Los proveedores de energía están llamados a liderar una transición que sea sostenible pero también asequible. Este llamado es especialmente relevante en América Latina, donde el potencial renovable es alto, pero persisten grandes desigualdades, según reveló un recientente informe The Energy Provider’s Guide to Net Zero de Accenture.
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Calentamiento global. Un informe de Accenture alerta por las metas Net Zero. "Lo que hoy representa una gran oportunidad, mañana será una necesidad urgente", alerta.
La consultora internacional destaca que para lograr una transformación efectiva es necesario no solo invertir en infraestructura, sino también reinventar la relación con los consumidores, impulsar nuevas tecnologías y coordinar con gobiernos y reguladores.
En el contexto de la transición energética global, Latinoamérica enfrenta una paradoja: es una de las regiones con mayor potencial de energías renovables, pero también una de las más desafiadas en términos de acceso equitativo y financiamiento para la descarbonización. La región genera cerca del 60% de su electricidad a partir de fuentes renovables, pero aún depende de combustibles fósiles para sectores clave como el transporte y la industria.
Cuáles son los desafíos para la transición energética
“En lugar de preguntarnos si es posible alcanzar las metas Net Zero en la región, las empresas deben preguntarse qué decisiones estratégicas deben tomar hoy para liderar esa transformación”, expresó Nicolás Ruiz Moreno, líder de Energía.
Según un estudio de Accenture, si no se gestionan bien los costos de la transición energética, la electricidad podría llegar a representar hasta el 9% del ingreso familiar, lo que pone en riesgo su sostenibilidad social. En este contexto, Latinoamérica enfrenta el desafío de avanzar en su transición sin aumentar la carga económica sobre los hogares, especialmente en países con alta vulnerabilidad social y baja capacidad fiscal.
Uno de los mayores obstáculos es el financiamiento. A pesar de su potencial, solo el 12% de las inversiones globales en energías renovables se destinan a Latinoamérica. Además, existe una marcada desigualdad en el acceso a energías limpias, con países como Uruguay y Costa Rica liderando la adopción de renovables, mientras que Bolivia y Venezuela aún dependen fuertemente del petróleo y el gas.
La electrificación del transporte también sigue siendo un reto, ya que solo el 2% del parque automotor en la región es eléctrico, una cifra considerablemente menor al 14% que se observa en Europa. Según el trabajo, esta brecha responde a una combinación de factores que incluyen la falta de infraestructura de carga, el alto costo de los vehículos eléctricos y la limitada oferta disponible en mercados emergentes.
Asimismo, la industria, especialmente la minería y la manufactura, es responsable de más del 30% de las emisiones de carbono en la región, lo que resalta la urgencia de medidas sostenibles en estos sectores.
Qué debe hacer América Latina transición energética
A pesar de los desafíos, América Latina tiene una oportunidad única para acelerar su transición energética. Argentina, por ejemplo, ha comenzado a activar proyectos ambiciosos relacionados con hidrógeno verde. En febrero de 2025, el Gobierno de Chubut anunció una inversión de 10 mil millones de dólares por parte de la empresa polaca Green Capital, que incluye una agenda de trabajo conjunta para la generación de más de 1000 empleos en la provincia. Además, el sudoeste bonaerense continúa consolidándose como uno de los principales polos de energía eólica del país.
Argentina también cuenta con el marco legal establecido por la Ley 27.191, que fija como objetivo que el 20% de la matriz energética provenga de fuentes renovables. Aunque este porcentaje aún no se mantiene de forma constante durante el año, ha sido alcanzado en varios meses, lo que evidencia un progreso sostenido. Según el último informe de CAMESA, la generación con fuentes no convencionales en el país creció un 82% en un año.
Más allá de Argentina, la región experimenta una expansión sostenida en energía solar distribuida, con un crecimiento anual del 25% en países como México y Argentina. Según OLADE, otros desarrollos prometedores incluyen la integración de energía eólica marina en las políticas públicas de Colombia y Brasil, programas de acceso universal a la energía como “Luz Para Todos” en Brasil, acuerdos de cooperación como el firmado entre Uruguay y EE.UU., y proyectos innovadores como parques solares flotantes en Chile o sistemas de almacenamiento energético con baterías en El Salvador.
Net Zero: las 5 estrategias para lograr una transición energética asequible
“Para los CEOs y CSOs de la región, Net Zero no es solo una obligación ambiental: es una oportunidad para rediseñar sus negocios con ventaja competitiva y acceso a nuevos mercados”, sostuvo Belén Arce, líder de Sostenibilidad.
Accenture propone cinco estrategias clave para lograr una transición asequible: entender las necesidades del consumidor, centrar los modelos de negocio en las personas, optimizar sin descanso mediante tecnología, generar nuevas fuentes de ingresos y orquestar el ecosistema con políticas inclusivas.
Estos pilares, detallados en The Energy Provider’s Guide to Net Zero, pueden servir de hoja de ruta para Latinoamérica al diseñar marcos de implementación más efectivos, especialmente en entornos con alta desigualdad o vulnerabilidad económica.
Para que América Latina logre una transición energética efectiva, es crucial establecer políticas claras y estabilidad regulatoria que brinden confianza a los inversionistas y aceleren la adopción de energías renovables.
La innovación tecnológica, a través de la implementación de Inteligencia Artificial y blockchain en la gestión energética, permitiría optimizar el consumo y reducir pérdidas.
Accenture, en su enfoque de reinvención digital del sector energético, resalta que estas tecnologías pueden ser habilitadores clave para diseñar sistemas energéticos más resilientes, accesibles y orientados al consumidor.
También es fundamental mejorar el acceso a financiamiento internacional, ya que más del 60% de los proyectos renovables en la región dependen de inversión extranjera, lo que destaca la importancia de estrategias efectivas para atraer capital.
La región tiene la capacidad de ser un actor clave en la transición hacia el Net Zero. Con una combinación de políticas efectivas, financiamiento adecuado e innovación tecnológica, la región puede no solo cumplir con sus objetivos climáticos, sino también convertirse en un referente mundial de sostenibilidad y desarrollo económico verde.
"Lo que hoy representa una gran oportunidad, mañana será una necesidad urgente", indicó la consultora. La región cuenta con recursos naturales, capital humano y casos de éxito que pueden posicionarla como exportadora de soluciones energéticas. La pregunta ya no es si se logrará una matriz más limpia y resiliente, sino cuán rápido podremos convertir esa visión en acción concreta.
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