Ville de Auxerre, región de Borgoña, pero bien podría ser cualquier otra ciudad chica de la vieja Francia católica, de iglesias enormes que se van quedando sin fieles y sin sacerdotes. En la que ahora vemos, a falta de franceses, hay un cura argelino, asistente del titular, que encontró su vocación en la Argentina y fue seminarista en Canadá.
Celibato sacerdotal y aborto según interesante film francés
"Un buen padre", de Ronan Tronchot, expone el dilema de un cura cuando se entera de que, años atrás, engendró un hijo con una mujer, que ahora lo reclama.
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Este hombre, de vocación sincera, querido por los feligreses y jóvenes del lugar, generalmente calmo, con cara de bueno, varios kilos de más y también varias inquietudes de índole eclesiástica, ha terminado una misa de difuntos y está saludando a los deudos que irán rumbo al cementerio cuando se le acerca una mujer con un chico de 11 años. La había conocido en sus tiempos de joven seminarista, y desde entonces no sabía nada de ella. El asunto es que la había conocido en el sentido bíblico, y ese chico es su hijo. Recién ahora ella le da la noticia y, evidentemente, quiere que se haga cargo.
“¿Por qué todos te dicen padre y yo no puedo decirte papá?”, inquiere el chico. ¿Por qué los ministros de otras religiones pueden tener familia y los curas se ven restringidos al celibato desde el Siglo XII?, pregunta entre otras cosas el religioso, y el vicario le da cordialmente una respuesta lógica. El Código de Derecho Canónico y los superiores no son tan cordiales. El hombre debe elegir ya mismo entre su profunda vocación y su obligación con el niño. ¿Y qué decirles ahora a los fieles, sin mentir ni causar escándalo?
Por esos conflictos marcha esta historia, mientras el cura y el niño empiezan a conocerse, y una chica embarazada se enfrenta a otro dilema: la consecuencia del aborto. Tras la confesión, el religioso hace silencio un rato largo antes de hablar.
Los diálogos de esta película son muy interesantes, medulosos, y las cosas que se plantean son muy actuales y humanas. Resuena en el alma el Salmo 86, “Te llamo en la angustia y Tú respondes, Señor. No hay ninguno entre los dioses como Tú, y no hay nada como tu obra”. Solo el desenlace parece algo apurado y esquemático, pero acaso era el más indicado.
Director, Ronan Tronchot. Protagonista, Gregory Gadebois, en un rol totalmente contrario al que desempeñó en el “J’acusse” de Polanski. En el reparto, Géraldine Nakache, Lyés Salem, Anton Alluin y los veteranos Jacques Boudet, Francoise Lebrun (la vieja ecónoma) y Daniel Tarrare, que aparece muy poquito, como el teólogo que orienta al afligido. Otros films franceses de sacerdotes en conflicto, “Diario de un cura rural”, “Bajo el cielo de Satán”, “Leon Morin”, con Jean-Paul Belmondo).
“Un buen padre” (Paternel, Francia, 2024); Dir.: Ronan Tronchot; Int.: Gregory Gadebois, Géraldine Nakache, Lyés Salem, Anton Alluin.
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