La fecha de hoy coincide con el natalicio de Azucena Maizani, un nombre que para muchos puede sonar desconocido, pero que durante décadas fue el más venerado por los argentinos. La historia de una de las voces más importantes del tango es conocida por pocos.
"La máxima intérprete de nuestras queridas canciones": quién fue Azucena Maizani, la reina del tango argentino
Un 17 de noviembre pero de 1902 nacía una de las voces más destacadas de la música argentina. Su carrera, sus vínculos y su legado.
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La cantante vivió hasta los cinco años en Palermo, cuando se mudó con sus padres a la isla Martín García, donde realizó sus estudios primarios. A los 17 emprendió su vuelta a Buenos Aires. A principios de la década de 1920, Maizani fue a ver un show de Francisco Canaro, y le insistió tanto para cantar que finalmente la dejó subir al escenario a interpretar dos temas.
Lo que pareció el capricho de una joven en realidad fue la primera semilla que luego germinaría en una exitosa carrera musical. Su aparición fue una sorpresa total para el ámbito musical, que no acostumbraba a recibir voces femeninas.
La carrera de Azucena Maizani, una leyenda del tango argentino
El 23 de julio de 1923 marcó el debut profesional en el Teatro Nacional, cuando Maizani interpretó "A mí no me hablen de penas", una obra que no tenía letra pero que se adaptó al tango "Padre nuestro". El público quedó tan maravillado con la actuación de la joven que demandó la repetición de la misma canción cinco veces.
Su vertiginoso ascenso le permitió abandonar su trabajo como costurera, y comenzó a ser convocada para la radio, obras de teatro y películas. Además, pudo cumplir su sueño de grabar un disco. Todo de ella sorprendía al público: su imponente actitud y personalidad, su estridente voz y, lo más llamativo, su vestimenta. Y es que Maizani se vestía de hombre cuando subía a los escenarios, con un típico traje de gaucho criollo, motivo por el que Libertad Lamarque la bautizó como "la ñata gaucha".
Su carrera fue un éxito total. Trabajó junto a nombres como los hermanos Simari, Héctor y Camila Quiroga, Canaro, Enrique Pedro Delfino y Manuel Parada, y llegó a grabar más de 270 canciones, entre las que destacan "Botines viejos", "Pero yo sé" y "Se va la vida", entre otras. Asimismo, fue una de las primeras intérpretes de los tangos de Enrique Santos Discépolo, como "Esta noche me emborracho", "Malevaje" y "Soy un arlequín".
Y con eso no le alcanzó: junto a su pareja, el violinista Roberto Zerillo, formó la Compañía Argentina de Arte Menor y emprendió una extensa gira por España y Portugal.
Aunque no todas fueron buenas para Maizani. Luego de que su relación con Zerillo culminara, comenzó un amorío con Rodolfo José María Caffaro, conocido bajo el seudónimo de Ricardo Colombres, quien se suicidó luego de haber sido acusado por haberla estafado a ella. Maizani fue cuestionada por haber roto la relación marital que tenía Colombres con su esposa y de haberlo llevado al suicidio.
Sin embargo, la cantante pudo reponerse y desmintió toda la situación. Su imagen no se vio afectada por este trágico hecho, y continuó su carrera con una extensa gira en Estados Unidos y México. Pero, con el pasar de los años, "la ñata gaucha" comenzó a perder su magia. En 1966 sufrió una hemiplejia y su salud comenzó a deteriorarse notablemente, hasta que el 15 de enero de 1970 murió casi en el olvido. De todas formas, Carlos Gardel la reconoció con un tremendo halago: "Es la máxima intérprete de nuestras queridas canciones".
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