“’Salvajada’ aborda en apariencia el bullying y la discriminación pero sus infinitas capas, como las de una cebolla, remiten a muchos otros temas como la identidad y el poder”, dice Pablo Mariuzzi, quien ganó el ACE de oro por “Salvajada”, de Mauricio Kartun, y viaja en febrero a España junto al elenco de “La gran ilusión”, dirigida por Luis Pasqual, que se presentó esta temporada en el Teatro San Martín.
Pablo Mariuzzi: "El teatro está vivo y se sigue haciendo como en Grecia hace 2.500 años"
Pablo Mariuzzi ganó el ACE de oro por “Salvajada”, de Mauricio Kartun, y viaja en febrero a España junto al elenco de “La gran ilusión”, dirigida por Luis Pasqual, que se presentó esta temporada en el Teatro San Martín.
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La obra de Kartun parte de un cuento de Horacio Quiroga y debutó en el Cervantes con dirección de Luis Rivera López. Fue distinguida varios premios y ovacionada por el público. Conversamos con Mariuzzi.
Periodista: ¿Qué tiene “Salvajada” que fue la obra del año y te coronó con el ACE de oro?
Pablo Mariuzzi: Es una de esas historias imperecederas, el Cervantes se la ofreció a Luis Rivera Lopez, quien amalgamó lenguajes escénicos, títeres, manipulación, teatro musical, ingredientes de coreografía, muchas canciones, condimentos escénicos, no es solo teatro tradicional. Desde el estreno tuvo gran empatía con el público porque tiene la enorme virtud de dialogar, y no lo hace desde un lugar intelectual, eso viene después. Es una cuestión honesta que tiene que ver con el teatro, las cosas sucedían, el público entraba en una catarsis con eso que estaba viendo. Se podía identificar con lo que ocurría en el escenario, muchos de esos momentos tenían que ver con el humor, que nos ayuda a digerir la realidad. La gran poética no obedece sólo al lenguaje de la palabra sino a lo visual, sonoro, físico. El nivel de producción alcanzado no habría sido posible sin el Cervantes.
P.: ¿Cuáles son los temas de la obra y que la vuelve tan singular y única?
P.M.: Los clásicos en el teatro tienen la singularidad de desplegar temas en la medida que avanza la acción y la historia. Como las capas de una cebolla, hay niveles de profundidad y de conflictos. “Salvajada” no es la excepción. Uno podría decir que el tema es el bullying, la discriminación, que se relaciona con el cuentito de la historia, pero en la medida que uno la hace y trabaja el material, advierte que se van desplegando otros temas, ahí está bueno bucear como equipo creativo, como intérprete, porque Salvajada aborda la identidad, la necesidad y el derecho a saber quién es uno para poder ser en estado de plenitud. Hay otro que tiene que ver con los mecanismos que la sociedad pone en funcionamiento para poder aceptar, digerir, aquello que le resulta diferente y se sale de los cánones de la normalidad. El personaje que hacía Carlos Belloso, el domador del circo y que aparece como el director de escuela, necesita o se inventa el rol de quien pone orden. Y como no puede hacerlo lo deja librado al azar de las personas simples del pueblo que no tienen las herramientas para poder hacerlo.
P.: ¿Cómo es ponerle el cuerpo a la dramaturgia de Kartun?
P.M.: Es uno de nuestros grandes autores, gran maestro de la escena nacional que sabe armar bien las situaciones dramáticas en cuanto a acción teatral. Tiene estilo personal, propio, una poesía bella, un modo de vincularse con la palabra muy particular, desde lo semántico, que implica siempre un desafío para el actor. Si bien la acción avanza, hay un detenimiento en cada una de las frases, la construcción del discurso, en donde la palabra es fundamental. Es un viaje divino de transitar para el actor, difícil, amoroso, uno se siente abrazado y sostenido por esas palabras. Lo siente como muy propio, aunque esa sensación de propiedad tiene que ver con un trabajo muy profundo.
P.: “La gran ilusión” es otro gran texto sobre el teatro, la ficción, los sueños y lo real, ¿qué podés decir de esa experiencia?
P.M.: Es un enorme privilegio viajar a Madrid con la obra, al teatro El canal. Está dirigida por el español Luis Pascual pero con impronta argentina, todo el equipo es de acá con producción del San Martin. Termina su temporada en Madrid luego de cuatro meses y medio en Buenos Aires. Es un gran texto escrito en posguerra, en el ´48, tiene un perfil italiano, napolitano, con un neorrealismo italiano muy potente, que nos resultó cercano a nuestra argentinidad. Pascual es un director con gran sentido de la teatralidad, conocedor del ritmo, la palabra en teatro, pulcro para dirigir y deja lugar para el trabajo del actor. Fue un enorme desafío porque mi personaje tiene un gran arco dramático. Se produjo una identificación, quise contar esa historia. Intento todo lo posible elegir aquellas cosas que hago en el sentido que me interese contar y me pegue, y esto ocurrió. Habla de cuánta necesidad tenemos los seres humanos de poder inventarnos y generarnos ilusiones que nos permitan seguir viviendo. No se sabe bien qué es ficción y qué real. Tiene enorme vigencia en tanto a momentos complicados de la humanidad.
P.: ¿Cómo ves el teatro y la cultura?
P.M.: El teatro está vivo y se sigue haciendo como en Grecia hace 2500 años. Siempre que haya espectador y actuante se producirá. El teatro nos recuerda nuestra humanidad. Al teatro lo veo movedizo, vital, haciendo preguntas, anticipándose a nuestro tiempo, lo veo como ese paréntesis que hemos inventado los seres humanos para el no tiempo, lo veo como medio de comunicación. Es un hecho colectivo, un encuentro comunitario. Indispensable. La cultura, la veo golpeada, desfinanciada, manipulada, hay muchos factores que buscan hacer creer que no es necesaria, pero hay anticuerpos que nos deberían comprometer a seguir haciendo.
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