Dos ocasiones para ver el último film del español Víctor Erice

"Cerrar los ojos", del director de "El espíritu de la colmena", será proyectado hoy y el domingo 13 en Sala Lugones del Teatro San Martín, en el marco de una retrospectiva dedicada a su obra

Una imagen de "Cerrar los ojos", el nuevo film de Víctor Erice.

Prácticamente de sorpresa, y después de año y medio de espera, se anuncia para hoy a las 20 en Sala Lugones del Teatro San Martín la creación del cineasta-poeta español Víctor Erice “Cerrar los ojos”. Ocasión única de verla al fin, en pantalla grande y a precio moderado, aunque, a decir verdad, una obra como esa, despaciosa, de 169 minutos, no parece la mejor opción para un viernes a la noche. Pero así está programada, y la otra opción es el domingo 13 también a las 20. No hay más, por el momento. Cosas de los programadores. Como sea, quien pueda y se anime verá algo único.

Caben las explicaciones. Todo comienza en una finca llamada Triste Le-Roy, el rey triste, como la quinta del cuento de Borges “La muerte y la brújula”, y también hay un busto del Jano bifronte, que los borgianos han de señalar. “¿Resonancias?”, se ha preguntado el mismo Erice. “Jano es un dios asociado a los umbrales y a las puertas. Las abría y las cerraba. Asociado también a los principios y los finales”. En esa finca, propiedad de un hombre rico y melancólico, entra un detective. Saldrá con la misión de buscar en Shanghai a la hija que el hombre rico tuvo con una mujer china. Después vemos que todo eso era una escena de una película inconclusa, pero que el protagonista ha desaparecido de veras.

A esa altura la película también se pierde un poco, y hasta hay que escuchar pacientemente a un hombre cantando completo un tema que Dean Martin cantaba mejor en “Rio Bravo”, y hasta parecía más corto. En fin, un antojo que tuvo Erice durante el rodaje, lo mismo que incorporar a Soledad Villamil y después desaprovecharla, cosas que los productores aceptaron porque el hombre ya tenía 80 cumplidos, ésta podría ser su última obra, y las anteriores fueron hermosas. Digamos, “El espíritu de la colmena”, “El sur”, “El sol de membrillo”, el corto “Alumbramiento”, excepcional, y otras de similar nivel y larga data.

Pero volvamos al personaje perdido. La película retoma su cauce cuando, años después de aquel rodaje, su amigo y director puede encontrarlo. Pero desmemoriado. No sabe ni quién es. La hija, que lo perdió cuando niña, se sienta a su lado. Quizás haya un modo de hacerle recordar. No diremos cuál es ese modo. Solo que, con esa intriga, los últimos 30 minutos de “Cerrar los ojos” son de una emoción creciente, única, y compensan con creces los otros 30 minutos, prescindibles, que hay en el medio. Vale la pena tolerarlos para llegar a ese final tan propio del poeta, que salas enteras reciben a puro aplauso.

Los dos amigos, ha escrito Erice, “son las dos caras –Jano- de una misma identidad. Uno no puede escapar de su pasado, lleva a cuestas el fardo de la memoria; el otro, tocado por la mano del destino, se ha liberado de ese peso”. Y agrega a modo de falsa conclusión “En el relato todo es ficción. Eso de la realidad me cuesta aquí entenderlo”.

Detalle tocante, el amnésico es José Coronado, impagable, y la hija, una mujer delgada, es Ana Torrent, la que hace poco más de 50 años enamoró a todo el mundo con sus ojos en “El espíritu de la colmena”. Era una niña entonces, y sigue siendo linda. Coproducción hispano-argentina, “Cerrar los ojos” se da ahora en una retrospectiva de casi todo Erice, envuelta además por una selección de obras españolas de tema campesino y mano femenina: “Secaderos” (Rocío Mesa), “Muyeres” (Marta Lallana, la tradición del canto asturiano que se pierde), “Verano 1993” (Carla Simon) y “El cielo gira” (Mercedes Alvarez, con una viejita deliciosa señalando la huella fósil de un pobrecito dinosaurio). También, una pieza histórica, “Nueve cartas a Berta”, 1966, de Basilio Martín Patino, otro director que merecería un buen ciclo recordatorio.