Jean-Claude Van Damme es una leyenda del cine de acción. Nacido en Bélgica, este experto en artes marciales alcanzó la fama con películas como Contacto sangriento (1988) y Kickboxer (1989). Sin embargo, antes de brillar en la pantalla, casi protagoniza una superproducción de Hollywood que pudo cambiar su destino.
Jean-Claude Van Damme iba a interpretar uno de los monstruos más conocidos del cine, pero fue despedido
Aunque brilló en películas de acción, Van Damme estuvo cerca de encarnar a un icónico monstruo del cine. Un giro inesperado cambió su destino en Hollywood.
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Aunque nunca fue el Depredador, terminó convirtiéndose en una leyenda del cine de acción por derecho propio.
En los años 80, Van Damme tuvo la oportunidad de trabajar junto a Arnold Schwarzenegger en Depredador (1987), una de las películas de acción y ciencia ficción más recordadas de la historia. Pero su paso por la producción no fue como esperaba, y su participación terminó abruptamente. ¿Qué pasó realmente?
La película que iba a protagonizar Jean-Claude Van Damme pero no pudo ser
Para entender esta historia, hay que remontarse a la década de los 80, cuando Jean-Claude Van Damme intentaba abrirse camino en Hollywood. Por aquel entonces, ya era un campeón de karate y buscaba la oportunidad que lo llevaría al estrellato. Su gran momento parecía haber llegado cuando fue elegido para interpretar a la criatura alienígena en Depredador, una película dirigida por John McTiernan y protagonizada por Arnold Schwarzenegger.
La emoción inicial de Van Damme se desvaneció rápidamente cuando descubrió lo que realmente implicaba su papel. Según testimonios de la producción, el actor belga no tenía idea de que su rostro no se vería en pantalla. Creía que podría mostrar sus habilidades marciales enfrentándose a Schwarzenegger, pero en su lugar, debía portar un pesado traje de alienígena que le cubría por completo.
El diseño del traje fue otro punto de conflicto. Cuando el actor vio por primera vez el disfraz, quedó horrorizado. No le gustaba la apariencia de la criatura y sentía que lo hacía parecer un superhéroe en lugar de un aterrador extraterrestre. Además, el traje pesaba unos 90 kilos, lo que dificultaba sus movimientos y generaba incomodidad extrema en el set de filmación.
La situación se volvió insostenible. Van Damme, frustrado porque su talento quedaría oculto tras un disfraz, tuvo constantes roces con la producción. No quería ser simplemente un especialista dentro de un traje sin rostro, sino un actor reconocido por su destreza física. Finalmente, su descontento y las dificultades con el vestuario llevaron a los responsables de la película a tomar una drástica decisión: despedirlo del proyecto.
En su lugar, el equipo de producción optó por Kevin Peter Hall, un actor de 2,20 metros de altura, quien interpretó al Depredador en la película y su secuela. Hall tenía la estatura y la presencia física necesarias para dar vida al temible alienígena, algo que Van Damme no podía ofrecer debido a su complexión más baja en comparación con la criatura que los cineastas tenían en mente.
A pesar de perder este papel, la suerte de Van Damme cambió rápidamente. En 1988, protagonizó Contacto sangriento, película que lo catapultó a la fama y le abrió las puertas a otras producciones exitosas como Doble impacto (1991) y Soldado universal (1992).
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