bien puede haber alguna evidencia estadística del efecto de septiembre, esto dependerá del período de tiempo que se mire. Hay muchos economistas y profesionales del mercado descartan la existencia del efecto de septiembre.

Desde 1928 hasta 2021, el índice S&P 500 ha tenido un promedio medio de caída durante el mes de septiembre. Sin embargo, se trata de un promedio observado durante casi un siglo, y septiembre ciertamente no es el peor mes de operaciones bursátiles todos los años. De hecho, durante algunos años septiembre ha sido uno de los meses con mejor desempeño. Además, mientras que el rendimiento promedio de septiembre es negativo, el rendimiento medio para ese mes se ha vuelto positivo.

Si bien el efecto septiembre puede presentar una anomalía de mercado en el sentido de que viola el supuesto de eficiencia del mismo, el resultado no es fastidioso y, lo que es más importante, no es predictivo en ningún sentido útil. Esto se debe a que el período de tiempo en consideración importará mucho.

Por qué existe el efecto septiembre

En general, se cree que los inversores regresan de las vacaciones de verano en septiembre preparados para asegurar ganancias y pérdidas fiscales antes de fin de año. También existe la creencia de que los inversores individuales liquidan acciones al entrar en septiembre para compensar los costos de la escolarización de sus hijos. Otra teoría sugiere que, como los inversores esperan que se produzca el efecto de septiembre, la psicología del mercado se afianza y el sentimiento se vuelve negativo para alinearse con esas expectativas.

“Los inversores institucionales también pueden vender hacia finales de septiembre, cuando el tercer trimestre de negociación llega a su fin. Pueden asegurar algunas ganancias hasta finales de año. Otra razón podría ser que muchos grandes fondos mutuos venden sus tenencias en efectivo para cosechar pérdidas fiscales al final del trimestre”, indican analistas.

No obstante, los operadores que conocen la extravagancia del mes ahora actúan de tal forma de buscar hacerlo desaparecer en la práctica. Además, no se han producido grandes caídas en septiembre con tanta frecuencia como antes de 1990. Una explicación a ello es que los inversores han reaccionado mediante un “posicionamiento previo”, es decir, vendiendo más acciones en agosto.

Al igual que con muchos otros efectos de calendario, el de septiembre se considera una peculiaridad histórica en los datos en lugar de un efecto con alguna relación causal.

Un septiembre 2024 particular: dos eventos clave

Las elecciones presidenciales en EEUU jugarán un rol clave en este septiembre. Donald Trump aseguró, después de idas y vueltas, esta semana, que llegó a un acuerdo con los demócratas para debatir con la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris, el 10 de septiembre en la cadena ABC News.

"He llegado a un acuerdo con los demócratas radicales de izquierdas para un debate con la camarada Kamala Harris. Será retransmitido en directo por ABC FAKE NEWS, con diferencia el canal más desagradable e injusto del sector", dijo en su red social el republicano.

Las reglas, según apuntó, serán las mismas que las fijadas el pasado 27 de junio, día en que el cara a cara fue con el entonces aspirante demócrata, el presidente Joe Biden. El discutido desempeño de este último en ese debate provocó que se terminara retirando en julio de la carrera a la reelección.

Levantemos las copas que bajan las tasas

El 17 y 18 de septiembre serán los días más esperados del mes para los mercados. El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, certificó en el simposio de Jackson Hole el punto de inflexión en las tasas de interés. En un discurso muy esperado, se mostró dispuesto a combatir el enfriamiento del mercado laboral y ha sido todo lo claro que puede ser un banquero central: “Ha llegado el momento de ajustar la política monetaria. La dirección a seguir está clara, y el calendario y el ritmo de los recortes de tipos dependerán de los datos que vayan llegando, de la evolución de las perspectivas y del equilibrio de riesgos”.

Powell lleva más de dos años tratando de conseguir el aterrizaje suave de la economía: controlar la inflación sin provocar una recesión. Por ahora, con buenos resultados. La tasa laboral ha repuntado, pero sigue en niveles históricamente bajos (4,3%) y la inflación, que llegó al 9%, ha caído por debajo del 3% por primera vez desde 2021. La economía estadounidense ha resistido las subas de tipos más agresivas desde la década de 1980. Desde hace más de un año, la Reserva Federal se ha plantado. Ha decidido que lo mejor que podía hacer era no hacer nada y ha mantenido los tipos sin cambios desde julio de 2023.

El presidente de la Reserva Federal está convencido de poder culminar ese aterrizaje suave con éxito: “Haremos todo lo posible para apoyar un mercado laboral fuerte mientras seguimos avanzando hacia la estabilidad de precios. Con una moderación adecuada de la política monetaria, hay buenas razones para pensar que la economía volverá a alcanzar una inflación del 2%, manteniendo al mismo tiempo la fortaleza del mercado de trabajo. El nivel actual de nuestro tipo de interés oficial nos da un amplio margen para responder a cualquier riesgo que podamos afrontar, incluido el de un debilitamiento adicional no deseado de las condiciones del mercado laboral”.

Algunos economistas creen que puede haberse retrasado demasiado la decisión, aumentando el riesgo de recesión para la economía. Powell no ha querido cantar victoria en la lucha contra la inflación antes de tiempo. Puestos a elegir, siempre se le ha visto más proclive a llegar un poco tarde que a abaratar el dinero demasiado pronto. Pero ahora, ha reconocido, “los riesgos al alza para la inflación han disminuido. Y los riesgos a la baja para el empleo han aumentado”.

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