La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que representa a la mayoría de las aerolíneas del mundo, se comprometió a lograr que la aviación sea neutra en carbono para 2050. Y para ello será necesario remplazar la producción de combustibles tradicionales para aviones a base de fósiles, por nuevas tecnologías basadas en biocombustibles, lo que permite reducir hasta el 80% de las emisiones de dióxido de carbono cada vez que los aviones vuelan.
Biocombustibles para aviones: negocio, oportunidades y la clave para descarbonizar la aviación
Se llaman Combustibles de Aviación Sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) y son la clave para reducir la huella de carbono en el transporte aéreo. ¿Cuáles son la ventajas de utilizarlo? Los desafíos y oportunidades en Argentina.
Es que la aviación es un sector crucial para la economía global, pero también uno de los más desafiantes en términos de sostenibilidad. Actualmente contribuye con 2% o 3% de las emisiones globales de carbono.
Sin embrago, desde hace tiempo los Combustibles de Aviación Sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) se presentan como una solución viable y escalable para reducir la huella ambiental de la aviación. El desafío, aseguran los expertos, está en demostrar el origen sustentable de las materias primas que se emplean en su producción.
Los cuatro tipos de combustibles de aviación vigentes:
- Jet fuel (jet A-1, queroseno)
- Mezcla queroseno-gasolina (jet B)
- Gasolina de aviación (avgas)
- Bioqueroseno (SAF, biocombustibles)
El jet fuel (combustible de aviación de tipo jet A-1, también denominado JP-1A) se utiliza generalmente en los motores de turbina (motores de reacción, turbohélices) en la aviación civil. Se trata de un petróleo ligero y refinado.
El jet B se utiliza en aviones militares. Esta mezcla especial (grado jet B, también llamado JP-4) de aproximadamente 65% de gasolina y 35% de queroseno se utiliza en regiones con temperaturas especialmente bajas, porque es más inflamable.
La avgas se suele utilizar únicamente en los antiguos motores de pistón de las aeronaves deportivas y las pequeñas aeronaves privadas que requieren combustible con plomo con un índice de octano elevado. Las únicas aeronaves que usan avgas son las de motores a gasolina. Los aviones con motores de turbina o de motores diésel necesitan jet fuel. Como la producción de avgas es demasiada cara, cada vez se opta utilizar diésel y queroseno con más frecuencia.
El bioqueroseno para aviación civil, comercial y militar se puede producir a partir de algas, de los biocombustibles de aceite de plantas como la jatropha, camelina, carinata o el solar jet, un queroseno de síntesis producido a partir de dióxido de carbono y agua utilizando directamente la radiación solar.
La consultora internacional GlobalData proyecta que la demanda mundial de SAF alcanzará los 194 millones de toneladas en 2050, lo que representa el 30% del uso total proyectado de combustible de aviación en esa década. Pero para lograrlo hay desafíos por delante.
¿Cuáles son las ventajas de usar biocombustibles en aviación?
Una de las ventajas es que los biocombustibles son una innovación que permite reducir las emisiones de carbono de los aviones sin necesidad de realizar cambios drásticos en la infraestructura existente. Esta transición es conveniente por sus beneficios ambientales, pero también por la alta compatibilidad con la infraestructura existente: pueden aplicarse con las turbinas de los aviones actuales sin necesidad de modificar motores ni instalaciones de almacenamiento y transporte en los aeropuertos.
Al provenir de fuentes renovables, los biocombustibles generan un ciclo de carbono más cerrado, donde el CO2 liberado durante la combustión es parcialmente compensado por el CO2 absorbido por las plantas durante su crecimiento. Pero las ventajas no terminan ahí.
“Los cultivos utilizados para producir biocombustibles, como la carinata y la camelina, son conocidos como cultivos de cobertura, lo que quiere decir que no compiten con la producción de alimentos, sino que se siembran entre ciclos de cultivo principales y tienen grandes beneficios para los suelos”, explicó Marcos Botta, fundador y director de operaciones de ucrop.it, una plataforma de trazabilidad para conocer el origen de los productos.
¿Qué cultivos se utilizan para los Combustibles de Aviación Sostenibles (SAF)?
Los cultivos de cobertura, que también son materia prima para la producción de biocombustibles, ofrecen beneficios adicionales, como mejorar la salud del suelo, prevenir la erosión y aumentar la biodiversidad.
Este enfoque asegura que la producción de biocombustibles no genere un cambio indirecto del uso de la tierra (iLUC, por sus siglas en inglés), un problema común en otros sectores. Por eso se utilizan la camelina y la carinata.
¿Qué son la camelina y la carinata?
Son plantas que presentan gran resistencia a la sequía y un comportamiento agronómico superior al de otras especies oleaginosas más extendidas, lo que las convierte en una buena alternativa para los cultivos de invierno.
La camelina es un cultivo oleaginoso de ciclo anual, perteneciente a la familia de las crucíferas. Se trata de una alternativa oleaginosa poco exigente en insumos, de manejo sencillo, para la que se emplea maquinaria convencional idéntica a la empleada en el cereal.
Por su compartamiento, la camelina invade los humedales, áreas ribereñas y otros cursos de agua.
La carinata es un cultivo joven y novedoso, que además de reducir de gases de efecto invernado genera una renta para los productores.
Según el experto en este cultivo Sebastián Bravo, es una raíz muy importante que genera poros en el suelo que le va a permitir la infiltración de agua y a la vez la aireación, lo que mejorar la estructura del suelo.
¿Qué hace falta para producir SAF?
Para impulsar la adopción de los SAF, muchos países han implementado políticas de apoyo. En Estados Unidos, por ejemplo, el crédito fiscal 45Z incentiva la producción de combustibles limpios, incluyendo los biocombustibles para aviación. Este beneficio -incluido en la Ley de Reducción de la Inflación de Joe Biden- está disponible para productores que cumplan con estrictos estándares de sostenibilidad, como tener una intensidad de carbono inferior a 50 kg de CO2e por mmBTU.
En Europa los incentivos a producir SAF incluyen programas en aeropuertos, asignación de cupos para una mayor proporción de combustible renovable, acuerdos de precompra y fomento a la participación en consorcios empresarios de producción de este combustibles menos contaminante.
Las medidas surgen después de 2023, cuando la Unión Europea publicó su Reglamento ReFuel para acelerar el uso de SAF en los vuelos que salen de los aeropuertos del Viejo Continente, tras los incentivos fiscales de EEUU. El ReFuel exige a proveedores de combustible que suministren, y a las aerolíneas que aumenten, proporciones cada vez mayores de SAF.
En este marco, la trazabilidad se presenta como una herramienta esencial para garantizar el ciclo cerrado de la producción sustentable de biocombustibles, ya que permite demostrar y garantizar que las materias primas utilizadas realmente contribuyan a reducir las emisiones globales y no causan otros problemas ambientales.
A través del monitoreo detallado de las prácticas agrícolas, el uso de fertilizantes y pesticidas, y el manejo de residuos, es posible calcular con precisión la huella de carbono de los cultivos. “Esto permite vincular cada lote con sus orígenes en cada etapa de la cadena, brindando mayor robustez y confianza en que los biocombustibles sean una opción verdaderamente sostenible y los esfuerzos tengan un impacto positivo real, medible y escalable de manera concreta”, completó Marcos Botta.
¿Qué aerolíneas utilizan SAF?
Tal como reveló Ámbito, British Airways, KLM y United Airlines tienen firmados acuerdos para aumentar el suministro y uso de SAF en sus operaciones.
La estadounidense United Airlines lleva la delantera. En 2021 realizó el primer vuelo transatlántico propulsado 100% por SAF, que fue considerado un hito en la historia del transporte aerocomercial.
KLM lidera en Europa iniciativas para integrar el SAF en sus vuelos de corta y media distancia.
Turkish Airlines recibió en los World Finance 2024, por tercer año consecutivo, el premio a la aerolínea de bandera más sostenible, luego de incorporar SAF.
Aerolíneas Argentinas realizó su primer vuelo con combustible SAF en septiembre de 2023 en la ruta de Madrid a Buenos Aires. El vuelo AR1135 operado con un Airbus A330 llevaba una mezcla de combustible con sólo 2% de SAF, ya que el objetivo era llevar a cabo pruebas de rendimiento.
El plan de la compañía es que, a partir de 2027, se utilicen combustibles sostenibles en todos los vuelos con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.
¿Qué oportunidades tiene Argentina para producir SAF?
Las posibilidades para un país como Argentina, que exporta más de la mitad de su producción de biocombustibles en base a aceite de soja y, un 17% de la producción de harina de soja para su uso en esta industria, son incalculables si se abraza la tecnología de trazabilidad en todas las etapas.
Y aunque todavía no hay producción argentina de SAF, sí hay proyectos en marcha. Días atrás la compañía alemana GreenSinnergy GmbH, junto a especialistas argentinos, anunciaron la puesta en marcha de una planta para producir 100.000 toneladas de SAF anuales a partir de 2030, con aumento progresivo de hasta las 500.000 toneladas anuales.
A diferencia del uso de los cultivos, en este caso se utilizará el proceso conocido como Fischer-Tropsch, que combina hidrógeno verde con CO2. Esta iniciativa chubutense promete transformar la industria y el desarrollo económico de la Patagonia, a través de una serie de procesos conocidos como Power to Liquid (PtL). El proyecto prevé una inversión por etapas -que ya se evalúa sumar al RIGI- hasta llegar a los u$s2.500 millones. Una ley específica para el hidrógenoi también faciliaría su desarrollo.
Otras alternativas, que sí incluyen utilización de cultivos, las tienen YPF y la brasileña Raízen, la licenciataria de Shell en Argentina. La petrolera estatal firmó recientemente un Memorando de Entendimiento con la empresa Essential Energy S.A. para evaluar la factibilidad de desarrollar una biorrefinería en la provincia de Santa Fe.
Una de las opciones es actualizar y utilizar esas instalaciones para generar Aceite Vegetal Hidrotratado, un "diésel renovable" que se obtiene mediante un tratamiento con hidrógeno como catalizador y cuya materia prima es cualquier tipo de aceite vegetal, y residuos de origen vegetal y/o animal. La inversión estimada llega a los u$s300 millones.
Raízen, por su parte, logró la certificación International Sustainability & Carbon Certification (ISCC) de la refinería de Dock Sud como planta coprocesadora de diésel verde. Esta certificación reconoce la inclusión de materias primas de origen vegetal en su proceso productivo, permitiendo la elaboración de diésel de origen renovable mediante el coprocesamiento de aceite de soja. La ISCC es necesaria para producir SAF.
La transición hacia Combustibles de Aviación Sostenibles es una de las soluciones más prometedoras para descarbonizar el sector aéreo sin alterar su infraestructura actual. Muchas aerolíneas ya anunciaron objetivos ambiciosos: buscan reemplazar el 10% de su querosene fósil con SAF para 2030.
Sin embargo, la sostenibilidad de estos combustibles depende no solo de su producción, sino también de garantizar que se utilicen materias primas responsables y técnicas de cultivo eficientes.
Dejá tu comentario