Sesiones de electroshocks, un sonido revolucionario y puro caos: la intensa historia de Lou Reed

Se cumplen 11 años del fallecimiento del artista, quien vivió en un estado de vorágine constante y siempre al límite.

La oscura vida de Lou Reed, un guitarrista que marcó a generaciones con su música experimental.

Lou Reed nació un 2 de marzo de 1942 y falleció un día como hoy pero de 2013. Pero en el medio ocurrieron tantas cosas por las que es considerado uno de los artistas más prestigiosos de todos los tiempos. Tanto su originalidad a la hora de tocar la guitarra como su tormentoso pasado y agitada vida lo convirtieron en un verdadero rockstar.

Sin embargo, nada fue sencillo para el músico, que desde chico tuvo que lidiar con unos padres demasiado correctivos. Primero fueron problemas de conducta y falta de atención. Luego, por recomendación de sus psiquiatras, sus padres lo sometieron a sesiones de electroshock para tratar de “curar” sus inclinaciones homosexuales. Fueron tres sesiones por semana por dos meses, lo que le provocó pérdida de memoria lejana.

Lou Reed.

“No pude haber sido más infeliz en los años que crecí en Brooklyn. La mayor parte de mis recuerdos de infancia no están disponibles. Mi infancia fue tan poco placentera que no recuerdo nada antes de los 31 años”, explicó para su biografía. Su estado, ya grave, empeoraría con su adicción a las drogas.

El Disco de la Banana, un punto de inflexión en el rock

La música fue la mejor puerta que pudo abrir Reed, quien luego de una búsqueda que duró años terminó formando The Velvet Underground, un grupo que sirvió como punta de lanza para la experimentación dentro del rock. Además del guitarrista y cantante estaban el multi instrumentista John Cale, la inexperta baterista Maureen Tucker y Sterling Morrison, otro con guitarra.

Con la ayuda del artista plástico Andy Warhol, seguidor fiel de la banda, los Velvet se dispusieron a grabar su primer disco. Para esto, Warhol propuso (más bien impuso) a Nico, una cantante misteriosa nacida en Alemania. Así la banda se llamó por un breve tiempo The Velvet Undreground & Nico. Fue grabado en 1966, mientras la banda participaba en Exploding Plastic Inevitable de Warhol, unas películas experimentales acompañadas por diferentes movimientos artísticos.

Así nació el aclamado Disco de la Banana, por el original arte de tapa hecho por el propio Warhol, quien también se quiso atribuir los créditos por la producción del proyecto, que estuvo realmente a cargo de Tom Wilson. Ahora bien, este álbum con nombre homónimo fue lanzado en 1967, en medio de una creciente ola de rock psicodélico liderada por The Beatles, Jimmy Hendrix y The Doors, entre otros. Entonces, ¿por qué llegó a ser tan trascendental?

Como dijo Brian Eno en una entrevista, si bien el Álbum de la Banana en sus primeros cinco años vendió sólo 30.000 copias, cada uno de esos 30.000 compradores inició una banda. Incluso el disco no tuvo tanta popularidad los primeros años desde su lanzamiento, pero envejeció como buen vino.

Y esto fue gracias, en parte, a las canciones genuinas y callejeras, todas de la autoría de Reed. Y la producción, si bien era rústica y casera, creó un clima especial para las poderosas guitarras y letras del artista. Había una cuota de ingenio y otra de atrevimiento, sonidos fuertes y disonantes. Incluso uno puede llegar a notar cierta incomodidad escuchándolo. Por otra parte, Nico cantó tres de las once canciones que componen al disco: "Femme Fatale", "All Tomorrow's Parties" y "I'll Be Your Mirror".

A su vez, cabe destacar el inmenso trabajo de Cale, quien se encargo de armar la estructura sonora del disco, con sonidos extravagantes, siempre al límite con lo que no se solía practicar en esa época.

El grupo no se privó de hablar de ningún tema en el álbum. Se pueden apreciar temas que van desde la compra de drogas ("I'm Waiting For The Man") hasta su consumo ("Heroin"), hasta tópicos sexuales como la prostitución y la perversión en "There She Goes Again" y "Venus in Furs".

Es un disco prácticamente marginal, que en su momento pasó claramente desapercibido por estar tan fuera de línea con la corriente. Sin embargo, en la actualidad es un proyecto imprescindible para cualquier melómano.

Golpes, agite y diferencias de la personalidad más difícil de la música

Lou Reed no solo se destacó por su genialidad a la hora de componer música, sino también por su dura personalidad. Y escribía como vivía: había droga, dealers, travestis, orgías y muerte. Además, estaba completamente influenciado por los tiempos del Flower Power.

Obviamente de carácter fuerte, su convivencia con Warhol nunca fue excelente. Siempre hubo discusiones, sobre todo respecto al cobro de las regalías por el Disco de la Banana. El reclamo del artista plástico nunca se hizo oír, y la diferencia resultó eterna. De todas formas, al final del día, ambos se recordaban con cariño e incluso con arrepentimiento. Warhol no lo había invitado a su boda, mientras que Reed nunca le pagó nada por su aporte en The Velvet Underground. Sin embargo, cuando su amigo falleció, el guitarrista se volvió a juntar con John Cale y juntos crearon Songs for Drella, un hermoso álbum en su homenaje.

Luego de un efímero regreso de los Velvet, Reed emprendió un nuevo camino como solista. Llegó a lanzar 20 discos, entre los que destacan algunos. Un claro ejemplo fue Transformer, su proyecto de 1982 que tiene Walk On The WIld Side, uno de sus hits e himno para la comunidad homosexual. Además, fue producido por David Bowie. Sin embargo, cuando todo parecía que se convertiría en una superestrella, rápidamente viraba hacia un costado más underground, con discos oscuros y pesados como Berlin y Metal Machine Music. Sobre este último expresó: “Nadie que conozca logró escuchar el disco entero. Ni siquiera yo mismo”.

Para sorpresa de nadie también hubo una riña con Bowie. En 1979, el Duque Blanco tocó en el Hammersmith de Londres y luego salió con Reed, quien le ofreció intentar algo similar a lo que había sido Transformer. Bowie accedió, ya pasado de copas. Una vez sobrio, a la mañana siguiente, aceptó hacerlo con la única condición de que Reed deje de consumir drogas y alcohol, algo que al ex-Velvet no le gustó para nada. Comenzó una acalorada discusión que terminó con Bowie gritándole y alentándolo a pelear para solucionar las cosas. Por poco no se matan a trompadas, aunque fueron separados justo a tiempo. Al final Bowie no produjo ningún disco.

A diferencia de Anthony DeCurtis, uno de sus biógrafos y periodistas más destacados de rock, Howard Sounes lo pintó como un personaje salvaje, bruto y desagradable. En Notes from The Velvet Underground resalta la sexualidad de Reed, sus adicciones, incidentes racistas y violentos episodios de violencia doméstica hacia su primera esposa.

Obra, legado y el final de Lou Reed

En 1992 conoció a Laurie Anderson, la artista avant garde, con quien estuvo en pareja por 21 años y encontró tranquilidad y felicidad. Sin embargo, su salud estaba completamente deteriorada previo a su deceso a los 71 años. Padecía de hepatitis y diabetes. No se sabe muy bien qué es lo que dejó Lou Reed con su fallecimiento en 2013. Pasó como una tormenta imparable, y marcó a generaciones con su estilo único.

Lou Reed

En la música fue un temerario. En ese estado de indiferencia ante la norma construyó su propio marco, e intentó componer para depurar sus propios demonios. Así y todo, hoy se escucha y suena como a algo ajeno al mundo, un espacio que solo funcionaba para él.