“La enorme cantidad de público teatrero de Buenos Aires es un tesoro que hay que cuidar, no cualquiera lo tiene, que todo el mundo vaya al teatro”, dice Rogelio García, actor uruguayo y productor de “Tom Pain (basado en nada)”, de Will Eno, texto finalista del Premio Pulitzer 2005.
Tom Pain: del dolor a la risa y sobre lo ridículo de las cosas
El actor uruguayo Rogelio García, también es el productor de “Tom Pain (basado en nada)”, de Will Eno, texto finalista del Premio Pulitzer 2005 que lleva más de 100 funciones en diferentes países. Puede verse los sábados en El extranjero.
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García fue Premio Mayor en los Galardones Teatro del Mundo, que otorga la UBA, en 2017 y lleva 100 funciones en teatros de Argentina, Uruguay, España, Chile y EEUU. Ahora se presenta nuevamente en El Extranjero, los sábados a las 22. Conversamos con García.
Periodista: ¿Cómo son esos momentos de su vida que narra, su dolor, su adultez, por qué disfuncional?
R.G.: Él narra la muerte de su perrita, una picadura de abeja y su vida adulta, una historia de amor. En la narración, más allá del dolor hay una clave en cómo vivió esos momentos en su casa, con su familia y el manejo de ese dolor. No era un niño con entorno favorable, no era el pibe al que acarician seguido. La disfuncionalidad se da en base a esa carencia que le genera ese mal manejo del dolor. Cuando llega muy dolido, nadie se dio cuenta, nadie lo notó, se le dedicaba poco tiempo. Eso genera un equipamiento afectivo defectuoso. Como padre me pregunto cómo nos ocupamos de los temas de los niños, cómo podemos llegar a marcar su calidad de vida emocional adulta.
P.: ¿Por qué el paréntesis del título, basado en nada?
R.G.: El autor lo hizo con un par de intenciones, según me dijo. En el título hay un juego con Thomas Pain, que es uno de los precursores de la democracia de Estados Unidos. Basado en nada es para aclarar que no está basado en esos personajes. El autor quería tratar de expresar la idea de cómo las cosas más grandes y complicadas son construidas con elementos tan simples, tan pequeñitos como la nada misma. Lo relaciona con la manera en que está construido el universo, por partículas de carbón, hidrógeno, oxígeno y demás. En lo personal me interesa mucho esta contradicción porque uno espera el basado en una novela histórica o hechos reales y esto es basado en nada. La nada en ese título no es más que un ser humano común y corriente, que anda por la calle y pasa inadvertido a los ojos de todo el mundo, ahí se construyen las grandes cosas y la humanidad.
P.: ¿Qué tiene este texto que fue finalista en los Pulitzer en 2005?
R.G.: Tiene un vuelo poético interesantísimo. Obviamente en la traducción la poética sufre bastante pero siempre se deja ver en los grandes autores. Tiene una combinación para tratar profundamente el dolor con humor. La experiencia del dolor y del amor es transversal a todo el ser humano, el autor lo logra de manera profunda sin saltear cosas importantes y sin dejar de reírse de eso. Renuncia a una estructura convencional de dramaturgia y fórmulas que juegan para la comodidad y agrado del espectador. Esta obra se estructura de manera al servicio de lo que se quiere contar, en base a ciertas ideas particulares que lo vuelven muy original. Seguro es incómoda para el espectador inclusive desde el humor, pero es como la vida misma, reflexiona sobre el dolor, incomoda pero es empática, no agrede, no hace doler, hace reflexionar. Se ríe de lo ridículo que es nuestro manejo respecto de estas cosas.
P.: ¿A que atribuís el éxito en Montevideo?
R.G.: Pensamos que era una obra para hacer algunas funciones, programamos solo cinco y se hicieron casi cien en cinco países. Se volvió sorprendente. Trabajamos duro con el director para servir el texto de la manera más fiel. Al público le gustó que este hombre sencillo de la calle como es Tom Pain, que cuenta historias profundas. Al uruguayo le gusta esa sencillez y este es un tipo sencillo que se para, cuenta, conmueve siendo un don nadie. Sus dolores son parecidos a todos, o quizá peores. Fui obsesivo al momento de adaptar la traducción para ser lo más fiel posible con su estilo y que las palabras llegaran de forma amable. Fuimos amorosos, honestos, respetuosos, estrenamos en una sala muy linda pero no siempre hay buenos resultados. Para que una obra tenga éxito siempre hay misterios insondables.
P.: ¿Cómo emparentas a Eno con Beckett?
R.G.: Cuando lo leí en las primeras líneas me hizo acordar a Beckett, que comienza con contradicciones absurdas desde el arranque y tiene que ver con el humor. El existencialismo, los temas filosóficos muy profundos y con humor. No fui nada original , había una comparación habitual de la que Eno es consciente y está agradecido. También lo comparan con Edward Albee. Es un Beckett de esta época.
P.: ¿Cómo ves el teatro en Montevideo y en Buenos Aires?
R.G.: En Buenos Aires efervescente y vasto en su propuesta, no sé qué otro país pueda tener ese circuito alternativo aunque también lo veo golpeado por las circunstancias actuales que hacen que no sea viable. Veo amigos teatreros que cargan muchas actividades para poder sustentarse y les queda poco tiempo y ganas para hacer teatro. Me sorprendió pospandemia la cantidad de gente que volvió a las salas pero a la vez los recortes están jugando en contra. Montevdeo es una plaza 10 0 15 veces mas chica, no estamos en un momento demasiado efervescente pero hay algunas joyas al año pero tenemos desnivel grande con el resto. Hay diferencia grande entre lo oficial que es la comedia nacional y el teatro independiente con desmedro del teatro independiente. Hay una ley pero no tiene regulación y por ende no hay ayudas.
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