22 de octubre 2024 - 10:49

La noche en que Astor Piazzolla volvió a sonar en el Teatro Colón

Homenaje a los emblemáticos discos "Libertango" y "Reunión cumbre" de Astor Piazzolla, en el 50° aniversario del lanzamiento de ambos.

Pipi Piazzolla en batería, Nicolás Guerschberg en piano y arreglos, Mariano Sívori en contrabajo, Gustavo Musso en saxo alto, Damián Fogiel en saxo tenor y Martín Pantryner en clarinete bajo y saxo barítono.

Pipi Piazzolla en batería, Nicolás Guerschberg en piano y arreglos, Mariano Sívori en contrabajo, Gustavo Musso en saxo alto, Damián Fogiel en saxo tenor y Martín Pantryner en clarinete bajo y saxo barítono.

Los virtuosos "Escalandrum" cumplieron anoche un sueño. El sexteto de jazz liderado por el baterista Pipi Piazzolla que celebra 25 años con su formación original, llegó al Teatro Colón para rendir tirbuto a los emblemáticos discos "Libertango" y "Reunión cumbre" de Astor Piazzolla, en el 50° aniversario del lanzamiento de esos discos lanzados en 1974. "Mi abuelo me trajo al Colón a los 7 años y me dijo al oído ´Llegué´", evocó su nieto Pipi en referencia al concierto de 1983, y confesó que él tamibén sentía que había llegado. Se lo notaba emocionado y maravillado frente a un Colón que desbordaba desde la platea hasta lo alto del gallinero, con un público que agotó entradas para el único concierto que ofrecieron en ese templo lírico, el más importante de América Latina.

Con Piazzolla en batería, Nicolás Guerschberg en piano y arreglos ("quien más sabe de Piazzolla en el mundo, responsable de rescatar conciertos y arreglarlos para que podamos tocarlo", explicó Pipi), Mariano Sívori en contrabajo, Gustavo Musso en saxo alto, Damián Fogiel en saxo tenor y Martín Pantryner en clarinete bajo y saxo barítono, Escalandrum brindó un recital para el recuerdo. Abrieron con "Reunión cumbre", ese discazo grabado con el saxofonista Gerry Mulligan, que a los 47 estaba en el apogeo de su carrera tras dirigir el octeto de Miles Davis y encabezar el cuarteto sin piano junto a Chet Baker. Cuenta con siete composiciones del bandoneonista argentino y una del estadounidense, donde el rigor académico y la obsesión de Piazzolla se amalgaman a la perfección con el espíritu improvisador y libre de Mulligan.

El concierto en el Colón abrió con "Deux tango" y siguieron "Close your eyes and listen", "Reminiscense" y "Años de soledad". Hubo momentos de lucimiento para cada uno de los integrantes de este sexteto vibrante y perfecto, regalando solos de piano, saxo o clarinete, y siempre la batería de Pipi, quien hace las veces de maestro en sus explicaciones sobre rítmica mientras divierte con su pedagogía y anecdotario. Observar a cada uno de los músicos mientras toca su instrumento es un deleite, y acaso se disfruta más verlos sin tocar, admirados y compenetrados ante los solos de sus compañeros, en ese ritual celebratorio de un aprendizaje que parece eterno.

El segundo tramo del concierto llegó con "Violentango", "Meditango", "Novitango" y "Libertango", Pipi explicó que al ser un homenaje al ´74, presentaron "Libertango" en 7X4, combinado con otro tema de fondo, "Vayamos al diablo", el unico que Piazzolla compuso en 7X4 y que tocaron superpuestos.

El cierre sublime con "Adiós Nonino" regaló un viaje musical de diez minutos en una versión en la que confluyeron fragmentos de los conciertos de Piazzolla del ´60 y del ´83. Una maravilla rescatada y arreglada por Guerschberg. Pipi sostiene que es el tema más logrado de su abuelo, a la vez el más dificil de interpretar "con un tono intimista casi fúnebre, que termina como la vida, se va yendo. No falta una parte rítmica potente con un final glorioso y hasta triste", en palabras del propio Piazzolla. Tras la ovación del público, el bis fue con "Cité tango".

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