“Me gusta eso del amor como una escritura que se hace de a dos, o tres, o las que sean que se amen. La idea de armar un mundo con otra persona, un mundo lleno de palabras, señas, recuerdos, ideas”, dice el dramaturgo y director Mariano Tenconi Blanco en torno a “Quiero decir te amo”, la obra que regresa mañana al teatro El Picadero con actuaciones de Violeta Urtizberea y Lucía Adúriz.
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“Quiero decir te amo”, se repone mañana al teatro El Picadero con actuaciones de Violeta Urtizberea y Lucía Adúriz. Ofrecerá funciones los viernes y sábados hasta marzo.
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La obra es un homenaje al amor, la literatura, la pasión, el amor mítico, el amor imposible. Apela al género del diario íntimo y de las cartas de amor, para producir un idioma exclusivamente para estas dos personas, que creen que no hay amor sin lenguaje y que no se puede amar sin decir “te amo”. Conversamos con Tenconi Blanco.
Periodista: Confeccionás series de las que tres obras son parte, en este caso “Los géneros íntimos”, ¿que quisiste explorar?
Mariano Tenconi Blanco: En las obras que reunimos bajo el concepto de “Los géneros íntimos” (La vida extraordinaria y Quiero decir te amo en cartel en Buenos Aires y La mujer fantasma en cartel en el Centro Dramático Nacional de Madrid) hay un trabajo que pretende vincular a la llamada literatura de la intimidad (cartas, diarios, confesiones) con el teatro, arrancándole a esos géneros toda su teatralidad. Creo que la consciencia sobre una serie o saga viene después. En principio se trata de procedimientos que considero fértiles para la escritura, y a los que vuelvo.
P.: Contás una hermosa historia de dos mujeres que se escriben, una haciéndose pasar por otra. Lo epistolar que tanto exploró la literatura, ¿qué podés decir del género cartas y diario íntimo? Las cartas que llegan, que no llegan, cartas escondidas, cartas quemadas....
M.T.B.: En el teatro, suele ser lo más tradicional que el tiempo de la ficción sea el tiempo de la obra, por ejemplo vemos una sesión de terapia de cincuenta minutos y la obra dura cincuenta minutos. Con la carta y con el diario puedo desplegar estas vidas, sus emociones, sus sensaciones, en un período de tiempo extenso. Asimismo, también puedo traicionar lo espacial. En el teatro se suele poner una escenografía que es el lugar donde sucede la obra, siguiendo con mi ejemplo el consultorio del psicoanalista. Usando la carta o el diario, el tema espacial también queda en un lugar más ambiguo e interesante. Por eso he encontrado en esos recursos la posibilidad de ampliar las potencialidades del teatro, desde lo narrativo pero también desde lo emocional.
P.: ¿Cómo es que esta mujer se enamora del hombre salvador? ¿Por qué se enamora?
M.T.B.: No sé si el amor tiene explicación. No lo sé. Seguramente no, y tratemos de darle una. Es como la Fe. Es una forma de Fe, una de las más sagradas. Creo que el personaje ve a un hombre salvando a las víctimas de un accidente de autos (o al menos ella cree que el hombre, el médico, está salvando gente) y ahí se enamora. Se enamora de un héroe. Es bastante griego, creo. La puedo entender. Yo mismo estoy enamorado de una persona que trabaja salvando gente.
P.: ¿Cómo trabajas lo escénico y la puesta?
M.T.B.: Trabajo mucho en equipo. Con mis compañeros de Teatro Futuro, Caro Castro y Ian Shifres, con el escenógrafo Rodríguez Garillo y el iluminador Sendón, con la diseñadora de movimientos Jazmín Titiunik; y obviamente, con las actrices. Yo suelo tener claro el tono que quiero imprimirle, pero nos vamos escuchando, probando, incluso en Quiero decir te amo he reescrito escenas luego de que conversamos con Violeta y Lucía pensábamos que sería bueno probar tal o cual cosa.
P.: Decís que no puede haber amor sin lenguaje y sin decir te amo, ¿cómo es eso?
M.T.B.: Bueno, no lo digo yo, lo dicen los personajes. No sé si yo coincido con los personajes jajaja. Pero sí creo que la obra es un homenaje al amor y al lenguaje, a los sentimientos y a la escritura, y a la idea de que amamos para escribir, y escribimos para amar. Algo de eso está en la obra, seguramente. Creo que es muy poderoso el universo privado que construye el amor.
P.: ¿Cómo ves el teatro argentino en el contexto mundial o el que conoces de Europa o Latinoamérica?
M.T.B.: Al teatro argentino siempre lo veo muy bien. Creo que las y los artistas de nuestro país lo siguen haciendo muy bien. En el Río de la Plata se ha fundado una tradición maravillosa en donde todo es profundo, inteligente y lleno de referencias pero, a la vez, nunca nos tomamos tan en serio. Eso está en Hernández, Mansilla, Borges, Aira, Sara Gallardo, Mauricio Kartún o Romina Paula.
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