26 de febrero 2025 - 00:00

Diálogos de Wall Street: ¿adónde van los mercados?

El entusiasmo se esfuma. La data económica trajo la factura del stress que genera Trump con sus anuncios de política, y es abultada. ¿Adónde van los mercados, Gekko? ¿A nuevos récords como los del S&P500 o a una corrección como la que ensaya el Russell 2000?

La relación de Trump y los mercados, bajo el análisis del experto que se hace llamar Gordon Gekko.

La relación de Trump y los mercados, bajo el análisis del experto que se hace llamar Gordon Gekko.

Periodista: El miércoles pasado Wall Street festejaba un nuevo récord del S&P500. Fue su última alegría. Este martes el Russell 2000, la canasta de acciones pequeñas, estrenó una caída de 12,6% contabilizada desde sus máximos del 25 de noviembre. ¿Qué pasó? ¿Qué nos aguarda: nuevos récords o una corrección en la Bolsa?

Gordon Gekko: El presidente Trump tiene la palabra. Hay que reconocerle que copó la escena. Dentro y fuera de EEUU. Él dicta la agenda del mundo. Los demás se acomodan como pueden.

P.: El presidente ya practicó virajes muy bruscos. Nadie, salvo Putin, pensaba que Ucrania había iniciado la guerra. Nadie, salvo Trump, podía pensar en terminar los combates en un plazo perentorio. ¿De dónde tomarán su inspiración los mercados? ¿De un relato fabulado o de la capacidad de lograr torcer la realidad?

G.G.: Las Bolsas europeas están volando. No están acosadas por las dudas que complican últimamente a Wall Street. La realidad siempre se impone, pero las Bolsas anticipan. Y a juzgar por el empuje de las compañías europeas de defensa, que lideran el avance, compran el escenario de una paz cercana bajo las condiciones especiales que impulsa Trump.

P.: Con Europa aumentando el gasto militar sensiblemente.

G.G.: Ya lo escucharon a JD Vance, el vicepresidente, en Munich. Si Polonia puede gastar 4% del PBI en sus fuerzas armadas, y ser una historia de éxito económico, los demás también pueden.

P.: No sé si pueden, pero no les quedará otra alternativa. Trump está decidido a reivindicar a la Rusia de Putin, y le permitirá quedarse con los territorios ocupados en Ucrania. Es una amenaza viva que Europa deberá atender por su cuenta. No puede confiar en su aliado de antaño.

G.G.: Es la manera eficaz que encontró Trump de salirse con la suya. Ocho años atrás no conseguía que gastase 2 puntos del PBI en defensa. Hoy a los propios europeos les parece poco.

P.: Trump le da un cachetazo a Europa, y sus Bolsas lo toman bien. ¿Cómo entender que, si la idea es Make America Great, el Russell 2000 afloje los brazos así? Son empresas que viven del mercado local, con escasa presencia en el exterior. ¿Qué las empuja a una corrección a poco más de un mes de la asunción presidencial?

G.G.: Ya vio la data. EEUU se frenó en seco. Y estas compañías lo sienten más que cualquiera. No tienen grandes espaldas.

P.: ¿Cree que Trump se pegó un tiro en los pies? ¿Que todo este revuelo es contraproducente? Al menos, dentro de los EEUU.

G.G.: La confianza del consumidor, medida por The Conference Board, se hundió en febrero al nivel más bajo en 3 años y medio. No es muy distinto de lo que registró la Universidad de Michigan. El informe PMI detecta la misma erosión en la confianza del mundo de los negocios. Cayó, según su estimación, a los niveles de la pandemia. La confianza de las compañías constructoras también se despeñó.

P.: El sentimiento es un intangible, no muy fácil de medir con precisión, y sumamente variable, ¿o no? ¿Qué dice la data dura?

G.G.: Tenemos data blanda y semidura. Trump apenas lleva 40 días en la Casa Blanca. Son registros de confianza, expectativas de inflación y encuestas de actividad. Todos dicen lo mismo. Lo que funcionaba muy bien hasta fin del año pasado, se resintió. Me imagino que tendremos una lectura calma del deflactor de consumo de enero, que es la referencia de inflación que usa la Fed. Eso nos dará un respiro. Pero el problema no lo heredamos del año pasado. Es un percance nuevo, está en pañales, lo fogonea Trump con sus anuncios de política. Es un deterioro, nada más. Todavía no se rompió nada. Pero se va por mal camino…

P.: Dependerá de las medidas que adopte.

G.G.: Así es. A los anuncios se los puede llevar el viento, y no pasará gran cosa. Si Trump le pone aranceles a Canadá y México será un choque frontal. Y no digo a una alícuota de 25%, bastaría la quinta parte para provocar un dolor de cabeza.

P.: Wall Street coqueteaba con los récords, la semana pasada, porque descontaba que la agenda de Trump era un bluff. ¿Ahora se la toma en serio?

G.G.: No. Eso no se modificó. Por eso el S&P500 está solamente a 3,4% de los récords. Pero la mera amenaza es dañina: la economía bajó un cambió. Los anuncios no son inocuos, tienen efectos reales. Esa evidencia es la que afloró de golpe las últimas cinco ruedas.

P.: No hay mal que por bien no venga. Los bonos ya no se asustan. La tasa de diez años cayó a 4,30%. Medio punto menos que el máximo de enero. La preocupación pasó a las acciones. Por el lado de la salud de la actividad.

G.G.: La agenda de Trump no se agota con los aranceles. También apunta a reducir impuestos. Procura extender la vigencia del paquete de rebajas que se aprobó en 2017. Y también a producir nuevos recortes. Si el Gobierno logra pasar las leyes por el Congreso -a través del procedimiento simplificado- los bonos van a tener que lidiar con el fantasma de un salto importante del déficit fiscal, a pesar de la motosierra de Elon Musk. Pero, de momento, salieron de la zona de peligro.

P.: Los mercados volvieron a meter en precios una Fed más activa, inclinada tal vez a retomar la baja de tasas tan pronto como en junio. ¿Cómo lo ve?

G.G.: Si la economía se debilita, sobre todo, si el mercado laboral enciende una luz amarilla, la Fed querrá seguir el libreto de su mapa de puntos. Hay dos bajas anotadas para 2025. Pero para ejecutarlas, las expectativas de inflación no pueden dispararse como lo hacen hoy en la visión del consumidor. Un muy mal manejo de los aranceles y de la política fiscal nos podría hundir en el peor de los dos mundos, acercarnos a una recesión y alimentar una inflación más alta. Hoy es un escenario lejano. Después de todo, venimos de la situación opuesta. Y no hay razones para adentrarnos ahí. Cuanto antes se despeje la incertidumbre, mejor.

Dejá tu comentario

Te puede interesar