1 de julio 2024 - 14:57

Las manos de Perón: un misterio que permanece irresuelto

Flow estrenó, para el cincuentenario de la muerte del líder político fundador del justicialismo, una miniserie de 4 capítulos sobre la profanación de su bóveda en 1987.

El clásico saludo del general Perón desde el balcón de la Casa Rosada.

El clásico saludo del general Perón desde el balcón de la Casa Rosada.

Varias películas y miniseries se han hecho sobre el general Perón, de cuya muerte se cumplen hoy 50 años. A destacar especialmente, “Juan y Eva”, de Paula de Luque, 2011, con Osmar Núñez y Julieta Díaz, historia del romance inicial, y “Puerta de Hierro”, de Víctor Laplace y Dieguillo Fernández, 2013, evocación de los días previos al primer regreso desde Madrid, con el propio Laplace, que para entonces ya se acercaba a la edad que tenía el general en aquel momento.

Párrafo aparte, la miniserie lírico-documental en cuatro capítulos “Perón, sinfonía de un sentimiento”, de Leonardo Favio, 1999. Se la había encargado Duhalde muchos años antes, pero el poeta se tomó su tiempo.

Ahora, para este aniversario, Flow presenta otra miniserie de cuatro capítulos, documental, pero nada lírica: “Hermes lai y los 13. El robo de las manos de Perón”, de Juan Fernández Gebaer y Laura Durán. Severo repaso a uno de los hechos más raros, oscuros y morbosos de la historia argentina, ocurrido en junio de 1987, el trabajo recopila abundante material de archivo, resume con imágenes claves algunos tramos gravitantes del acontecer nacional, y expone los variados testimonios de más de treinta personas que participaron en las averiguaciones policiales y judiciales, así como en las diferentes miradas políticas y periodísticas.

Desde Alejandro R. Perón, sobrino nieto del líder, mostrando el interior de la bóveda en la Chacarita (una bóveda que estaba apenas a 20 metros de la administración del cementerio), Agustín Far Suau, hijo del juez a cargo de la causa, misteriosamente muerto pocos meses después de iniciar la investigación (y no fue el único que murió de forma intempestiva), los secretarios del juzgado, Atilio Neira, abogado de Isabel, Antonio Las Heras, estudioso de asuntos esotéricos, y muchos otros coprotagonistas de esa época, hasta el historiador Luis Alberto Romero y Damián Nabot, coautor del libro “Perón, la segunda muerte”, que aporta la grabación de una charla con el tenebroso Licio Gelli, cada uno da su testimonio, y sugiere una explicación.

¿Los profanadores fueron simple “mano de obra desocupada”? ¿Pero quiénes, y al servicio de quién? ¿Desestabilizadores de la democracia? ¿Denigradores de la figura de Perón y del Partido Justicialista? ¿Falsos cobradores de una secreta deuda con posibles masones, o con mafiosos? ¿Tal vez ya lo sepan en la Central Intelligency Agency, vulgo CIA, donde según parece hay unos informes que todavía no tienen fecha para ser desclasificados y difundidos?

Uno de quienes dan testimonio habla ocultando el rostro, y el nombre. Inspector retirado de la Federal, prefiere asumir una “identidad reservada”. Esto puede sospecharse como un recurso para unir ciertas teorías no confirmadas, pero también puede suponerse como un testimonio fiel y verdadero. No importa que hayan pasado los años, a veces presentarse con nombre y apellido para aclarar las cosas sigue siendo un peligro, y un atractivo misterio.

Dirección y producción ejecutiva, Juan Fernández Gebauer, egresado de la Enerc, y Laura Durán, ambos también coguionistas con Juan Bordón. Montaje, Ignacio Ragone. Música, muy adecuada, Ramiro Jota Bochatay. Producción, Renacer Audiovisual, con apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación (de otros tiempos).

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