“Quise producir “La ballena” porque tiene muchos matices y capas. Lo que le pasa a Charly, encarnado por Julio Chávez, oscila entre el encierro, la depresión, el amor, la frustración”, dice Maximiliano Córdoba, uno de los productores asociados que presentan esta obra basada en la película por la que Brendan Fraser ganó un premio Oscar.
"La ballena", una historia de amor entre la depresión, la obsesidad y el encierro
Julio Chávez encarna a un profesor de escritura que lucha contra la obesidad y el aislamiento en "La ballena", mientras intenta reconectar con su hija. Completan el elenco Laura Oliva, Carolina Kopelioff, Máximo Meyer y Emilia Mazer, y cuenta con dirección de Ricky Pashkus.
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Julio Chávez protagonizará la versión teatral de "La Ballena" junto a un elenco de lujo
![Julio Chávez en el papel que hizo Brendan Fraser en cine y por el que ganó un Oscar. ](https://media.ambito.com/p/8b2ad47929023ee47101dd89912be2fb/adjuntos/239/imagenes/042/193/0042193490/655x368/smart/unnamedjpg.jpg)
Julio Chávez en el papel que hizo Brendan Fraser en cine y por el que ganó un Oscar.
“Es para ver en familia y generar debate sobre la obesidad o la discriminación, además es una gran historia de amor y convicción. Julio sale de su lugar de comodidad y tiene una preparación previa muy compleja, varias horas de maquillaje, prótesis para llegar a que el personaje tenga peso y transmita esa respiración y encierro”, continúa Córdoba.
Julio Chávez encarna a un profesor de escritura que lucha contra la obesidad y el aislamiento, mientras intenta reconectar con su hija. Completan el elenco Laura Oliva, Carolina Kopelioff, Máximo Meyer y Emilia Mazer, y cuenta con dirección de Ricky Pashkus. Se estrena en mayo en el Paseo La Plaza. Conversamos con Córdoba, quien además es el productor del éxito infantil “La granja de Zenón”.
Periodista: ¿Qué te interesó de “La ballena” para querer producirla? Maximilano Córdoba: Cuanto más envejezco me doy cuenta que no sé nada, cuando creo la tengo, estoy equivocado. Me sorprendió el interés en “La ballena”. Uno busca cosas interesantes para ofrecer pero hasta que no tenés a la gente sentada ahí, no hay garantías. Cuando vi la película “La ballena” me encantó, me dio curiosidad e investigué. Era una película muy blanca por sus temas, entonces busqué el libro y me pareció maravilloso, en eso nos basamos para la versión teatral, que es más cruda. Quedamos movilizados con los temas que toca la obra, vi muchas veces la película y lo mismo el libro y cada vez que lo hago apareció un enfoque distinto.
P.: ¿Cuáles son esos temas que toca?
M.C.: Tiene muchos matices, depende de como la mires, en el momento que la mires, el estado de ánimo. Lo que le pasa a Charly tiene repercusión a nivel global y familiar, sin saberlo, lo que le pasa a su personaje oscila entre la depresión, el encierro, el amor, la frustración. Todo eso genera la atracción para querer volver a verla, necesitamos poder generar conciencia sobre muchos temas, como la obesidad o la depresión, además es una gran historia de amor y convicción. Es para ver en familia y generar temas conversación y debate. Tener la curiosidad por preguntar y ver qué puede pasarle al otro, aparece la discriminación y la soledad. Es decir, están todos los condimentos para competir en un mercado tan variado como es la calle Corrientes.
P.: ¿Cómo eligieron a Julio Chávez en el protagónico y Ricky Pashkus en la dirección?
M.C.: Es un gran director y docente, la gente lo deja encasillado en el musical pero tiene gran sensibilidad, además conoce mucho a Julio y sabe cómo llevarlo y por dónde moldearlo. Yo había soñado con Julio pero no sabía si se iba a animar. Pasa con muchos actores consagrados que les cuesta salir de un lugar de comodidad. Acá hay una preparación previa muy compleja, varias horas de maquillaje, prótesis para llegar que el personaje tenga peso, la respiración y el encierro que genera este tipo de obesidades. Julio no solo aceptó sino que se fascinó, no tener que convencer a un actor de lo que proyecto hace el camino más fácil.
P.: Producís hace años “La granja de Zenón”, ¿cómo explicás el fenómeno mundial?
M.C.: Esta creación de Roberto Pomar nos representa a nivel mundial, es una marca en más de 370 productos en todo el mundo. Recorre en versión teatral 14 países todos los años, tenemos el elenco local, en España hacemos 60 presentaciones todos los años, hay equipo propio en México, Perú, Chile y tratando de cerrar acuerdo anual con EE.UU. Nunca viví algo así, sólo se puede empatar con Les Luthiers, nació en Constitución y fue explotado a nivel global. Funciona muy bien porque hay un gaucho 100% argentino con todos los personajes, un grupo creativo de primera con Sebastian Irigo en la dirección. Cuenta con 70 millones de suscriptores en Youtube y tenía que empatarlo a nivel teatral. Cada año ofrecemos un show distinto y hace 4 años es el primero en recaudación de los infantiles.
P.: ¿Cuál es el secreto del éxito?
M.C.: Que une generaciones. Veo muchos espectáculos de diferentes licencias y me siento afuera, sin participación, en cambio acá, todos cantan lo mismo y entienden. Es un lenguaje nuestro, música que genera un encuentro único y familiar que no lo dan otras licencias. En este espectáculo se entra cantando y se termina emocionado y bailando. Tiene un camino 360 que incluye los capítulos de Youtube, la compra en juguetería de los personajes y el teatro. Nos acercamos a lo que en marketing se llama marcas de la nostalgia.
P.: ¿Cómo ves el teatro argentino inserto en el mundo?
M.C.: El teatro es un fenómeno que no muere nunca y tiene algo que IA no podrá dar jamás, el vivo. Tenemos en Argentina más salas de teatro que de cine, es de extremada calidad que se exporta al mundo, las empresas españolas trasladan a la Gran Vía obras locales, lo mismo México, tenemos actores de calidad maravillosos. Este año tenemos que encontrar la manera de que el público que ha migrado por cuestiones económicas pueda volver a las salas. El teatro genera cultura, aprendizaje, hay que dejar de pensar que lo bueno está afuera.
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